Minuto a Minuto

Nacional Migrantes regresan a albergues ante falta de oportunidades en la frontera norte de México
Activistas piden a las empresas locales que abran sus puertas a los migrantes que buscan establecerse legalmente en Ciudad Juárez
Nacional Bloquean cuentas bancarias de Raúl Rocha, dueño de Miss Universo
El empresario Raúl Rocha fungiría como testigo colaborador en un caso de delincuencia organizada, si bien se congelaron sus cuentas bancarias
Internacional Trump reactivará la Doctrina Monroe en EE.UU., ¿qué significa?
La Doctrina Monroe, instaurada por el expresidente James Monroe, tiene como objetivo recuperar la primacía de EE.UU. en el continente
Nacional Video: Perros pitbull atacan a mujer en Tláhuac, CDMX
Se viralizaron imágenes de tres perros pitbull atacando a una mujer en calles de la alcaldía Tláhuac, Ciudad de México
Entretenimiento Netflix compra Warner Bros, ¿qué pasará con la plataforma HBO Max?
El catálogo de series y películas de Warner Bros. estará disponible en Netflix, por lo que HBO Max podría desaparecer

Los “50 Lineamientos para un Proyecto Alternativo de Nación”, de López Obrador, son las primeras propuestas explícitas de un aspirante presidencial con partido para las elecciones de 2018.

Hay también el proyecto de un aspirante independiente, el del libro de Jorge Castañeda: Sólo así.

El resto del camino hacia 2018 es por lo pronto un forcejeo político donde abundan los golpes y brillan por su ausencia los proyectos.

Hay que celebrar el documento de AMLO porque traza desde ahora lo que sería su gobierno si, como todas las encuestas sugieren que puede suceder, gana en 2018.

He leído con cuidado los “50 Lineamientos…”. Creo que tienen tres dimensiones: una promesa de futuro, dos prioridades políticas y un menú de políticas públicas.

La eficacia del documento es piramidal: quien crea la promesa de futuro creerá las prioridades políticas y el menú de políticas públicas.

No a la inversa: no es un documento convincente por sus propuestas, sino por la promesa de tono profético que las envuelve.

López Obrador propone “construir aquí en la Tierra, el reino de la justicia y de la fraternidad”. Es la línea final del documento. No es un adorno retórico, sino el fondo emotivo, la apuesta de verosimilitud central de su proyecto.

En ese proyecto hay una tierra prometida, un hombre capaz de conducir hacia ella y una convocatoria llana a creer en ambas cosas.

Digo esto sin asomo de ironía o intención de caricatura. El llamado a creer puede ser la pieza más potente de la propuesta de López Obrador, porque está leyendo algo sencillo y profundo de las emociones que dominan el desencanto mexicano.

Ese algo podría resumirse de la siguiente manera: ahí donde todos dicen ya no creer en nada, debe haber unas ganas enormes de creer en algo.

Esto puede ser verdad, si no para todos, al menos para una franja de ciudadanos urgidos de creer. No hace falta que las ganas de creer ganen las emociones de todos los mexicanos. Basta con que un tercio de los votantes se dispongan a creer que la promesa de AMLO vale como una profecía.

[email protected]