Elecciones 2024
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“Desde tu estatura, me viste los huevos y piensas que es mi panza”. No habla bien del Poder Legislativo que uno de sus integrantes explique así, su inconformidad con una caricatura en la que aparece caracterizado, en su condición de figura pública.

El comentario es del diputado del partido ganador de las elecciones presidenciales Gerardo Fernández Noroña, quien de manera cíclica vive de nuestros impuestos, pues ya ha sido legislador antes, con un salario de 152 mil 446 pesos.

Fernández Noroña hace honor al refrán de que la política es el primer refugio del pillo y la primera vocación del vivo: a diario monta un show para llamar la atención, aparecer en los medios y ocultar su absoluta incapacidad para debatir y proponer alguna ley.

Y nos recuerda, con su histrionismo y vestimenta forzada, el surgimiento de la famosa selfie del macaco crestado: registrada en 2011 en la reserva de Sulawesi, Indonesia, donde el fotógrafo David Slater colocó una cámara y un mono hizo muecas en la lente y… presionó el obturador.

Es el mismo que, hace dos años, fue incapaz de soportar la tentación de divulgar en redes 470 fotos de sus vacaciones familiares en el Polo Sur, presumiéndolas “como quinceañera en Facebook”, según calificó entonces su, en algún momento, compañero de partido Fernando Belaunzarán.

Fue un periplo que costó una fortuna y Fernández Noroña dio a cuerpo de rey, a pesar de que aseguraba no tener trabajo y que se lo había pagado un cuñado que es maestro y gana al año, cuando mucho, 134 mil 253.8 pesos; siendo que una vacación así costaba en la época más de un millón.

Antes de divulgar su viaje, “como quinceañera en Facebook”, con selfies en su cuenta de Twitter que se hicieron tan famosas como la del macaco crestado de Sulawesi), Fernández Noroña afirmó tener sólo 400 pesos en dos tarjetas.

Una de sus selfies (de Fernández Noroña) fue comiendo pan en algún lugar de Argentina porque era “todavía pan kirchnerista”, en alusión a la entonces presidenta populista Cristina Kirchner, quien actualmente enfrenta un juicio por fraude al Estado.

Tan mal hace ver al Poder Legislativo un personaje de lenguaje burdo y escasas ideas como Fernández Noroña, que ayer lo llamó “golpeador” un compañero de partido, el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo.

-No permitiremos que usted ponga desorden en este Congreso, advirtió Muñoz Ledo.

-Presidente no le voy a tolerar su falta de respeto, no le voy a tolerar su insolencia, respondió Fernández Noroña.

-No soy insolente, usted es un golpeador, usted es un golpeador, sentenció Muñoz Ledo.

Pero de eso vive Fernández Noroña, eh. Y hasta lo disfruta:

De su vocación de porro.