Por ahí debería enfocar su discurso la candidata de la oposición: y repetirlo hasta el cansancio. Porque la elección de 2024 no votará por el México de “hace décadas”: la elección de 2024 votará por el México que hay desde 2018, y trazará al México de las próximas décadas
Por cómo designó a su candidata presidencial y las nueve candidaturas estatales para 2024, el presidente está convencido de que las elecciones se ganan con disciplina partidista, control de medios y el uso despiadado y sin vergüenza de todas las instituciones y fuerzas del Estado.
Y Morena se lo pone en blanco y negro, a su gusto, en el Dossier Informativo interno que hizo público, y según el cual ha ganado 73.9 por ciento de las elecciones en las que ha participado, con triunfos en 17 de 23. Y que en 2024 ganará de manera holgada, con ventaja de hasta dos dígitos.
En cambio, la oposición, en el Frente Amplio por México, está rezagada por disputas internas surgidas a causa de la selección de métodos para elegir a sus aspirantes, y por el cumplimiento de la cuota de paridad de género, y la campaña de la candidata presidencial perdió vuelo.
La candidata de la oposición ni siquiera tiene un nombre todavía para referirse a sus adversarios. Para éstos, la oposición es conserva ¿Qué son ellos para la oposición?: castrochavistas, populistas, nacionalpopulistas, socialistas, comunistas? Sin eso, toda campaña política está coja.
Al contrario, el centro de su discurso es que en México “hay sed de justicia desde hace décadas”, que es el mismo con el cual ganó el actual presidente en 2018. Por eso, el centro de su discurso debería ser el desastre que ha sido este gobierno, y la destrucción que ha hecho desde 2018.
¿Para qué hablar de “hace décadas”, cuando hay tanto que achacarle al adversario electoral de dentro de ocho meses? Un adversario que ganó gracias a la votación masiva de la clase media en su contra y que, a buena parte de la cual, tiene en la ruina, después de cinco años.
Y que ganó con el eslogan de Primero los Pobres, y ha dado a los pobres un golpe irreversible: de donde más se van a EU es de los estados más pobres: Chiapas (11.5 por ciento), Oaxaca (11) y Guerrero (10.7); y 53 millones perdieron el Seguro Popular, que les daba acceso gratuito a la salud.
Para una campaña electoral, ese desastre y esa la destrucción tienen un responsable: el presidente. Para una campaña electoral, ese desastre y esa la destrucción tienen marca: castrochavismo. En una campaña electoral, para ese desastre y esa la destrucción hay un nombre: populismo.
Por ahí debería enfocar su discurso la candidata de la oposición: y repetirlo hasta el cansancio. Porque la elección de 2024 no votará por el México de “hace décadas”: la elección de 2024 votará por el México que hay desde 2018, y trazará al México de las próximas décadas.
Castrochavismo o democracia.