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El Diez pasó a la inmortalidad
El Diez paso a la inmortalidad. Foto EFE

El 30 de octubre de 1960, en Lanús, Argentina, nació uno de esos hombres, de los llamados a ser inmortales, en un país fracturado a consecuencia de una acumulación de crisis sociopolíticas, su nombre Diego Armando Maradona.

La infancia del pequeño Diego no fue sencilla, a él le tocó de niño la manifestación de las madres en la plaza de mayo, la época de los montoneros, quienes eran un grupo de choque, además de un gobierno golpista militar con Jorge Rafael Videla, Leopoldo Galtieri y Reinaldo Bignione, y a ello se sumó que creció en Villa Fiorito, uno de los barrios más peligrosos de Buenos Aires. Para los chicos de esa Argentina, sólo había un camino que los podía sacar de ese mundo, el fútbol.

Diego, se agarró de un balón y en él vio un futuro y compitió por él, conforme se fue desarrollando, también logró un dominio y pulió su técnica al punto que desde pequeño su juego ya era perfecto, en 1969, entra al mundo del fútbol y a partir de ahí inició un camino que fue en ascenso, sus equipos, Estrella Roja, Las Cebollitas, Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Napoli, Sevilla, Newell´s Old Boys y nuevamente Boca Juniors, donde concluyó su carrera en 1997.

Además se suma su participación dentro de la selección de Argentina, con la cual fue campeón en el mundial de México 1986, aquel mundial fue una gran ventana para Maradona, quien fue la máxima figura del evento, además de que marcó dos de los goles más impactantes de todos los tiempos, el de la mano de Dios y el gol del Siglo, ambos ante Inglaterra.

A lo largo de 30 años sumó adeptos, supo hacerse ídolo y el mejor jugador de su época, nadie como el 10.

Sin duda Diego fue un gran jugador, con un talento único de personalidad arrogante y antipática, lo increíble fue que a pesar de ello la gente lo idolatraba, tuvo un imán tremendo.

Su vida deportiva única, sin embargo su vida personal, estuvo al lado opuesto, los excesos, los malos amigos, lamentablemente, en muchos momentos terminaron por eclipsar al deportista.

Tras su retiro como futbolista se enfocó como director técnico, ese paso lo llevó a dirigir a 7 equipos, entre ellos a los Dorados de Sinaloa, aquí en México.

Y si bien su personalidad era impredecible, los que lo conocieron lo calificaron siempre como una excelente persona, siempre dispuesta a ayudar, es por ello que su imagen se encuentra en muchas partes del mundo, es por ello que el mundo le cantó, es por ello que como futbolista fue único.

Maradona lo logró todo, y las generaciones actuales de futbolistas, sin duda, la mayoría, han sido inspiradas por él.

Marcó a toda una generación a nivel mundial, y en Argentina, fue un dios, y eso se demostró el día de sus funerales.

Maradona, sin quererlo, se convirtió en la mayor motivación para su país, fue la prueba de que lo que se desea se logra.

Un balón, el fútbol, le dieron todo ahí encontró su felicidad, en una cancha fue donde más disfrutó e hizo disfrutar.

Gracias Diego, por tu entrega, por tu magia, por lo que le regalaste al mundo, gracias por tu juego, tus goles, tu vida eso es con lo que nos quedamos, descansa en paz y disfruta ahora de la inmortalidad porque la gente como tú nunca muere. “Hasta la próxima”.

Con información de Carlos Yarza,

Previamente publicada en Latitud Megalópolis