El aparato de radioterapia, primero en el mundo de su tipo, será construido por la empresa THERYQ, parte del consorcio industrial francés ALCEN
Un revolucionario tratamiento de radioterapia contra tumores que comenzará a funcionar en 2025 en Suiza, que utiliza radiación de electrones a alta energía similares a los que se experimentan en el Centro Europeo de Física de Partículas de Ginebra (CERN), permitirá reducir costos y bajar la exposición del cuerpo a la radiación a solo unos milisegundos.
El tratamiento, que ha sido presentado hoy y en cuya investigación ha participado el propio CERN, presenta grandes esperanzas para aumentar la eficacia de la radioterapia, reduciendo costes y bajando la exposición del cuerpo humano a la radiación de varios minutos a apenas unos milisegundos, disminuyendo con ello los posibles efectos secundarios.
Aunque el coste del aparato sería superior al de los necesarios para las terapias convencionales, el hecho de que en estos tratamientos podría bastar con una sesión, o dos como mucho, abarataría costes, indicaron los responsables de este avance.
El importante adelanto oncológico fue presentado en una ceremonia en el Centro Hospitalario Universitario de Vaud (CHUV), en la ciudad suiza de Lausana, donde se construirá un búnker especial para albergar el aparato con el que se llevará a cabo el tratamiento.
“Probablemente nos enfocaremos en tratar con él tumores multirresistentes que no pueden ser curados por tratamientos convencionales, como el glioblastoma (cáncer cerebral actualmente incurable)”, destacó a EFE el jefe del servicio de radio-oncología del CHUV, Jean Bouhris, jefe de las investigaciones.
Actores de distintos países europeos involucrados
El aparato de radioterapia, primero en el mundo de su tipo, será construido por la empresa THERYQ, parte del consorcio industrial francés ALCEN, y el programa de investigación ha podido llevarse adelante gracias a una inversión de 26 millones de euros por parte de las fundaciones médicas Biltema (Países Bajos) e ISREC (Suiza).
El aparato se basa en la tecnología FLASH, que utiliza electrones de muy alta energía (VHEE por sus siglas en inglés), estudiada desde hace 10 años para intentar tratar los cánceres, incluidos los resistentes a los tratamientos convencionales de radioterapia, actualmente un tercio del total.
Inicialmente, se experimentó el tratamiento en tumores poco profundos, a menos de tres centímetros de la piel, en el programa Flasknife, pero los expertos ya han empezado en una segunda fase denominada Flashdeep a elevar la profundidad a 20 centímetros, lo que permitiría llegar a prácticamente todos los tumores sólidos.
El tratamiento Flashdeep utilizaría entre 100 y 200 megaelectrovoltios, una energía entre 10 y 20 veces mayor que la Flashknife, que según explicó Bouhris ha sido probada ya con éxito en ocho pacientes con cáncer de piel, por lo que en los próximos dos años el objetivo es ir a mayor profundidad.
El búnker que se construirá en el hospital de Lausana dispondrá de un pequeño acelerador de partículas, una suerte de versión diminuta del que el CERN tiene en la frontera franco-suiza, y los electrones así tratados se trasladarán al paciente.
El paciente no notará grandes diferencias
“Para el paciente será como entrar en una sala normal de radioterapia, no notará la diferencia, pero sí la habrá en el tiempo completo de la sesión”, mucho más corto, explicó Bouhris a EFE.
El aparato acelerará y concentrará los electrones antes de su paso por el organismo humano, una operación que durará menos de una décima de segundo.
Otros centros de investigación oncológica, algunos de ellos en Estados Unidos, estudian actualmente tratamientos con partículas aceleradas que en vez de electrones usan protones, aunque según se destacó hoy este tipo de posibles alternativas podrían ser entre cuatro y cinco veces más costosas.
“El sistema de electrones sería mucho más compacto y más sencillo de aplicar”, aseguró Bouhris, quien anticipó la posibilidad de que tras el fin de los dos años de periodo experimental en CHUV la nueva tecnología podría comenzar a ser compartida con otros centros de investigación oncológica hacia los años 2026 o 2027.
El Instituto Ludwig, una de las principales comunidades de científicos para la lucha contar el cáncer (con sedes en Nueva York y Zúrich) ha sido otro de los actores clave para lograr el avance presentado hoy, pues ha colaborado con el CHUV durante la década de investigaciones de la tecnología FLASH.
Con información de EFE, por Antonio Broto