
Con el tipo de cambio por las nubes, para los mexicanos cada vez es más complicado viajar. La clase media podía darse el lujo de irse de shopping a San Antonio un viernes cualquiera, regresar el domingo con las maletas llenas de bolsas Michael Kors y chácharas de Target e iniciar el lunes sin remordimiento … Continued
Con el tipo de cambio por las nubes, para los mexicanos cada vez es más complicado viajar. La clase media podía darse el lujo de irse de shopping a San Antonio un viernes cualquiera, regresar el domingo con las maletas llenas de bolsas Michael Kors y chácharas de Target e iniciar el lunes sin remordimiento alguno. Eso ya no existe. Aquellos que siguen dándose esa vida, cuentan su dinero en millones o le deben hasta el alma a los bancos.
Basta un ejemplo para que tomemos dimensión de lo escandaloso de los precios de los boletos de avión. Una tarifa de 250 dólares de México a Houston (ida y vuelta), a finales del 2014, representaba un desembolso de 3 mil 250 pesos. Al tipo de cambio de hoy son casi 4 mil 800 pesos. Con la diferencia entre una y otra, se podría pagar una cartera Coach en los Outlets de Katy Mills o si se ponen buzos, unos zapatos de Cole Haan con descuento en la boutique de la Galleria.
Si usted viaja en familia, multiplique el precio de los boletos de avión por cuatro y añada el precio del hotel, rebanadas de pizza, caprichos de los hijos que quieren un café de Starbucks, la típica ida al Walgreens y lo peor de todo: los gastos que implique la renta de un vehículo por tres días.
Regresemos al ejemplo de Houston. Un viajero en esa ciudad sin rentar coche simplemente no puede hacer nada. Las distancias son eternas y el auto se convierte en una necesidad. Cuando entramos en internet y vemos que por día la renta es de 10 dólares, creemos que es la mejor ganga de nuestras vidas. Al siguiente click descubrimos que faltaban los impuestos y seguros y la cuenta termina siendo de 150 dólares por tres días. A eso hay que agregarle que los hoteles de cuatro estrellas para arriba suelen cobrar el estacionamiento. Por ejemplo, el del Westin Oaks de Houston cuesta 29 dólares por noche y eso si desea el barato, el del self-service. No crea que ahí termina el gasto. Todavía tendrá que añadirle el precio de 7 galones de gasolina que utilizó durante el fin de semana. Bajita la mano, utilizar coche en Houston durante 72 horas, le costará 260 dólares. Hacemos la conversión y son 5 mil pesos. Volteamos al cuadernito de las cuentas y solo de avión y coche son 24 mil 200 pesos, al tipo de cambio de hoy.
Las cuentas del hotel las sacamos después porque ya fue suficiente decepción por hoy. Entonces, ¿qué nos queda? Cuidar más esos zapatos que tanto le gustan y tratar su bolsa Tory Burch como si fuera su hija, pues los dólares a trece pesos jamás volverán.
Por Fernando Del Río (@MexicoFER)