Mientras esto sucede en el mundo, las autoridades mexicanas recortan, en nombre de los pobres, la inversión pública en ciencia y tecnología
En un artículo de su informe “The World Ahead 2022”, la revista The Economist enumera las 22 innovaciones tecnológicas que marcarán el año que empieza.
Solo enumerarlas da vértigo, pero es lo único que puede hacer este columnista, desconocedor profundo de la intimidad de estas materias pero no del efecto que tendrán tarde o temprano sobre nosotros: nos cambiarán la vida. Estas son las 22 innovaciones de 2022:
1. Geoingeniería solar, para reducir el impacto del Sol sobre la tierra y, con ello, su calentamiento. 2. Bombas de calor, especie de refrigeradores al revés para calentar edificios en invierno con la tercera parte de la energía que se requiere hoy. 3. Aviones alimentados con energía de hidrógeno. 4. Limpieza directa del aire por absorción del carbono que hay en él. 5. Agricultura vertical, en edificios.
6. Buques contenedores movidos a vela. 7. Rutinas de ejercicio con visores de realidad virtual para golpear sombras o saltar obstáculos. 8. Vacunas contra el sida y la malaria. 9. Implantes de hueso impresos en tecnología 3D. 10. Taxis eléctricos que vuelan.
11. Turismo espacial. 12. Drones que entregan pedidos a domicilio. 13. Aviones supersónicos silenciosos. 14.Construcción de casas mediante el sistema de impresión 3D. 15. Tecnologías para regular y estabilizar el sueño de cada quien.
16. Dispositivos de nutrición personalizada. 17.Dispositivos portables de diagnóstico continuo de la salud personal. 18. El metaverso, que crea una realidad virtual en la que es posible sumergirse en tres dimensiones. 19. Computadoras cuánticas, un salto efectivamente cuántico en velocidad y complejidad de la computación. 20 Influencers virtuales, en los que se invertirán 15 mil millones de dólares este año.
21. Chips que pueden implantarse en el cerebro para hacerlo funcionar revolucionadamente y que han sido probados ya en un mono macaco que pudo así jugar un videojuego. 22. Producción de carne roja y carne de pescado artificiales, que podría, en el tiempo, reducir la matanza del reino animal de la que se alimenta el hombre. (El artículo completo aquí).
Mientras esto sucede en el mundo, las autoridades mexicanas recortan, en nombre de los pobres, la inversión pública en ciencia y tecnología, arrinconan a sus académicos, desprecian a sus expertos y acusan penalmente a sus científicos.