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Tregua, no. El gobierno de México actualmente dialoga con grupos “que quieren deponer las armas y quieren caminar hacia la paz”, respondió de botepronto la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero.

¿Un lapsus de la secretaria de Gobernación? Imposible, tratándose de la también senadora con licencia, quizá la principal promotora del modelo de pacificación para el país enarbolado por la Cuarta Transformación. ¿El diálogo es con organizaciones criminales, con grupos subversivos? ¿Con el EPR, con el EZLN?

Grupos armados. Rebeldes. ¿Alzados? Fue la funcionaria federal quien empleó el término. Y fue su misma oficina —a través de las redes sociales— quien tuvo que matizar tal expresión.

“Una supuesta intención de diálogo del gobierno federal con las bandas del crimen organizado es producto de una lamentable edición de declaraciones vertidas el día de hoy por la secretaria de Gobernación”, acotaron, “en las que expresó la voluntad de diálogo con auténticas organizaciones de autodefensa para alcanzar la pacificación de algunas zonas del país. El desarme de esas organizaciones y de quienes las integran, para beneficio de sus comunidades y municipios”.

Nada, con sediciosos o criminales, quiso decir Olga Sánchez Cordero. El gobierno federal no tiene ni tendrá diálogo con ningún grupo del crimen organizado.

Pero ahora es público que enviados del gobierno federal han tenido contactos con líderes de grupos de autodefensas y las llamadas policías comunitarias en Guerrero, Michoacán y Tamaulipas. Ahora es público que La Huacana, en la Tierra Caliente, se había convertido en un destino frecuente para el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta Saucedo.

Esas reuniones con dirigentes de las comunidades —“a quienes se les ha estigmatizado desde los sexenios anteriores”— se enmarcan dentro de la propuesta de “gobernabilidad para la paz”, de la secretaria de Gobernación.

“Nadie se está reuniendo con delincuentes ni con representantes del crimen organizado”, rechazó. “Ésas son versiones que han esparcido los malintencionados”, insistió Peralta Saucedo, quien hace unos días repitió la fórmula en Tamaulipas; no obstante, las advertencias del gobernador panista Francisco Javier Cabeza de Vaca sobre el pasado criminal de algunos de los anfitriones del representante personal de la titular de Segob.

El subsecretario convocó a La Huacana para la presentación del “modelo único de reconstrucción del tejido social a través de la inversión productiva” a los medios informativos. La exclusiva que había sido ofrecida a líderes de opinión —Carlos Puig y Carlos Loret de Mola, entre ellos— quedará para mejor ocasión.

Peralta Saucedo insistió en que no se trata de un tema de protagonismos, sino de recuperar la confianza de las poblaciones que han sido estigmatizadas por anteriores gobiernos. ¿Qué habrá querido decir?

Cercano a Sánchez Cordero desde sus épocas estudiantiles —fue alumno de su esposo y pasante en la notaría—, el subsecretario de Gobernación buscó convertirse en fiscal anticorrupción, a finales del sexenio pasado. Y con la integración de su jefa al equipo lopezobradorista, dejó atrás su cercanía con el mancerismo, para tener un raudo ascenso en el organigrama de la Cuarta Transformación.

Entre diciembre del año pasado y hasta hace tres meses, fungió como titular de la Administración General de Aduanas, con la instrucción presidencial de limpiar ese organismo dependiente del SAT. Un breve lapso marcado por las querellas.

Peralta Saucedo integró a su equipo al exprocurador de Coahuila, Jesús Torres Charles y al exdirector de TIC de la PGR, Arnoldo Martínez Rentería; ambos dejaron sus cargos apenas tres meses, inmersos en cuestionamientos y polémicas. Y posteriormente, otros cuatro administradores de Aduanas (Viridiana Soria, de Tijuana; Alejandro Miramontes, de Mexicali y Margarito Martín Saldaña, de Manzanillo) también fueron removidos, aunque la mayoría de su equipo permanece en esa estructura.

De las Aduanas, al Palacio de Covián, de rebote. El subsecretario de Gobernación ya expuso su modelo de “gobernabilidad para la paz” ante secretarios de gobierno, legisladores locales y representantes de agrupaciones civiles. ¿La clave? Diálogo, diálogo y más diálogo… y es que el gobierno de la República entiende que la inseguridad, violencia y corrupción son las principales preocupaciones de los mexicanos. Y que para hacerles frente es necesario un esfuerzo unificado, más que leyes especiales o esfuerzos descoordinados, desde el ámbito local.

¿Serán por la libre sus contactos con los grupos armados? La declaración de la ministra Sánchez Cordero deja claro que Peralta Saucedo recibió una nueva instrucción superior y que su modelo para la pacificación del país no admite estigmatizaciones.

¿Pacificación equivale a negociación, a claudicación? ¿Negociación, sin condiciones? ¿A cambio de qué?

EFECTOS SECUNDARIOS

CÓNCLAVE. Jóvenes empresarios y emprendedores de micro, pequeñas y medianas empresas de todo el país, las cuales según el Inegi originan casi tres cuartas partes de las fuentes de empleo en México y participan con más de un tercio del PIB, tendrán la oportunidad de reunirse el mes de noviembre en un sólo lugar para trabajar juntos para encontrar nuevas formas de crecimiento, establecer alianzas, aprender, desarrollar, conocer innovaciones, networking, financiamiento, compartir casos de éxito y emprender nuevas iniciativas de éxito. La reunión ocurrirá entre el 13 y el 14 de noviembre en Expo Guadalajara.