El acto de digerir la comida es una de las maneras en las que el cuerpo puede aumentar su temperatura y combatir el frío
Una de las características que tiene la temporada de otoño e invierno es el aumento del apetito en los lugares donde hace frío, sin embargo, esta característica del cuerpo humano no es exclusiva de la temporada, y puede darse siempre que haya bajas temperaturas en el lugar donde se encuentre una persona.
La razón se debe a que cuando siente frío, el cuerpo de una persona busca formas de mantenerse caliente, una de las cuales involucra precisamente comer.
El proceso, conocido como termogénesis, consiste en la liberación de energía durante la digestión, de modo que al comer no solo aumentan nuestras reservas de energía, sino que el cuerpo incrementa su producción de calor.
De acuerdo con algunos estudios, entre media y una hora después de haber ingerido alimentos la temperatura corporal puede aumentar hasta un 10 por ciento respecto a la que tenía antes de comer.
A esto hay que añadir que la comida caliente o dulces como el chocolate generan una respuesta en el organismo que hacen a una persona sentirse feliz.
Cabe destacar que este no es el único modo en que el cuerpo aumenta su generación de calor. El acto de tiritar, que consiste en la contracción involuntaria y rítmica de los músculos opuestos, puede ayudar a aumentar la producción de calor corporal hasta 4 o 5 veces en su nivel normal.
Por Juan Castro