Porque lo que sí es evidente es que nadie se traga la especie de que el Bloque Negro fue promovido por la ultraderecha internacional, ni los partidos tradicionales, ni la Generación Z. Simplemente no les convenía
LIC. ROSA ICELA RODRÍGUEZ,
SECRETARIA DE GOBERNACIÓN:
+ Perversidad: maldad, perfidia, vileza.
Diccionario de la Real Academia
Como en muchos casos, en México se dan copias sui generis de los movimientos que surgen en el mundo y el Bloque Negro (BN) no es la excepción.
El BN es una manifestación ya a nivel internacional cuyos orígenes se remontan a 1980, cuando varios “ocupas” de predios berlineses se opusieron a su desalojo; iban con cascos, escudos y armas improvisadas para enfrentarse a la policía. Su ejemplo cundió primero por Europa, para protestar por distintas causas, como el uso de energía nuclear, la guerra, el racismo y el capitalismo. Del viejo continente se extendió a América.
Su primer acto que recibió atención internacional ocurrió en 1991, cuando el BN destrozó las ventanas del Banco Mundial, en Washington D.C. para manifestarse en contra de la guerra de Irak. Pero el suceso que los llevó a la fama fue “La Batalla de Seattle” en 1999, cuando hicieron uso de una violencia extensiva como oposición a la globalización que representaba la Tercera Cumbre Internacional de la Organización Mundial de Comercio.
No tengo el dato preciso de cuándo se conformó el Bloque Negro mexicano (BNM); si la memoria no me falla la primera aparición que captó la atención pública fue durante la toma de posesión de Enrique Peña Nieto y, a partir de entonces, su presencia es recurrente en algunas manifestaciones.
No pretendo ser un sociólogo experto, pero percibo ciertas diferencias importantes entre el BN y su versión mexicana. De entrada, el primero acusa alguna postura política que tal vez no llegue a ser ideología, pero sí es un posicionamiento ante aspectos que consideran inaceptables; ese es el caso de los globalifóbicos. En cambio, el BNM acude a marchas de toda índole; no vayamos lejos, lo mismo se apersonó en la conmemoración del 2 de octubre que en la protesta convocada por la Generación Z el pasado 15 de noviembre.
Otra diferencia, doña Rosa Icela, es que el BN en distintos países no recurren al pillaje de los comercios. Por ejemplo, en “La Batalla de Seattle” los bloquistas arremetieron contra las tiendas aledañas, pero no las saquearon; en cambio, en México, tiro por viaje asaltan los comercios de la zona, máxime que muchos son joyerías.
En lo que sí coinciden es en su conformación. Los grupos son temporales y cambiantes a partir de afinidades y para acciones concretas, de tal suerte que no siempre son los mismos; funcionan a partir de la horizontalidad, es decir, no hay precisamente un líder ni una jerarquía; operan con total autonomía, de tal suerte que dentro de un mismo evento, un grupo puede estar a favor de tácticas violentas y otro no aplicarlas; buscan permanecer en el anonimato, de ahí el uso generalizado de vestimenta negra y pasamontañas; y, por último, enaltecen la teatralidad de la violencia, ya sea que la provoquen o la reciban de las fuerzas del orden.
Si lo queremos ver por el lado sociológico, el Bloque Negro Mexicano más parece ser un grupo anómico y antisistema, cuyo propósito es la destrucción por la destrucción misma. Lamentable que estos jóvenes no tengan un horizonte al cual aspirar y que estén dispuestos a partirse la cara por el mero gusto.
Pero si lo queremos ver por el lado político, no deja de mover a duda que el Bloque Negro mexicano no se haya presentado a ninguna marcha convocada por MORENA, ni cuando ésta era oposición ni ahora que está en el poder.
Su presencia en la manifestación del 15 de noviembre tendría tres propósitos: primero que nada, impedir que los manifestantes ciudadanos llegaran al Zócalo, o sea, reventarla; segundo, manchar la marcha; y tercero, que en siguientes convocatorias la gente se la piense antes de acudir. Tales objetivos solo podrían provenir de algún actor político interesado en desgastar las manifestaciones de la oposición a la 4T.
En esta lógica suena un tanto perverso que alguien mueva (¿y pague?) al Bloque Negro mexicano para hacer quedar mal a los no simpatizantes de la 4T y para ello confrontarlo con la policía, aunque ambas partes resulten con lesiones provocadas por las pedradas, los petardos y los tubazos.
Porque lo que sí es evidente es que nadie se traga la especie de que el Bloque Negro fue promovido por la ultraderecha internacional, ni los partidos tradicionales, ni la Generación Z. Simplemente no les convenía.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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