Si toca tierra suavemente la política monetaria podría tener menos estragos el aparato económico, pero todavía falta mucho para ese aterrizaje
Cuando el enorme avión de la economía de Estados Unidos volaba en la turbulencia de la inflación más alta en ese país en 40 años, el capitán responsable de la política monetaria les dijo a los pasajeros que se prepararan para un aterrizaje forzoso.
Y es que para poder regresar de ese espectacular 9.1% de inflación anualizada en junio del 2022 a la meta de 2% anual el capitán Fed (Reserva Federal de Estados Unidos) tenía que aplicar los flaps de la tasa de interés a tope, hasta ese nivel que ahora vemos de 5.50 por ciento.
No era poca cosa, porque el costo del dinero había sido durante muchos años en Estados Unidos de cero y de la mano de otros incentivos monetarios que acostumbraron a la economía más grande del mundo a que el financiamiento era prácticamente gratis y por lo tanto el consumo se podía financiar sin mayores repercusiones.
Hay que recodar que ese mismo jumbo jet recién salía de la peor tormenta económica derivada de la pandemia de Covid-19 y que la medicina de recuperación incluyó esos incentivos al consumo.
Pero el mundo estaba en crisis por la desintegración de las cadenas productivas, por problemas de logística y porque al déspota Presidente ruso se le ocurrió invadir un país europeo, todo esto generó una burbuja de inflación más persistente de lo que se creyó.
Así que, niveles tan elevados de las tasas de interés para controlar una inflación que no se veía tan alta en Estados Unidos desde los años 80, seguro provocaría estragos en la economía y con ello el anticipo era un aterrizaje forzoso en el terreno de la recesión.
En plena tormenta inflacionaria después del verano del año pasado la medicina inflacionaria empezó a funcionar, la baja del Índice de Precios al Consumidor fue constante, pero todavía a esas alturas del 2022 el cálculo era que el avión tocaría la pista de la recesión con un fuerte impacto.
Ha pasado prácticamente todo el 2023, la desinflación ha tenido sus pausas, pero hoy se ve con buena cara para poder alcanzar el objetivo de regresar a la meta de 2% tan pronto como el próximo año.
Ha sido un éxito del capitán Fed que ahora hace que el mega avión económico estadounidense vuele por cielos inflacionarios más estables y con la perspectiva de que podrían tocar tierra en una economía que sí se desacelere, pero que quede lejos de la recesión.
Si toca tierra suavemente la política monetaria podría tener menos estragos el aparato económico, pero todavía falta mucho para ese aterrizaje.
Pinta bien la economía, el cierre de este 2023 parece que mantendrá un nivel de crecimiento que hasta hace poco parecía muy difícil y durante el 2024 podría pasar cerca del suelo de 0% de crecimiento, pero no parece que pudiera tocar más abajo.
Lo que sigue es que el capitán Fed tenga la pericia necesaria para que las altas tasas de interés de hoy puedan regresar a la neutralidad de manera suave.
Es una maniobra difícil porque los pasajeros del área de business class, que son los mercados que llevan los capitales de los que viajan en primera clase, suelen ser muy nerviosos con los movimientos del capitán Fed.