“Rescatar a la gente es un juego para él o mejor dicho, buscar a alguien para jugar”, cuenta el bombero español Moisés Belloch
Los binomios caninos han rescatado a decenas de personas entre los escombros de edificios derrumbados por el sismo de 7.1 grados que sacudió a México el pasado 19 de septiembre.
Ejemplo de ello es Frida, una labrador que ha salvado la vida de 54 personas en varios desastres naturales, y trabajó entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen.
Los binomios caninos trabajando en la escuela Enrique Rébsamen pic.twitter.com/9jseJd2Fbw
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) 20 de septiembre de 2017
Por su parte, Chichi es un pastor belga que localizó el cuerpo de un hombre en un inmueble derrumbado en la a calle Medellin 176 esquina con San Luis, en la Colonia Roma.
Como los mencionados, miles de perros colaboran en labores de recate en derrumbes, terremotos y avalanchas; no obstante, poco es lo que se conoce acerca de su entrenamiento.
Ella es Frida, pertenece a la Unidad Canina de la @SEMAR_mx y ha salvado más de 50 vidas en distintos desastres naturales. pic.twitter.com/SlQTiPgxAH
— Presidencia México (@PresidenciaMX) 21 de septiembre de 2017
“El perro es el único que se lo pasa bien en una catástrofe”, cuenta el bombero español Moisés Belloch a El País. “Rescatar a la gente es un juego para él o mejor dicho, buscar a alguien para jugar”.
“Nosotros trabajamos con animales de tamaño medio, cuyo peso no provoque el desplazamiento de los escombros”, explica el también presidente y fundador de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE).
Un gran abanico de razas y cruzas se utilizan para las labores, pero regularmente abundan los “border collie labradores, golden retriever, pastores alemanes y pastores belgas”.
Los entrenadores hacen que los canes se obsesionen con el juego, “bromeamos con que los convertimos en ludópatas”, indica Belloch. Por dos años, el perro vive y trabaja a diario con un voluntario-guía, dos días por semana se entrena en un terreno lleno de escombros.
Se inicia con un juguete básico, entrenador y perro forcejean para ganarla; posteriormente les enseñan a ladrar para exigir el juego, explica el bombero.
Después, el entrenamiento se torna más complejo, “si quieren jugar, pues me escondo, primero en una zona más restringida, para que no se despisten, luego en un área más amplia llena de cascotes. Cuando te encuentran, ladran para pedirte jugar”.
¡Estos son los binomios caninos de @PoliciaFedMx! Su misión es proteger y servir a México, arriesgando incluso su propia vida #FuerzaMexico pic.twitter.com/mWHxdsieQ6
— Policía Federal Mx (@PoliciaFedMx) 20 de septiembre de 2017
En entrenamiento tiene el objetivo de potenciar el olfato del los perros para que logren identificar la queratina humana, proteína presente en uñas piel y pelo que nos distingue de los animales; y así puedan encontrar a la víctima en distintos sitios.
Moisés Belloch subraya que educar a perros de rescate es más complicado que entrenarlos para detectar drogas o dinero, pues el único punto a trabajar en esos casos es el reconocimiento del olor en cualquier escenario.
“Los perros rescatadores han de moverse en terrenos distintos”, además de que necesitan trabajar en la percepción de las alturas, misma que es difícil de controlar para los canes.
¿Cómo sabe el perro que debe identificar a la persona que está entre los escombros y no cualquier otra persona presente en el lugar? Se le entrena para que aprenda que el único que va a ‘jugar’ con él es quien está bajo los escombros.
“Al inicio, el guía le enseña su juguete… y lo guarda en su espalda”, señala Belloch. “El perro ya sabe que comienza el juego. Olisquea a los de alrededor, que no le hacen caso, y se centra en percibir el olor de quien está bajo tierra”.
“Al hallarle, entiende que es el que juega con él porque el guía le premia enseñándole el juguete”, explica el bombero.
Con información de El País