
El pontífice emitió un mensaje dirigido a los jóvenes en el Estadio Morelos. Dijo que son la riqueza de México y pidió que no perdieran la esperanza
En el momento de la salida, el papa Francisco se acercó a la gente a saludarla y bendecirla, acto que ha hecho cotidianamente en todos los encuentros.
Sin embargo, con el afán de querer estar cerca de él, el pontífice sufrió diversos jaloneos por parte de los asistentes.
El papa reaccionó con un fuerte enojo con la gente, porque, de tanto que lo empujaron y por causa de algunas personas que querían adelantarse a otros a estrecharlo, este terminó cayendo encima de una persona con discapacidad, hecho que provocó que alzara la voz contra la gente que estaba cerca de la valla que dividía al pontífice de los asistentes.
“No sea egoísta, no sea egoísta”, asevera el papa a la persona que lo jaló, con los guardias del pontífice en clara alerta. Mismas reacciones que se pueden ver en este video.
El papa Francisco visita Morelia
El papa Francisco recibió a miles de jóvenes en el Estadio Morelos la tarde de este martes en su visita a Morelia, Michoacán.


A ritmo de cantos, bailes típicos de Michoacán y exhibición de artesanías e imágenes tradicionales de la entidad dio inicio la reunión, donde el papa Francisco se vio envuelto en una cálida acogida.


El papa recibió de los jóvenes un mensaje de bienvenida, mismo que reflejó la multiculturalidad de Michoacán y del país.
“Los jóvenes mexicanos te recibimos con el alma y estamos haciendo lío”, señaló el mensaje. Los jóvenes, además, le entregaron una cruz de la Pastoral Juvenil Latinoamericana.

“Gozamos de la celebración de la fe”, señaló un menor que tuvo oportunidad de hablar ante el pontífice.
“Tenemos cosas favorables, pero también otras nada favorables; hay realidades que nos condicionan más allá de nuesrta voluntad, pero hay otras que, si nos aplicamos, pueden ser diferentes. Nos desanima que el país no nos dé la misma oportunidad para realizarnos en una profesión”.

“Nos afecta la violencia, de la cual muchos hemos sido lastimados de uno u otro modo”, indicó otro joven. “Cada día crece la sensación de inconformidad por nuestro país. Por eso hoy los jóvenes queremos comprometernos a vencer la tibieza y los conformismos”.

“¿Y quién nos da esperanza a nosotros? ¿De dónde agarrarnos para tener esperanza” inquirió una joven que también tomó la palabra, señalando que “Jesús es la respuesta a la esperanza”, hecho que provocó el alarido de los asistentes.
“Hoy los jóvenes vemos en ti el rostro de la esperanza que tanto necesitamos. En ti vemos a la Iglesia en la que sí creemos. Te amamos. No cambies; eres La Alegría del Evangelio (aludiendo a su primer Encíclica, ‘Evangelium Gadium’)”, indicó la misma joven que hizo uso de la palabra.

El mensaje del papa
El papa inició su mensaje saludando a todos aquellos jóvenes que están siguiendo la transmisión en línea a través de plazas públicas, como la plaza San Juan Pablo II en Guadalajara.
“A medida que hablaban, iba tomando nota de cosas que me parecían importantes, para que no quedaran en el aire. Yo resumí lo que me habían dicho y doy respuesta”.

“Les cuento que cuando llegué a esta tierra, fui recibido con una calurosa bienvenida, y pude constatar algo que ya sabía desde hace tiempo: la vitalidad, la alegría, el espíritu festivo del pueblo mexicano”, señaló.
“Hoy después de escucharlos y verlos, constato otra certeza, algo que le dije al presidente de la Nación en mi primer saludo; uno de los mayores tesoros de esta tierra mexicana tiene rostro joven, son sus jóvenes. Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra. Cuidado, no dije su esperanza; dije su riqueza”, declaró.
“Una montaña puede tener minerales ricos que van a servir para el progreso de la humanidad de su riqueza, pero esa riqueza hay que transformarla en esperanza, como lo hacen los mineros. Ustedes son la riqueza; hay que transformarla en esperanza”, señaló.
“Todos podemos vivir, pero no podemos vivir sin esperanza; si el día de mañana no podemos sentir el mañana; si uno primero no logra valorarse, no logra sentir que su vida, sus manos, su historia vale la pena; sentir que eso que Alberto decía que ‘con mis manos, con mi corazón, con mi mente, puedo construir esperanza. Si yo no siento nada, la esperanza no puede entrar en el corazón”.
“La esperanza nace cuando se puede experimentar que no todo está perdido, y para eso es necesario el ejercicio de empezar por casa, de empezar por uno mismo. No todo está perdido”, indicó el papa. “No estoy perdido, yo valgo mucho”.
Acto seguido, apeló a “¿Es verdad que todo está perdido? ¿Yo estoy perdido o perdida? ¿Yo valgo? ¿Valgo poco? ¿Mucho? La principal amenaza a la esperanza son los discursos que te desvalorizan, te van como chupando el valor, y uno termina como caído, como arrugado, con el corazón triste. Discursos que te hacen sentir ‘de segunda’ sino de cuarta'”.

