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Ya con el INE sentenciado (“si el INE hubiera otorgado el registro a México Libre, se acababa el INE”), toca el turno de la sentencia a la Suprema Corte para que el actual gobierno tenga todo el control del poder antes de cumplir dos años.

En el recordatorio de que este gobierno no ha hecho nada que no haya advertido, no olvidemos que, durante la pasada campaña electoral, el actual presidente sentenció a la Suprema Corte en Colima y el Estado de México:

“¿Saben de algo que hayan hecho los de la Suprema Corte en beneficio de México, se han enterado de algo que hayan resuelto a favor del puebloNada”.

Pues, así como con la eliminación de México Libre al INE le llegó el turno de demostrar de qué pasta está hecho, ahora le llegó a la Corte con la obligación de que determine (en 20 días) la constitucionalidad o no del juicio a expresidentes.

Claro que es inconstitucional el juicio a los expresidentes por sus ideologías políticas, que es lo que plantea la propuesta enviada por el gobernante al Senado, y que éste envió a la Corte para que decida su legalidad.

El mandatario lo sabe. Sin embargo, la idea es calar a la Corte, como ya caló al INE. La misma Corte de la que ha dicho que “no recuerda que haya resuelto nada en favor del pueblo”.

El mensaje es bastante rústico si se quiere, pero de una eficacia salvaje: si la Corte declara ilegal el enjuiciamiento a los expresidentes, entonces la Corte estará contra el “pueblo” que quiere juzgar a los exmandatarios.

Sabiendo que, “pueblo”, es el mismísimo presidente.

Porque a la ciudadanía importan poco los expresidentes: el propio partido del presidente no juntó los dos millones firmas necesarias para realizar una consulta popular para el enjuiciamiento.

Por eso el presidente envió él mismo la solicitud al Senado, aunque es pura pantalla, ya que a los expresidentes sí se les puede juzgar si cometen delitos, aplicando las normas jurídicas vigentes. No hacen falta consultas.

Así que si es inconstitucional o no… es lo de menos, ya que el mandatario gana como sea:

1.- Si puede hacer la consulta para juzgar a sus enemigos, maravilloso, porque la pregunta estará en las boletas de la elección intermedia, y eso será campaña gratis para su partido, que es malísimo porque ni las firmas pudo lograr.

2.- Si la Corte le da para atrás a su propuesta, pues ya tendrá en la Corte un nuevo enemigo al que fustigar en las mañaneras, en la idea de que un gobierno en campaña permanente (como este) no funciona sin enemigos.

En cualquier caso, la Corte se está jugado su paz.