A punto de celebrar 250 años de su fundación, en 2026, Estados Unidos llega con un presidente que -después de vicisitudes y grandes desafíos legales- cristaliza vertiginosamente la consecución de su agenda
A punto de celebrar 250 años de su fundación, en 2026, Estados Unidos llega con un presidente que -después de vicisitudes y grandes desafíos legales- cristaliza vertiginosamente la consecución de su agenda.
Pero, no la de su campaña política que lo llevó de nuevo a la Casa Blanca; sus promesas de “reducir los precios apenas tomara posesión, generar empleos, controlar la inflación, difundir públicamente los archivos secretos del pederasta millonario Jeffrey Epstein, su inseparable amigo, durante décadas, y regresar las tropas a casa y terminar las guerras,” sino su agenda personal.
Con el mayor poder que un presidente haya tenido en la historia, pesadilla de los Padres Fundadores de esta nación- por un Congreso sumiso que le cedió su autoridad constitucional para fijar impuestos, gasto público, declaración de guerra o regulación del comercio, avalado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en sólo 11 meses de este, el año más lucrativo de su vida, el presidente Donald Trump, casi duplicó la fortuna de 4,400 millones de dólares, acumulada durante toda su vida, aumentándola a 7,300 millones de dólares, con lo que ascendió de la posición 83 a la 201, en la lista de multimillonarios del mundo, de la revista Forbes.

Eliminando controles regulatorios de la criptomoneda, World Liberty Financial, propiedad de su familia, con inversión de oscuros compradores o defraudadores, como Justin Sun, acusado de fraude por la Securities Exchange Commission, quien invirtió 75 millones de dólares y 40 millones de dólares al presidente y sus familiares, convirtieron a esa empresa en máquina de dinero, util para saldar sus cuentas y acumular la riqueza de los Trump, de acuerdo a la revista Forbes.
Mientras Trump usa el poder presidencial para reescribir su versión de la historia de este país, borrando contribuciones de mujeres y minorías a este país, monumentos y registros que dan cuenta de ello, busca modificar su condición de “primer presidente criminalmente convicto,” y la colusión de su comité de campaña con Rusia, manipulando instituciones de justicia y vengándose de quienes, en cumplimiento de su deber, lo investigaron o denunciaron, como James Comey, ex director del FBI, su ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, la ex fiscal de Nueva York, Leticia James, John Brennan, ex director de la CIA y otros, por ahora.

A pesar de una explícita e irrefutable prueba de su intervención ilegal en la elección de Georgia, en 2020, pidiendo a Ralph Raffensperger 11 mil 780 votos para ganar, presionó, hasta que el proceso pendiente, se cerrara definitivamente.
Cobró 230 millones de dólares “de cuentas de abogados,” al Departamento de Justicia y espera que un tribunal de Nueva York le condone una multa de 500 millones de dólares, impuesta por fraude de sus empresas en Nueva York, mientras recibe altas sumas de dinero de bufetes de abogados y cadenas de Televisión, por supuesta difamación, o a cambio de perdón presidencial a convictos, que purgaban largas condenas.
Pero esto es solo el inicio.
A pesar de que la Constitución confiere poderes limitados al presidente para ejecutar leyes emanadas del Congreso, y la Cláusula de Emolumentos, por temor a que “un hombre avaro, fuera tentado a traicionar los intereses del Estado, por la adquisición de riqueza, ayudado por gobiernos extranjeros”, Trump recibe grandes sumas de dinero, por continuas visitas a Mar-a-Lago, sus campos de Golf en Virginia y Nueva York y franquicias en el mundo, por la afluencia de quienes buscan congraciarse con él, redituando cientos de millones de dólares más, y firma más convenios para construir nuevos hoteles y campos de golf, en Arabia Saudita, Jordania, Qatar, India, Vietnam, Rumania y Emiratos Árabes Unidos y 18 países más.

Planea construir Villas en sus Campos de Golf en Miami y Escocia, de acuerdo al periodista Dan Alexander, editor especializado en las inversiones de Trump, de la revista Forbes.
Invertirá en la ominosa construcción de un mega desarrollo turístico, con islas similares a las de Dubai en la “Riviera de Gaza,” que propuso, sobre el terreno que ayudó a “demoler”; escenario del intento de exterminio Palestino, con brutales ataques de un brutal ejército israelí, sin incluir el bloqueo de ayuda humanitaria, de agua, alimentos, medicinas y materiales, enviados de todo el mundo, a más de 2 millones de Palestinos famélicos, que resultó en la ejecución de casi 100 mil personas, de las que más de 40 mil eran niños, perpetrado por el criminal de guerra, Benjamín Netanyahu, a quien proporcionó miles de bombas, armas y equipo.

Bombardeos que terminaron al fin de la demolición, haciendo pensar al mundo que fue un “cese al fuego, producto de su gestión,” a pesar de haber buscado neutralizar el reconocimiento casi unánime del estado Palestino en la ONU y por el que espera recibir el Premio Nobel de la Paz, propuesto por el genocida Netanyahu.

Su insaciable sed de dinero, lo llevó a Ucrania, “negociando” inicialmente solo con Rusia, en Arabia Saudita, sin Volodímir Zelenski, para “normalizar relaciones.”
Putin pidió el fin de sanciones de Estados Unidos e invitó a millonarios norteamericanos a invertir más de 15 mil millones de dólares, en proyectos de plantas eléctricas en Murmansk, en el Cáucaso, en Kabardino Balkaria, en Yakutia, Tuva o en Krasnoyarsk, para producir y vender más Aluminio y venderlo a Estados Unidos, así como minerales raros, de los que Putin busca apoderarse también de yacimientos en Ucrania.

También pidió suspender ayuda militar a Ucrania y en cambio, asociarse en ambiciosos proyectos de explotación de recursos petroleros, de minerales raros y construcción de desarrollos turísticos, en la Zona del Artico, donde planea crear nuevas rutas de navegación marítima.
Así, la ambición desmedida de Trump, llevó al “plan de paz” de 28 puntos, favorable a Moscú, preparado a finales de Octubre en Miami, por Jared Kushner, yerno del presidente, el millonario Steve Witkoff, “enviado” de Trump para Ucrania y Rusia y Kirill Dmitriev, fiel aliado de Putin y amigo personal de Kushner, como recientemente denunció el diario Wall Street Journal.
Plan que rechazaron el presidente Zelensky, aliados Europeos y congresistas republicanos y demócratas, advirtiendo que “recompensar al invasor ruso con territorios ilegalmente ocupados, tendría un impacto negativo en la seguridad global.”
Expertos estrategas cuestionan por qué, si realmente quiere la paz, el presidente Trump no advierte a Moscú que, si no deja de atacar, Ucrania podría ser incorporada de inmediato a la OTAN, en lugar de avalar el despojo ilegal de territorio de Ucrania.
En Estados Unidos crece la inconformidad por las devastadoras consecuencias del cierre del gobierno, la cancelación de vuelos y por el mayor costo de celebraciones del Día de Acción de Gracias y Navidad, por las tarifas, preocupada por el despliegue de más tropas en Washington, donde aumentan las protestas.
Y por nuevos escándalos, a causa de la imposición ilegal de exabogadas del presidente Trump, como Lindsey Halligan, Fiscal Federal en Virginia para vengarse de James Comey y John Bolton, su ex-asesor nacional de Seguridad y Alina Habba, en New Jersey, luego que un panel federal de apelaciones, consideró ilegal, porque no fueron confirmadas por el Senado, como establece la Ley Federal de Reforma para la nominación de cargos vacantes, por lo que los casos que hayan presentado, carecen de validez.
