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Entretenimiento Encuentran muertos al director de cine, Rob Reiner y esposa en su casa de LA
El actor, director y productor Rob Reiner fue encontrado muerto este domingo en su casa de Los Ángeles junto a su esposa, Michele Singer
Internacional Identifican a cinco de las víctimas del atentado de Sídney, incluidos dos rabinos
Autoridades confirmaron la identidad de cinco de las 16 víctimas mortales del tiroteo ocurrido durante un festival judío en la playa de Sídney
Internacional “Vienen vientos de la muerte”; Petro tras el triunfo de Kast en Chile
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió que en América "vienen los vientos de la muerte", tras la victoria de José Antonio Kast en Chile
Nacional Saldo blanco en la marcha de la Generación Z de este domingo
Autoridades de Ciudad de México informaron que la marcha de la Generación Z realizada este domingo concluyó con saldo blanco
Sin Categoría Avión de JetBlue evita colisión con una aeronave militar de EE.UU. cerca de Venezuela
"Casi tuvimos una colisión en el aire", dijo el piloto de JetBlue, de acuerdo con una grabación de su conversación con el control de tráfico aéreo filtrada a los medios

Esta semana, el foco de los mercados estará en el segundo anuncio del año de política monetaria por parte de la Fed que se dará a conocer el miércoles. La mayoría de los observadores y el mercado tienen descontado que la Fed aumentará la tasa de fondeo por primera vez desde diciembre del 2018.

Asimismo, el mercado está asignando una altísima probabilidad a que el incremento sea de solamente un cuarto de punto y no de medio punto como se había comenzado a descontar hace unas semanas, antes que iniciara el conflicto armado en Ucrania.

Dando por un hecho el aumento de un cuarto de punto, la atención del mercado estará concentrada en tres aspectos: (I) las revisiones a los pronósticos de inflación para el 2022 y el 2023; (II) la publicación de la gráfica de puntos (dot plot) que incorpora las expectativas de los ocho miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed sobre la tasa de fondeo; y (III) el posible anuncio del programa de reducción del balance de la Fed.

En el frente inflacionario, la Fed seguramente revisará considerablemente sus pronósticos al alza. Vale la pena recordar que en la última publicación de estimados macroeconómicos de la Fed, en diciembre del año pasado, los estimados de inflación para el cierre del 2022 y 2023 eran de 2.6 y 2.3%, mientras que para la inflación subyacente eran de 2.7 y 2.3 por ciento.

Claramente, estas expectativas han sido totalmente rebasadas por la realidad. La inflación general y subyacente al cierre de febrero alcanzaron 7.9 y 6.4% –su nivel más alto en 40 años– y las presiones se incrementarán derivado del impacto del conflicto armado entre Rusia y Ucrania en las cadenas de suministro de globales, especialmente a las de materias primas energéticas y alimenticias.

Como consecuencia de esta fuerte revisión al alza en las expectativas de inflación de corto y mediano plazos, también se espera una revisión importante en los pronósticos para las tasas de interés. Vale la pena recordar que en la última actualización del dot plot, en diciembre, la mediana de expectativas anticipaba entre tres y cuatro aumentos en la tasa de fondeo para este 2022 y otros tres para el 2023.

El mercado está anticipando que el nuevo dot plot arrojará una mediana de entre cinco y siete incrementos para este 2022 y entre cuatro y cinco para 2023. En este sentido, el nuevo dot plot anticiparía una tasa de fondeo al cierre del 2022 de 1.5% contra 0.9% de diciembre, mientras que para el cierre del 2023 la mediana podría aumentar de 1.6% a 2.5 por ciento.

Aquí es importante destacar el cambio sustancial que ha tenido la trayectoria esperada de alzas ya que apenas en septiembre del 2021, la expectativa de la misma Fed y del mercado era que la tasa de fondeo en el 2022 aumentaría en una sola ocasión para cerrar en 0.25 por ciento. El otro tema clave en la decisión de política monetaria de mañana podría ser el anuncio del plan de reducción del balance de la Fed.

Es importante recordar que el balance de la Fed pasó de 4.2 billones de dólares al cierre del 2019 a casi 8.9 billones al cierre la semana pasada. Como contexto, el monto inyectado durante los últimos dos años es casi 10% superior al que se inyectó para combatir la Gran Recesión entre el 2009 y el 2014.

