Minuto a Minuto

Internacional Video: Investigan a youtuber por lanzar fuegos artificiales frente a Torre Eiffel
Autoridades francesas señalaron al youtuber Loris Giuliano por el delito de "poner en peligro la vida de terceros" en la Torre Eiffel
Internacional León XIV pide a los diplomáticos ser “hombres y mujeres de diálogo” para promover la paz
El papa León XIV encabezó el Jubileo de la Diplomacia Italiana, en donde se reunió con más de tres mil funcionarios
Nacional Marcha Generación Z en la CDMX: ¿a qué hora iniciará y cuál será su ruta?
La mañana de este domingo 14 de diciembre de 2025 se llevará a cabo una nueva marcha de la "Generación Z México"
Nacional Rescatan a cinco migrantes secuestrados en Ciudad Juárez, Chihuahua
Agentes de la Secretaría de Seguridad Pública de Chihuahua rescataron a cinco migrantes privados de su libertad en Ciudad Juárez
Nacional Empresario chino Zhenli Ye Gon obtiene amparo; seguirá preso en El Altiplano
El empresario de origen chino Zhenli Ye Gon se amparó para conocer la fecha exacta de su detención en Estados Unidos

Calles llenó el vacío dejado por el asesinato de Obregón, en 1928, con un pacto cupular de inspiración porfiriana y novohispana.

Juntó a los hombres claves de su tiempo, civiles y militares, en un partido político desde el cual pudieran repartirse el poder que tenían juntos, acordando sus discordias, disciplinándose a sus decisiones, sin incurrir en rebeliones militares.

Eso fue el Partido Nacional Revolucionario, fundado en 1929, comandado por Calles, pero diseñado para dar cabida a todo el que quisiera disciplinarse a las reglas de negociación y el reparto del poder dentro de la Familia Revolucionaria.

El pacto provocó otra rebelión, también en 1929, pero le permitió a Calles nombrar a un presidente interino, Emilio Portes Gil, convocar a elecciones y hacer presidente a Pascual Ortiz Rubio, un personaje menor de la Familia Revolucionaria, cuyo encumbramiento fue una muestra del gran poder que había adquirido Calles como “Jefe Máximo de la Revolución”. A eso le llamamos en México “Maximato”.

No fue difícil que Calles chocara con Ortiz Rubio, quien sufrió un intento de asesinato y decidió, con prudencia de civil sin pistola, retirarse del puesto.

Calles escogió entonces como presidente interino a su paisano Abelardo Rodríguez.

Luego, para las elecciones de 1934, le diseñó al PNR un plan sexenal de gobierno e hizo candidato presidencial a su subordinado de otros tiempos, un jovencísimo general llamado Lázaro Cárdenas.

Cárdenas dio muy pronto señales de independencia y de radicalismo que Calles criticó en público.

Cárdenas echó a Calles del país en una noche, y sacó del gobierno y del ejército a todos los callistas que no se sometieron a su imperio.

Cárdenas hizo muchas más cosas como presidente, pero la fundamental fue que no intentó reelegirse, como Porfirio Díaz y Álvaro Obregón, ni imponer un sucesor que fuera su marioneta, como Calles.

Con Cárdenas quedó sellado por fin el triunfo del no reeleccionismo y del no “continuismo” mexicano.

Lo que siguió fue una época de presidentes del Gran Poder que tenían fecha fija de terminación, y se iban de la escena cada seis años, bien o mal queridos, normalmente lo segundo.

Empezó ahí la era de los presidentes del PRI, dueños del Gran Poder con fecha de caducidad, una bendita certeza sexenal que tenemos perdida en estos días de regreso al Gran Poder.