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El lenguaje secreto de los abanicos
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Doscientos años antes de la existencia de los mensajes de texto, internet, WhatsApp, Twitter, Facebook, Snapchat, y un gran etcétera, las personas de esa época tenían su propio método para comunicarse secretamente y de manera efectiva utilizando tan solo un abanico plegable. Aunque en un principio su uso era para ambos sexos, pronto su utilización se volvió exclusiva para las mujeres quienes desarrollaron un complejo código o lenguaje del abanico.

El lenguaje secreto de los abanicos - abanico-2
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Este lenguaje secreto, era utilizado por las damas principalmente para comunicarse con sus pretendientes sin decir una sola palabra y así evitar eficazmente cualquier regaño de los papás, incluso eran capaces de hacer citas para verse los enamorados secretamente o rechazar firmemente cualquier proposición que no les gustara.

El lenguaje secreto de los abanicos - abanico
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El lenguaje del abanico, tiene algunos cambios dependiendo la región, pero estas son las interpretaciones más aceptadas.

  • Abanicarse rápidamente: “Lo amo con locura”.
  • Abanicarse pausadamente. Abrir y cerrar el abanico lentamente: “Soy una mujer casada, no me interesa.”
  • Cerrar despacio el abanico: “Sí”.
  • Cerrar rápido: “No”.
  • Si se abre y cierra rápidamente significa: “Cuidado, estoy comprometida”.
  • Dejar caer el abanico: “Le pertenezco”.
  • Si el aire del abanico mueve el cabello: “Pienso en usted, no le olvido”.
  • Contar las varillas o acariciarlas: “Necesito hablar con usted”.
  • Cubrirse del sol con el abanico: “Me desagrada usted”.
  • Apoyarlo sobre la mejilla derecha significa: “Sí”.
  • Sobre la mejilla izquierda: “No”.
  • Pasar el abanico por la mejilla: “Soy casada”.
  • Prestar el abanico a un acompañante: “malos augurios”.
  • Prestar el abanico a la mamá: “Lo nuestro se acabó”.
  • Dar un golpe seco con el abanico sobre un objeto: “Me está agotando la paciencia”
  • Sujetar el abanico abierto con las dos manos: “Olvídeme para siempre”.
  • Deslizar el abanico sobre los ojos: “Váyase, por favor”.
  • Cubrirse los ojos con el abanico abierto: “Lo quiero”.
  • Cubrirse el rostro con el abanico abierto: “Cuidado, nos vigilan” o “sígame cuando me vaya”.
  • Pasarlo cerca de los ojos: “Lo siento”
  • Cerrar el abanico tocándose los ojos: “¿Cuándo puedo verle?”
  • Abrir el abanico y mostrarlo: “Espéreme”
  • Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios: “Puede besarme”.
  • Apoyar los labios sobre el abanico: “No me fío”.
  • Llevar el abanico en la mano izquierda: “Deseo conocerte”.
  • Mover el abanico con la mano izquierda: “Nos observan”.
  • Llevar el abanico o moverlo con la mano derecha: “Amo a otro”.
  • Pasar el abanico de una mano a otra, generalmente de forma airada: “Está coqueteando con otra” o “Es usted un atrevido”.
  • Darse un golpe con el abanico cerrado en la mano izquierda: “Ámeme”.
  • Girar el abanico con la mano derecha: “No me gustas”.
  • Tocar la palma de la mano con el abanico: “Estoy considerando si le amo, o no”.
  • Cerrar el abanico sobre la mano izquierda: “Me casaré con usted”.
  • Apoyar el abanico abierto sobre el corazón o el pecho: “Sufro por su amor”.
  • Mirar los dibujos del abanico distraídamente, pero con intención: “Me gusta usted muchísimo”.
  • Bajar el abanico a la altura del pecho o dejarlo colgado, inerte: “Podemos ser amigos”.
  • Dejarse el abanico cerrado en el balcón, salir al balcón con el abanico cerrado, o entrar en el salón con el abanico cerrado: “No saldré.”
  • En el caso de que sea con el abanico abierto: “Saldré”.
  • Arrojar el abanico con vehemencia: “Le odio”.
  • Presentar el abanico cerrado: “¿Me ama?”.
  • Tocar levemente con el abanico por sobre la oreja izquierda: “Déjeme en paz”.
  • Sobre la derecha: “No revele nuestro secreto”.
  • Contar o abrir cierto número de varillas era la manera de marcar la hora para quedar en una cita en función del número de varillas abiertas o tocadas.
  • Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro: “Sígame.”
  • Sostener el abanico con la mano izquierda delante del rostro: “Quiero conocerle mejor”
  • Dejar deslizar el abanico sobre la frente: ” Ha cambiado.”
  • Tocar con el dedo el borde del abanico: “Quiero hablar con usted”.
  • Entrecerrar el abanico en la mano derecha y sobre la izquierda: “No puedo”.
  • Si coloca el abanico en su sien y mira hacia arriba: “Pienso en usted de noche y de día”.
  • Sostener el abanico abierto, y suspendido al revés, como un ave herida: “Sin tu amor, prefiero morir.”

Por David Beltrán