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#LaPeorMamá Ya no sé matemáticas
Foto de Archivo

Llegó un aviso en la agenda de #minispeedy en el cual nos invitaban a los papás a una clase muestra de matemáticas.

En la escuela a donde van mis hijos las matemáticas se enseñan con un método constructivista llamado CIME (Centro de Investigación de Modelos Educativos).

Ya había asistido a una clase cuando recién entraron a esta escuela y me mostraron cómo aprenderían a contar. Básicamente es por medio de regletas de diferentes tamaños y colores. En mi mente yo dominaba el asunto. Sobre todo porque #minispeedy siempre ha mostrado facilidad para los números y para nada se le había complicado el nuevo método.

Pero me dije a mí misma. Vamos a ver de qué se trata. A ver qué tanto va a aprender en segundo de primaria. Porque ya había yo escuchado que empezaban a multiplicar y yo decía: pero si yo aprendí las tablas por ahí de cuarto de primaria.

Llegué a la clase, en la cual nos volvieron a presentar las regletas y cada uno de sus valores y sus literales; es decir, a cada una de las regletas le corresponde una letra y por lo tanto los niños, desde primero de primaria tienen un ligero acercamiento al álgebra. ¡Sí! Al álgebra, esa que yo aprendí hasta secundaria y que por cierto me encantaba.

Creo que soy de las pocas personas a las que el Baldor le caía bien.

Ahora vamos a ver cómo hacemos las sumas con trenes, dijo la maestra.

¿Trenes? ¿Mande?

Pues resulta que aprenden a sumar de forma horizontal juntando regletas de diferentes colores y eventualmente utilizando solamente las literales, o sea las letras. Después aprenden a separar por decenas o por centenas de la misma forma.

Yo aprendí a sumar vertical y llevando uno.

Veamos pues, cómo hacemos para restar.

Aquí quitan, como realmente es. Yo aprendí a restar alcanzando un número con otro.

Y agárrense. Efectivamente lo siguiente fue:

Ahora veamos cómo multiplicar por medio de aviones.

¿What? ¿Aviones? ¿Cuáles aviones?

Pues sí, con las regletas hacen un avión que indica las veces que vamos a repetir tal número. O sea, les explican exactamente de dónde sacan las tablas de multiplicar que yo tardé meses y meses con lágrimas y gritos en aprenderme. Y que no entendía, simplemente repetía como perico.

Compuse canciones, di vueltas hasta hacer un surco en el piso de mi recámara y hoy por hoy uso los dedos para completar la tabla del 7, 8 y 9.

De esos mismos aviones aprenden a sacar factores y divisores. Ajá, aprenden a dividir al mismo tiempo. Que en realidad si lo pienso bien hace todo el sentido porque es lo mismo que las multiplicaciones pero en sentido contrario.

Obvio yo aprendí a dividir con casitas.

Mi mandíbula se cayó al piso, por no decir que mis calzones, cuando nos dijeron que de ahí mismo aprenderían la raíz cuadrada que viene de los factores que forman un valor cuadrado.

No saben la fascinación que sentí por el método. Claro que yo ya sé hacer esas operaciones con otro método completamente diferente pero el verlo desde otra perspectiva me encantó.

Quiero contarles que mi hijo saldrá de segundo de primaria sabiendo sumar, restar, multiplicar y dividir no solo números completos sino también fracciones. Y sabiendo también sacar perímetro y área sin utilizar una sola fórmula. Y ya que andan por ahí expresando problemas planteados por medio de números y literales.

Cuando salí de ahí entendí perfectamente bien los 800 pleitos que tuve con mi papá cuando intentaba explicarme matemáticas y física.

Es que tú no sabes cómo es, le decía yo.

¿Cómo no voy a saber? ¡Soy ingeniero!, me contestaba.

Pues claro que no sabía, no sabía cómo me estaban enseñando, cuál era el método.

Ojalá y en mi escuela se hubieran tomado la molestia de explicárselo. Casi me quedo sin herencia por esos pleitos.

Hace un par de días #minispeedy tuvo que estudiar para su examen mensual de matemáticas. Esta justamente empezando con los aviones (multiplicaciones). Y debo confesar que me sentí muy feliz de entender de que me estaba hablando. Aunque tuve que sacar los apuntes de mi clase. Sí, tomé apuntes. Sí, soy súper ñoña.

No tuve que explicarle mucho porque entiende muy bien y sabe hacerlo. Pero mínimo entendí qué me quería decir con que iba a hacer aviones.

Sí, el resultado siempre será el mismo, pero sí hay distintas formas de llegar a él. Y creo yo, que este tal método CIME tiene lo suyito.

“No importa por dónde vengas, lo importante es que llegues”.

Gracias por leer

#LaPeorMamá