Elecciones 2024
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María Lionza
Altar Mayor de María Lionza. Foto de WikiCommons.

Escucho una melodía en voz de Rubén Blades, el ritmo entra en mí como sortilegio, la letra me genera una curiosidad que comienza apropiarse del bombeo de mi corazón generando un estado de alerta. La melodía se me pega y durante todo el día la estoy tarareando, mientras mis pies se mueven con el ritmo.

En la montaña de Sorte por Yaracuy

En Venezuela, vive una diosa

En la Montaña de Sorte por Yaracuy

Vive una diosa, una noble reina

De gran belleza y de gran bondad

Amada por la naturaleza

E iluminada de caridad……

Los rasgos obsesivos de mi personalidad me impulsan a encontrar lo que necesito para saciar mi mente. Así que me doy a la tarea de encontrar en distintas fuentes las respuestas para lo que busco.

El hilo conductor va guiando mis pesquisas, así me llevan hacia el sur del continente ahí donde nací. Entonces mis venas comienzan a sentir el pulso de mis raíces y una sonrisa aparece habitando mi rostro.

Los espacios que se van transformando en algo más que la vida natural que habitan, son mi fascinación. Ahí donde el hombre transforma con su manera de interpretar las respuestas al carisma de su esencia, se va tejiendo un simbolismo que va mutando con el paso de los siglos. A brochazos se va matizando con los hechos históricos y con la personalidad de sus habitantes, generando un sincretismo que es asombroso.

María Lionza - maria-lionza-2
María Lionza. Foto de WikiCommons.

Hay un santuario natural caracterizado por una fuerza mítica que une a los pobladores de las áreas cercanas, y posee una connotación sagrada para el culto. Estas zonas montañosas del estado Yaracuy en Venezuela, abrazan el Cerro María Lionza y la Serranía de Sorte, los cuales forman parte de un Monumento Natural. Entre sus bosques vive una diosa de ojos verdes que encierran la bondad para el que cuida el entorno y entiende el uso de los recursos en el ámbito del agradecimiento, sin romper el equilibrio natural. Pero el castigo es duro, para aquel que se atreve a perturbar el espacio que habita, mostrando que no tiene ningún respeto por la creación de la naturaleza.

Ella se levanta como espesa niebla protegiendo la selva y persigue al cazador que mata sin razón a los animales, al campesino que quema los bosques para la siembra, para el ganado y se presenta en forma de enfermedades en aquellos que para sacar minerales del suelo envenenan el espacio de la extracción.

Es una reina buena, feroz, sublime y profana, rodeada del misterio donde se asimilan e integran, además del catolicismo, elementos de diversas fuentes religiosas, como son las creencias esotéricas, el ocultismo, la magia negra, el espiritismo, la santería cubana, el kardecismo francés y la umbanda brasileña.

La fuerza de su existencia nace donde el vigor cósmico procedente del universo, se manifiesta transformándose en jaguar, venado, serpiente o una gran mariposa azul.

Es una entidad bondadosa, a la que se le venera y es considerada por la gente como la protectora de los animales y las cosechas. A la vez, es un espíritu con el que se establecen alianzas, que al no cumplirse acarrea castigos y desgracias.

Hay un misterio guardado en su cuerpo cuando es humana, la fuente de las aguas de su vientre, se baña en el niño que nace y aparece entonces el suero sanguíneo de la existencia misma. Representa el ciclo de la vida, dominando cada uno de los elementos que conforman al universo; la energía y la materia.

Lleva en esencia la unidad religiosa que mantenían nuestros antepasados antes y después de la conquista, dejando un suave cauce en las creencias hasta el día de hoy. Es poseedora de la delimitación de los espacios sagrados, un mito criollo, que remite al vivir religioso de los pobladores que siguen expresando parte de las creencias de los antiguos aborígenes del occidente de Venezuela, mezclado con otras.

