Fieles mexicanos celebraron un Domingo de Ramos híbrido en el inicio de la Semana Santa, en medio de la pandemia
Los creyentes de México, el segundo país con más católicos del mundo, iniciaron los festejos religiosos de Semana Santa con un Domingo de Ramos híbrido en el que los templos transmitieron la ceremonia por internet y con restricciones de aforo.
Los cubrebocas y las butacas vacías marcaron la misa en la Catedral de la capital, donde el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, reconoció el impacto de la pandemia, que acumula más de 2.2 millones de casos y 201 mil muertos en el país, la tercera cifra más alta del mundo.
En este Domingo de Ramos, iniciando la semana mayor de la liturgia de nuestra fe, ponemos en manos del señor todo lo que hemos vivido, un año muy difícil, un año que más que pensar en la Resurrección, nos ha hecho pensar justo en la Pasión del señor Jesús en la cruz”, manifestó.
Aunque el Gobierno de México presume de una caída sostenida en los contagios desde el máximo pico de enero, con solo un estimado de 36 mil 197 casos activos y un 20 % de ocupación hospitalaria, también ha reconocido la “amenaza” de una tercera ola después de Semana Santa.
Ante la saturación de aeropuertos y playas, la Iglesia católica mexicana ha pedido a la población tomar precauciones y reflexionar en lugar de vacacionar.
“No perderemos el rumbo y la orientación en nuestra vida ante las adversidades, sufrimientos, injusticias y conflictos que van de la mano en toda experiencia humana, y que lamentablemente para muchos se han intensificado en este tiempo de la pandemia”, expresó el arzobispo en su homilía.
México tiene más de 97.8 millones de habitantes que declaran ser católicos, 77.7 % de su población total, según el último censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La Iglesia ha recibido críticas durante la pandemia por realizar misas y festividades pese a la amenaza del coronavirus, como las multitudes que acudieron al templo de San Hipólito de Ciudad de México para celebrar a San Judas Tadeo en octubre pasado.
En algunas zonas del país, como en la ciudad de Morelia, capital del suroccidental estado de Michoacán, cientos de personas acudieron a festejar el Domingo de Ramos.
Aunque los feligreses portaron cubrebocas, no conservaron el distanciamiento social, que en México se conoce como la “sana distancia”.
En otras zonas los efectos de las restricciones fueron evidentes, como en Iztapalapa, alcaldía del oriente de Ciudad de México conocida por realizar una de las mayores representaciones del viacrucis en todo el mundo.
Los vecinos realizaron la escenificación del Domingo de Ramos de forma virtual y al aire libre.
El próximo Viernes Santo, por segunda vez en la historia, los habitantes efectuarán a puerta cerrada y sin público la representación de la Pasión de Cristo, que suele recibir a más de 1 millón de visitantes nacionales y extranjeros cada año.
Con información de EFE