Antes, los hijos deseaban tener mayor nivel de educación e ingresos que sus padres, pero todo indica que los millennials piensan distinto
A lo largo de la historia, ha sido común que los hijos deseen tener un mayor nivel de educación e ingresos que el que tenían sus padres, pero todo indica que ahora los millennials piensan distinto.
“Es la primera vez que vemos que esta tendencia se rompe, porque los jóvenes están dispuestos a ganar un poco menos con tal de mantener su calidad de vida”, explica Julieta Manzano, directora de Nuevos Negocios de Mercer, empresa de consultoría en capital humano.
“Los millennials ya no tiene esa ambición y necesidad tan patrimonial orientada al sueldo, sino que ahora busca otras condiciones laborales, como el clima laboral, empatía con el jefe, horarios flexibles o, inclusive, si en la oficina tienen un rack para las bicicletas”.
Así, los jóvenes valoran más su tiempo libre y no están dispuestos a pasar largas jornadas en una oficina, como lo hacían generaciones anteriores.
“Los millennials son una generación muy agresiva en cuanto a hacer más productivas un menor número de horas de trabajo, y por eso procuran ser más eficientes porque quieren hacer las cosas bien y rápido a través de recursos como la tecnología”, asegura.
Lo que debe cambiar en las empresas
Debido a esto, apunta Manzano, las organizaciones han tenido que cambiar diversos procesos, como el diseño de puestos para incluir figuras como medias jornadas o jornadas compartidas, además de diferenciar los paquetes de prestaciones para que vayan de acuerdo con lo que necesita la generación a la que pertenece el empleado.
“Hay que empezar a pensar que no hay sólo una ‘talla’ para todos y que la organización está condenada a la flexibilidad”, indica.
No solo quieren aprender
En cuanto a la preparación académica, Manzano asegura que los jóvenes de la generación millennial saben encontrar lo que buscan, y su objetivo no es solamente llenarse la cabeza de conocimientos, porque saben que las herramientas que necesitan, literalmente, están “colgadas en el aire”.
“Es una generación sumamente inteligente, que domina el uso de la tecnología y que se ha preparado de manera distinta a como lo hicieron otras generaciones, quienes aprendieron con mucho más repeticiones, más memoria y, literal, cuando perdían el cuaderno lo perdían todo”, expone.
Lo que frustra a los millennials
La gran frustración de un millennial es enfrentarse a empresas que están atrasadas en tecnología, subraya Manzano.
“Todavía hay muchas empresas que no dan acceso a Facebook o a Twitter a su empleados, cuando para los millennial es también una manera de trabajar, pero a más de la mitad de las empresas les da miedo abrir esas ‘válvulas’ que son como oxígeno para estos jóvenes”, aclara.
Las universidades deben actualizarse
Manzano dice que, salvo algunas excepciones, existe una desconexión entre las “fábrica de talento” (es decir, las escuelas técnicas y universidades) y las industrias.
“En México, estamos fabricando un talento que no ‘hace clic’ con lo que pide la industria, y pareciera que queremos resolver problemas de hoy con profesores del siglo pasado y tecnología del siglo antepasado”, advierte.
Con información de Carlos Tomasini (@carlostomasini)