Minuto a Minuto

Internacional #Video Tres muertos al caer una avioneta sobre una autopista cerca de París
Los tres ocupantes de un avión pequeño murieron al caer la aeronave sobre una autopista cerca de París
Nacional Ataque afuera de bar en Coyoacán deja dos jóvenes muertos
Un joven de 18 años y otro de 15 años murieron producto de un ataque afuera de un bar en Coyoacán
Internacional El laberinto demócrata: las claves del complejo proceso para sustituir a Biden
Las reglas del Partido Demócrata hacen prácticamente inviable reemplazar a Biden como candidato presidencial sin su consentimiento
Internacional Movilización histórica de los franceses en las urnas ante un probable vuelco político
Los franceses eligen en las legislativas a los 577 diputados que los representarán en la Asamblea Nacional en otras tantas circunscripciones uninominales
Ciencia y Tecnología Las propuestas de EE.UU. para limitar influencia de las redes sociales: etiquetas o veto, entre otras
En Estados Unidos, cuna de las tecnológicas, cada vez surgen más ideas y propuestas para limitar la influencia de las redes sociales

No hay duda sobre el triunfo de Morena el 2 de junio, pero hay algo que precisar en sus proporciones y en sus consecuencias.

Hubo dos elecciones distintas: la de la Presidencia y la del Congreso.

La victoria presidencial es clara. Sheinbaum recibió 36 millones de votos, 6 más que López Obrador en 2018. Y los recibió de todos los sectores de la población.

Según El Financiero, 49% de la “clase media alta” votó por Sheinbaum y 56% de la “clase media” a secas, también. En la “clase media baja”, Sheinbaum obtuvo 61% de los votos y en la “clase baja”, 71%.

Las dos últimas cifras no sorprenden a nadie dado el dinero y la operación política dedicada a esos segmentos por el Presidente.

Pero los votantes de los otros segmentos de clase media son claves. Expresan la convicción de la mayoría de los votantes del país en todas sus dimensiones sociales.

Aquí hay algo que precisar, pero nada que discutir: un 60% de los mexicanos votó por Claudia Sheinbaum y su “segundo piso”. Victoria incuestionable, pero no total. Precisión obvia: 40% de los votantes no tomó la opción de Sheinbaum; de los 60 millones que votaron, 23 millones votaron en contra.

La segunda elección, la del Congreso, tiene también números que atender.

La coalición oficialista para la Cámara de Diputados, 10% menos votos que su candidata presidencial: 54%, y Morena, solo 44”.

Un laberinto legal puede permitir que, con ese 54% de votos, la coalición oficialista se quede con 74% de las diputaciones, un salto cuántico, pues le daría al oficialismo la mayoría suficiente para cambiar la Constitución.

Poder cambiar la Constitución es el nombre del juego en esta elección. Sin eso no se puede cumplir en septiembre, antes de salir López Obrador, la aprobación de sus reformas constitucionales, esas que que Claudia Sheinbaum hizo suyas, pero que ahora, al parecer, preferiría llevar despacio.

Apareció aquí la primera fisura entre el presidente en funciones y la presidenta electa, con consecuencias en el tipo de cambio y, sobre todo, en la definición de quién manda.

Iremos viendo.