
Estos son seis supper clubs del mundo están marcando tendencia con propuestas audaces, estéticas y profundamente conectadas con su entorno
En tiempos donde la experiencia importa tanto como el sabor, los supper clubs han ganado fuerza como una alternativa íntima, creativa y profundamente sensorial. A medio camino entre cena privada y evento cultural, este formato propone una forma distinta de compartir la mesa: más cercana, menos rígida y mucho más memorable.
No se trata solo de comer bien. Se trata de formar parte de un ritual colectivo, donde el diseño del espacio, la música, el storytelling y los menús sorpresa con el ingrediente local elevan cada platillo a algo más grande que la suma de sus partes. Estos son seis supper clubs están marcando tendencia con propuestas audaces, estéticas y profundamente conectadas con su entorno.
The Salon, Nueva York
Escondido en un edificio del Lower East Side, The Salon funciona como un laboratorio culinario. Cada cena es un performance cuidadosamente coreografiado por el chef Joshua Pinsky, con platos que mezclan técnicas clásicas con narrativa contemporánea. El ambiente es elegante, pero sin pretensiones, y las noches suelen alargarse entre copas, conversaciones y platos que juegan con la nostalgia neoyorquina.
IG. @thesalonnewyork

Mumba, Milán
Inspirado por la energía de Bombay y el diseño italiano, Mumba fusiona la cocina del sur de Asia con ingredientes y técnicas mediterráneas. Su estética maximalista, los menús de varios tiempos y una playlist perfectamente curada lo convierten en un destino obligado para quienes buscan algo más que una cena: una experiencia sensorial completa con alma cosmopolita.
IG. @mumba.milano

Nogal Nogal, CDMX
En una casona escondida de la Ciudad de México, Nogal Nogal celebra la cocina de temporada a través de cenas que van más allá de lo gastronómico. Aquí se reúnen creativos, chefs, artistas y productores para compartir un mismo fuego. Su propuesta cambia constantemente, pero siempre gira en torno a la conexión con la tierra, los procesos artesanales y la estética del detalle.
IG. @nogal.nogal

Gather, Berlín
En la capital alemana, Gather explora la cocina vegetal desde una perspectiva casi filosófica. Con menús inspirados en la temporalidad del paisaje, este supper club se define por su sutileza: sabores delicados, vajilla de cerámica local y locaciones efímeras donde todo fluye con naturalidad. Es un espacio donde se come despacio y se piensa mucho.
IG. @gather.berlin

Tapari, Londres
Tapari combina la tradición culinaria nepalí con el espíritu rebelde de Londres. Su cocina, basada en recetas familiares reinterpretadas por chefs migrantes, ofrece un viaje emocional y profundamente político. Cada cena es una celebración de comunidad, identidad y resistencia, servida en mesas comunales que rompen con cualquier formalismo.
IG. @taparildn

Senang Supper Club, Ámsterdam
“Senang” significa “feliz” en indonesio; y eso es exactamente lo que logra este proyecto en cada edición. Su cocina indoeuropea se presenta en locaciones minimalistas, donde lo esencial brilla por sí solo: ingredientes bien tratados, técnicas precisas y una calidez que se transmite desde el primer bocado. Aquí no hay espectáculo, solo honestidad.

Los supper clubs reconfiguran la manera en que nos relacionamos con la comida y con quienes la preparan. Al desdibujar la línea entre chef y comensal, anfitrión y desconocido, cada cena se convierte en un acto colectivo de creación y encuentro. En un mundo saturado de estímulos, estos espacios invitan a detenerse, probar algo nuevo y recordar que comer —cuando se hace con intención— puede ser una forma de arte.
Con información de Mariana Pérez Rea en colaboración con Hotbook