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Las grasas insaturadas reducen el riesgo de muerte
Foto de Comidas Saludables.

Es sabido que una dieta con un alto contenido en grasas insaturadas, como en el caso de los ácidos grasos omega-3 y omega-6, son benéficos para la salud. Comparadas frente al consumo de carbohidratos con la misma cantidad de calorías, las grasas insaturadas se asocian con una reducción de entre 11 por ciento y 19 por ciento de la mortalidad.

Así señala un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad Harvard, en Estados Unidos, publicado en la revista “JAMA Internal Medicine”, donde se enfatiza la necesidad de evitar las grasas saturadas, sobre todo de las grasas trans en la dieta y sustituirlas por grasas insaturadas, tanto poliinsaturadas como monoinsaturadas.

Así lo explica Dong Wang, autor director de la investigación. “En el último par de años se ha generado una gran confusión entre el público general y en la comunidad biomédica en torno a los efectos sobre la salud de los tipos de grasas en la dieta. Y en este sentido, nuestro trabajo constata los importantes beneficios asociados al consumo de las grasas insaturadas, sobre todo cuando se emplean en sustitución de las grasas saturadas y de las grasas trans“.

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Foto de Omicrono.

No a las grasas trans

Los autores hicieron una evaluación de los distintos tipos de grasas en la alimentación y la mortalidad, tanto general como específicamente asociada a las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, respiratorias y oncológicas. Sometió a análisis los datos de 126 mil 233 adultos incluidos en dos macroestudios: el Estudio de Salud de las Enfermeras (NHS I) y el Estudio de Seguimiento de la Salud de los Profesionales, en los que, con una periodicidad de dos o cuatro años y a lo largo de un total de 32 años, se registraron los aspectos relativos a la dieta, estilos de vida y estado de salud de los participantes. Así, durante los 32 años de seguimiento, se produjeron 33 mil 304 muertes.

Dichos resultados mostraron también que las grasas trans son las más perjudiciales para la salud. No en vano, y comparadas frente al consumo de carbohidratos con una cantidad similar de calorías, cada incremento de un 2 por ciento en el consumo de grasas trans se asoció con un aumento del 16 por ciento del riesgo de mortalidad prematura a lo largo de los 32 años de seguimiento.

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Foto de omicrono.

En tanto, las grasas saturadas, contenidas típicamente en alimentos como la mantequilla o las carnes rojas, tampoco salieron mucho mejor paradas: partiendo del mismo número de calorías en los carbohidratos, cada aumento de un 5 por ciento en el consumo de este tipo de grasas conllevó un aumento del 8 por ciento en la probabilidad de fallecer por cualquier causa.

Por el otro lado, el consumo elevado de grasas insaturadas, tanto poliinsaturadas como monoinsaturadas, se asoció, frente a la ingesta de la misma cantidad de calorías en los carbohidratos, con una disminución de un 11-19 por ciento de la mortalidad general.

Incluso el consumo de dos tipos de grasas poliinsaturadas específicas (como los ácidos grasos omega-6, presentes en los aceites vegetales, y los ácidos grasos omega-6, muy comunes en el pescado), se asoció con un menor riesgo de muerte prematura.

Como indican los investigadores, “los efectos sobre la salud de los tipos específicos de grasas dependen de cómo son reemplazadas. Por ejemplo, y comparadas frente a aquellas personas que mantuvieron altos niveles de consumo de grasas saturadas, los participantes que cambiaron estas grasas saturadas por grasas insaturadas, sobre todo por grasas poliinsaturadas, presentaron un riesgo significativamente menor de morir por cualquier causa durante el período de seguimiento del estudio, así como una probabilidad inferior de fallecer por una enfermedad cardiovascular, por cáncer o por una enfermedad respiratoria o neurodegenerativa. Unos hallazgos que, en el caso de la enfermedad cardiovascular, son consistentes con los observados en numerosos estudios previos, en los que se muestra que la sustitución de las grasas saturadas o trans por grasas insaturadas se asocia con una reducción de las cifras de colesterol total y de LDL o ‘colesterol malo’”, señaló el estudio.

Más sanos y longevos 

El estudio demuestra de igual forma que, con objeto de mantener la misma cantidad de ingesta calórica, la sustitución en la dieta de las grasas saturadas por carbohidratos también conlleva una reducción, aun modesta, del riesgo de mortalidad.

Por tanto, el trabajo plantea la siguiente pregunta; ¿debe sugerirse la sustitución en la alimentación de las grasas, incluidas las insaturadas, por carbohidratos?

No. Las grasas insaturadas ejercen un efecto benéfico para la salud. De hecho, los resultados mostraron que las personas que reemplazaron su ingesta total de grasas por carbohidratos tuvieron una mayor mortalidad.

Un resultado que, como apuntan los autores, “no nos sorprendió, pues los carbohidratos en Estados Unidos suelen contener básicamente almidón y azúcares refinados, cuya influencia sobre la mortalidad es similar a la de las grasas saturadas”.

“Nuestro trabajo muestra la importancia de eliminar las grasas trans y de reemplazar las grasas saturadas por grasas insaturadas, incluidos los ácidos omega-3 y omega-6. Un cambio en la dieta que a nivel práctico se puede lograr sustituyendo las grasas de origen animal por una amplia variedad de aceites vegetales para cocinar”, concluyó Frank Hu, coautor del estudio.

Con información de ABC