En las primeras décadas de este siglo, los terratenientes participaban de rituales con el propósito de sustentar su poder y mantener sus posesiones; y los campesinos en su mayoría indígenas, negros y mestizos tomaban su parte en el culto para resistir y en ocasiones, enfrentar el yugo que los mantenia atados a los caudillos locales, sin que fuera una guerra abierta.

Un curandero, un abuelo o sanador, posee cualidades que le permiten comunicarse con los dioses y seres sobrenaturales. Cuando es poseído por Maria, tiene el poder de interpretar, de manera certera, los diferentes mensajes o presagios dados por los distintos elementos de la naturaleza. Buscando siempre poner en armonía el entorno del ser humano. Para quienes buscan su guía puede ser que encuentre un espacio de tranquilidad y para los que buscan usar su poder para hacer daño, un paso al abismo de la oscuridad.

Así como en el mismo lugar donde se venera hoy a la virgen de Guadalupe en México, había una advocación a Tonanzin en tiempos prehispánicos, en estas tierras antes Igpupiara Caapora contaba con un culto que se transformó en el de Maria Lionza. Así los nombres se fueron entrelazando como lo fue la historia de su origen. Esta mezcla se deriva primero de una doncella Nívar hija de un poderoso cacique de Nirgua.

Se había predicho que cuando naciera una niña de ojos verdes agua había que sacrificarla y ofrendarla al dueño del agua, si no catástrofes inimaginables caerían sobre su pueblo. El padre se negó a cumplir dicha tarea y la escondió en una montaña con 22 guerreros prohibiendole que viera su reflejo en el agua. Pero un sortilegio extraño adormeció a los guerreros y ella salió y en el lago se reflejó. El señor del agua al verla se enamoró de ella y la llevó consigo así que desde entonces vive como encanto en forma de serpiente en el fondo de las aguas y por las noches transformada; cabalgaba sobre un danto o jaguar.

Al llegar los españoles se transformó en una dama española encomendera de Chivacoa, donde tomó el nombre María Alonso, poseedora de muchas onzas de oro y que, al morir, fue bautizada como María de la Onza, que se caracterizó por su belleza, nobleza y la bondad con que trataba a sus súbditos. Los matices de su existencia dejaron en la tradición oral la idea de que era hija de un matrimonio español, la cual desapareció en la montaña y se transformó en un encanto.

Pero la fuerza de la conquista fue rompiendo con lo que consideraba pagano y fue transformando la leyenda re bautizándola con el nombre de Nuestra Señora Maria de Onza del Prado de Talavera de Nivar.

Pero, por más que hicieron, su presencia se fue mezclando de nuevo con las creencias anteriores. Muchas personas veneran a María Lionza en silencio o libremente, atravesando el tiempo en el imaginario del colectivo con raíces firmes, manifestándose en rituales de adivinación, posesión y curanderismo.

Para quienes creen en estas manifestaciones, en los rituales de posesión se trabajan la encarnación de las deidades donde el curandero presta su cuerpo para servir de “materia”, como comúnmente les llaman a quienes reciben espíritus en sus cuerpos y hablen por su boca y curen con sus manos, empleando los recursos de la naturaleza.

Los sacerdotes y sacerdotisas utilizan sus poderes sagrados para buscar el alivio de aquellos que lo soliciten. El curandero está ubicado dentro del ámbito de lo religioso, ya que domina lo inevitable, lo impredecible y lo incontrolable. Es un puente entre lo normativo y el orden existencial, un líder que puede manipular lo sobrehumano a través de la técnica de la adivinación para prevenir o predecir lo impredecible.

La música me sigue a donde voy durante los siguientes días y me he percatado que en el jardín donde las libélulas revolotean, el sol les hace ver sus ojos verdes. Lo mismo me pasa con los colibríes y ayer con un gato.

Será que Maria sabe que la he descubierto y ahora estará atenta a que mi paso por los espacios donde habita en forma de árbol o de ardilla sean cuidados, honrados y reciban el agradecimiento que ella espera.

Por DZ

Claudia Gómez

Twitter: @claudia56044195