Y le cuento todo esto para que a la hora que conformen la lista de 10 candidatos para el cargo de Fiscal General de la República valoren la integridad, la ética y el compromiso de cada uno. Estamos hartos de tanta negligencia que lleva a la impunidad
LIC. LAURA ITZEL CASTILLO,
PRESIDENTA DE LA MESA DIRECTIVA,
SENADO DE LA REPÚBLICA
Tal como nos lo comentó Carlos Loret en su columna en El Universal, ayer por la tarde Alejandro Gertz Manero renunció al cargo de Fiscal General de la República; se irá de embajador a Alemania. Llegó al cargo con el primer piso de la 4T y su trayectoria fue de claroscuros, bueno, más de oscuros que de claros.
Durante la gestión lopezobradorista, el fiscal brillaba por su ausencia si la procuración de justicia no guardaba tintes de interés personal. Baste recordar que ninguno de los casos relevantes que estuvieron a su cargo terminaron en alguna sentencia y se fue zafando de obligaciones que debió atender.
Una de sus primeras “medallas” fue la persecución que hizo de científicos de alto renombre, por disponer del presupuesto que tenían asignado en el Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología. Desde su obtuso punto de vista, habían cometido peculado, lavado de dinero, uso ilícito de atribuciones y delincuencia organizada. Felizmente, un juez los exoneró.
Para 2023 y sin que la recién creada Fiscalía hubiera madurado, se propuso reformar la institución. Después de muchos jaloneos, la Ley de la Fiscalía General de la República fue aprobada y tuvo nefastas consecuencias, como que ya no tendría la obligación de apoyar la búsqueda de personas desaparecidas como tampoco participar el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, ni en la Comisión Intersecretarial para el Combate a la Trata de Personas ni en el Programa para Prevenir y Sancionar la Tortura. Como si ninguno de esos delitos fuese del ámbito de su competencia.
No me extenderé, doña Laura, sobre el caso Odebrecht-Lozoya porque es de todos sabido el fiasco que resultó el tratar de involucrar a políticos de la oposición, particularmente a Ricardo Anaya (PAN) y Luis Videgaray (PRI).
Un episodio particularmente penoso fue el de Alejandra Cuevas, hija de Alejandra Morán quien fuera pareja de Federico Gertz. Este último ya tenía 82 años y su salud estaba muy deteriorada cuando don Alejandro lo extrajo de la casa donde vivía con Morán; un mes después, falleció.
Todo esto ocurrió antes de que Gertz llegara a la Fiscalía, pero eso no fue óbice para que acusar a las dos Alejandras de homicidio por omisión de cuidados, delito inexistente en el Código Penal. Los tribunales de la CDMX rechazaron su petición, pero cuando Gertz llegó a la Fiscalía logró encarcelar a Alejandra Cuevas. De acuerdo con información de la periodista Anabel Hernández el motivo de tan encarnizada persecución era la disputa de varios millones de dólares radicados en Suiza. Tuvo que intervenir la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que Cuevas fuera liberada en 2022.
Durante la administración claudista el desempeño de Gertz no mejoró más allá de que de vez en cuando se le veía en las mañaneras. Los casos relevantes los fue dejando al olvido.
Así ocurrió con el asunto el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, localizado por padres buscadores y donde se encontraron vestimentas de todo tipo. Antes de hacer cualquier investigación, Gertz descartó que fuera un predio dedicado al exterminio, aduciendo que solo era de entrenamiento.
No podemos olvidar la filtración de los expedientes de las investigaciones sobre el huachicol fiscal, con lo cual se salpicó a muchos actores políticos y empresariales de primer nivel y se alertó a muchos más que estarían siendo investigados; con tales filtraciones podría ponerse en riesgo el debido proceso. Y para colmo, no dio muestras de proseguir con las investigaciones para la obtención de más órdenes de aprehensión, cuando en su momento se habló de por lo menos dos centenares de involucrados.
Hay varios casos más que fueron muy mal manejados, como las estafas a BIRMEX, SEGALMEX y La Barredora, pero el espacio se me acaba, así que vayamos al más reciente. Habiendo sido acusado de delitos federales graves como contrabando de combustible y de armas, en su calidad de testigo colaborador Raúl Rocha andaba con toda libertad participando en el concurso Miss Universo, en Tailandia. Y para mayor inri, Rocha había sobornado a una funcionaria de la FGR para informarse sobre el avance de su situación.
Dicen los que lo han tratado de que Gertz tiene un problema de ego. Ya ve que, después de cuatro intentos fallidos para formar parte del Sistema Nacional de Investigadores por no cumplir con los requisitos, se conchabó a María Elena Álvarez-Buylla para ingresar y hasta el más alto nivel. Aparte de no tener los méritos, pertenecer al Sistema implica hacer constantemente investigación académica, lo cual evidentemente era incompatible con su función de fiscal.
En abono de lo anterior, ha trascendido que tiene problemas para trabajar en equipo, ya sea en el Gabinete de Seguridad o con las fiscalías estatales. Ya ve, doña Laura, el pleito casado que traía con Julio Scherer cuando éste era Consejero Jurídico de la Presidencia; no digo que este último sea una blanca paloma, pero lo cierto es que Gertz utilizó su cargo para hacerle marcaje personal fuera de los cauces institucionales.
Y le cuento todo esto para que a la hora que conformen la lista de 10 candidatos para el cargo de Fiscal General de la República valoren la integridad, la ética y el compromiso de cada uno. Estamos hartos de tanta negligencia que lleva a la impunidad.
+ Con la colaboración de Upa Ruiz
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