La memoria endeble de la sociedad enviará el registro de su asesinato a una cifra fría de la que nadie se hará responsable, porque seguramente mañana a partir de las 6am la agenda de Palacio Nacional, impondrá otros temas y otros intereses
Es la segunda periodista que es asesinada en apenas los primeros 24 días de este año, el que debería de ser mejor para todos, después de pandemia y en teoría por ser un año más de este gobierno que debería de tener cada vez más experiencia en el cuidado de sus ciudadanos y sociedad entera.
Es el 2022, dos años después de aquel 26 de marzo del 2019 en que Lourdes Mendoza se presentaba en la mañanera ante el presidente López Obrador para cuestionarlo, pero sobre todo para pedir ayudar y justicia al hacer visible su problema con aquél candidato a la gubernatura de Baja California, Jaime Bonilla.
El presidente la escuchó y la dirigió con el director de Comunicación Social, Jesús Ramírez. ¿Qué paso después? De eso no sabemos nada y no lo sabremos después, porque el día de ayer lamentablemente Lourdes fue asesinada dentro de su coche, cuando estaba por llegar o salir de su casa.
“Vengo para pedirle apoyo, ayuda y justicia social porque hasta temo por mi vida”, la frase que más retumba después de ver el video que circula por redes sociales. ¿Cuánto tiempo cargó ese temor? Imaginen despertar todos los días y en la cotidianidad llevar el miedo para donde mires o camines porque alguien puede llegar a matarte.
Bueno, eso es nuestro país para todo aquel que se dedique al periodismo: el peligro, la muerte, la amenaza y el que no es protegido por ninguna instancia de gobierno, porque a veces la protección que puede dar cualquier ONG no es suficiente.
Lourdes Maldonado murió por un disparo en su rostro, la detuvieron en seco y los cristales de las ventanas del sedán rojo se estrellaron y se regaron por el suelo.
Ella quedó allí por 40 minutos sin que nadie se acercara, y quizá su perro ladraba sin descanso desde el interior de su casa, como el único testigo que, sin haber visto, sabía que algo le había pasado a su dueña.
Quienes tenemos mascotas, entendemos el significado de la imagen de hoy le presento y que tomó la periodista de Tijuana Yolanda Morales afuera de la casa de Lourdes, la que ahora está sellada con las tiras preventivas amarillas y rojas para que nadie se acerque con la señal de PRECAUCIÓN y PELIGRO.
De acuerdo a datos publicados por la revista Etcétera, el actual gobierno ya van 54 periodistas que han perdido la batalla en el campo de su profesión, el número más alto en los últimos 4 sexenios.
Una muerte más de quienes se dan a la tarea de informarnos a diario y que también son olvidados e ignorados por las autoridades y muchas veces, hasta por los medios de comunicación en donde trabajan.
El perrito de Lourdes, lo escuchó todo y se ha colocado justo en la puerta de su casa con la esperanza de volver a ver a su dueña, que sin más ni más, no volvió a dormir la noche de ayer.
O quizá está allí para resguardarla, como quien vigila y protege al sol que habita en esa casa color beige.
Quienes tenemos mascotas, sabemos e interpretamos con mayor tristeza la imagen que capturó Yolanda.
Él se quedará esperando hasta que alguien lo rescate y adopte, pero ella no volverá, el frío terminará por secar las plantas de allí afuera, las cintas amarillas o rojas serán rotas en cuestión de días y quien pase por allí solo dirá “mira, allí vivía la periodista a la que mataron”.
La memoria endeble de la sociedad enviará el registro de su asesinato a una cifra fría de la que nadie se hará responsable, porque seguramente mañana a partir de las 6am la agenda de Palacio Nacional, impondrá otros temas y otros intereses.
Pero para los suyos, el sol de Lourdes nunca se apagará. Apostemos por ello.