En aquella ocasión, la Fed dejó de comprar bonos a finales del 2014 pero siguió reinvirtiendo los recursos provenientes de las amortizaciones e intereses durante casi cuatro años y no fue sino hasta el 2018 que comenzó a reducir su balance. Dado que en la actualidad la salud de la economía es menos frágil y el contexto inflacionario es muy diferente al de 2014-2018, no sería descabellado que la Fed adopte un calendario más agresivo para reducir su balance.

Aunque no es seguro que la Fed dé a conocer montos y plazos concretos para reducir el tamaño de su balance es muy probable que anuncie, por lo menos, un ajuste gradual en el monto de reinversión de las amortizaciones e intereses generados por los instrumentos adquiridos a raíz de los estímulos cuantitativos.

Esta semana, el foco de los mercados estará en el segundo anuncio del año de política monetaria por parte de la Fed que se dará a conocer el miércoles. La mayoría de los observadores y el mercado tienen descontado que la Fed aumentará la tasa de fondeo por primera vez desde diciembre del 2018.

Asimismo, el mercado está asignando una altísima probabilidad a que el incremento sea de solamente un cuarto de punto y no de medio punto como se había comenzado a descontar hace unas semanas, antes que iniciara el conflicto armado en Ucrania.

Dando por un hecho el aumento de un cuarto de punto, la atención del mercado estará concentrada en tres aspectos: (I) las revisiones a los pronósticos de inflación para el 2022 y el 2023; (II) la publicación de la gráfica de puntos (dot plot) que incorpora las expectativas de los ocho miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed sobre la tasa de fondeo; y (III) el posible anuncio del programa de reducción del balance de la Fed.

En el frente inflacionario, la Fed seguramente revisará considerablemente sus pronósticos al alza. Vale la pena recordar que en la última publicación de estimados macroeconómicos de la Fed, en diciembre del año pasado, los estimados de inflación para el cierre del 2022 y 2023 eran de 2.6 y 2.3%, mientras que para la inflación subyacente eran de 2.7 y 2.3 por ciento.

Claramente, estas expectativas han sido totalmente rebasadas por la realidad. La inflación general y subyacente al cierre de febrero alcanzaron 7.9 y 6.4% –su nivel más alto en 40 años– y las presiones se incrementarán derivado del impacto del conflicto armado entre Rusia y Ucrania en las cadenas de suministro de globales, especialmente a las de materias primas energéticas y alimenticias.

Como consecuencia de esta fuerte revisión al alza en las expectativas de inflación de corto y mediano plazos, también se espera una revisión importante en los pronósticos para las tasas de interés. Vale la pena recordar que en la última actualización del dot plot, en diciembre, la mediana de expectativas anticipaba entre tres y cuatro aumentos en la tasa de fondeo para este 2022 y otros tres para el 2023.

El mercado está anticipando que el nuevo dot plot arrojará una mediana de entre cinco y siete incrementos para este 2022 y entre cuatro y cinco para 2023. En este sentido, el nuevo dot plot anticiparía una tasa de fondeo al cierre del 2022 de 1.5% contra 0.9% de diciembre, mientras que para el cierre del 2023 la mediana podría aumentar de 1.6% a 2.5 por ciento.

Aquí es importante destacar el cambio sustancial que ha tenido la trayectoria esperada de alzas ya que apenas en septiembre del 2021, la expectativa de la misma Fed y del mercado era que la tasa de fondeo en el 2022 aumentaría en una sola ocasión para cerrar en 0.25 por ciento. El otro tema clave en la decisión de política monetaria de mañana podría ser el anuncio del plan de reducción del balance de la Fed.

Es importante recordar que el balance de la Fed pasó de 4.2 billones de dólares al cierre del 2019 a casi 8.9 billones al cierre la semana pasada. Como contexto, el monto inyectado durante los últimos dos años es casi 10% superior al que se inyectó para combatir la Gran Recesión entre el 2009 y el 2014.

En aquella ocasión, la Fed dejó de comprar bonos a finales del 2014 pero siguió reinvirtiendo los recursos provenientes de las amortizaciones e intereses durante casi cuatro años y no fue sino hasta el 2018 que comenzó a reducir su balance. Dado que en la actualidad la salud de la economía es menos frágil y el contexto inflacionario es muy diferente al de 2014-2018, no sería descabellado que la Fed adopte un calendario más agresivo para reducir su balance.

Aunque no es seguro que la Fed dé a conocer montos y plazos concretos para reducir el tamaño de su balance es muy probable que anuncie, por lo menos, un ajuste gradual en el monto de reinversión de las amortizaciones e intereses generados por los instrumentos adquiridos a raíz de los estímulos cuantitativos.