La gran dificultad para la esperanza es “cuando una familia, sociedad o escuela te hacen sentir que no les importas. Eso mata, aniquila, y es la puerta de ingreso para tanto dolor”.
“Pero también hay esperanza, la esperanza de que ustedes crezcan y den sus frutos. Esa sed de creer que empiezas a disfrazar de ropas, marcas, último grito de la moda, o cuando te vuelves con prestigio importante por tener dinero, pero en el fondo de tu corazón, no cree que seas digno de cariño, digno de amor, y eso tu corazón lo intuye. La esperanza está amordazada por lo que te hacen creer; no te la dejan surgir. La principal amenaza es cuando uno siente que tiene que tener plata para comprar todo, incluso el cariño de los demás. La principal amenaza es creer que por tener un gran carro, sos feliz. Es difícil sentirse parte de la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno”, indicó. “La riqueza la llevan adentro, y la esperanza la llevan adentro, pero no es fácil”.
“Pero pese a todo, no me voy a cansar de decirlo, ustedes son la riqueza de México”.

“Perdimos el encanto de disfrutar del encuentro. Para que esta riqueza movida por la esperanza vaya adelante, hay que soñar; no pierdan el encanto de soñar, atrévanse a soñar”, señaló.
“Como ustedes, creo en Jesucristo”. Además, el papa Francisco hizo un pronunciamiento sobre los elementos que amenazan a la juventud, indicando que la pobreza, la falta de oportunidades y el narcotráfico, son un verdadero desafío.
“Es mentira que la forma de ser joven está en las manos del narcotráfico o en manos de quienes hacen el mal; eso es mentira”, indicó el pontífice.
“Es mentira que la única forma que tienen los jóvenes de vivir aquí es en la pobreza, en la marginación, en la marginación de oportunidades, marginación de capacitación, de educación, en la marginación de la esperanza. Es Jesucristo quien desmiente todos los intentos de hacer inútiles”, señaló.
Cuando indicó que tenía una palabra de esperanza para los jóvenes, tal como se lo habían pedido, el pontífice indicó que “la palabra que tengo para decirles, la que es la base de todo, se llama Jesucristo. Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el tiempo encima, abracen su cruz, abrácenlo a él. Por favor, nunca se suelten de su mano, aunque los esté llevando adelante arrastrando, y si se caen una vez, déjense arrastrar por él”.
“Por eso, queridos amigos, de la mano de Jesús, les pido que no se dejen de excluir, no se dejen de valorizar, no se dejen tratar como mercancía. Jesús nos dio un consejo para esto: sean astutos como serpientes y humildes como palomas, las dos virtudes juntas”.
Recordó que “a los jóvenes viveza no les falta. A veces les falta la astucia para que no se alejen”.
Si siguen este mensaje “no tendrán el mejor carro en frente de su puerta, no tendrán los bolsillos llenos de dinero, pero tendrán algo que nadie nunca les podrá sacarle: la experiencia de sentirse amados, acompañados, y vivirán el encanto de disfrutar del encuentro, el encanto de soñar en el encuentro de todos, y tendrán la dignidad”
Riqueza, esperanza y dignidad
“Riqueza, esperanza y dignidad”, fue como apuntó el papa Francisco. Riqueza, porque los jóvenes “son la riqueza de México”; esperanza, porque viven “la esperanza que les da Jesucristo”, y dignidad, porque la tienen porque es la “que les da el no dejarse sobar el lomo y ser mercadería para los bolsillos de otros”
“Ser joven en México es la mayor riqueza, y por lo tanto no puede ser sacrificada”, apuntó el pontífice.
“Jesús es la esperanza; nunca nos invitaría a ser sicarios, sino nos invita a ser discípulos, nos llama amigos. Todo en él es invitación a la vida, una vida en familia, una vida en comunidad”, apuntó.
La familia, base de la nación
En la parte final de su mensaje, habló sobre la familia, misma que catalogó como la piedra base de una gran nación.
“Nunca dejen de lado a la familia. La familia es la tierra de base de la construcción de una gran nación”, afirmó, a la cual también denominó como “la primera escuela de una nación”.

“Les agradezco este encuentro y les pido que recen por mí”, fue el mensaje final con el que el pontífice cerró su discurso, mismo que fue fuertemente vitoreado por los asistentes.
Como parte de la ceremonia, continuaron los cantos dirigidos al pontífice, para después proceder con oraciones y peticiones.
Redacción




