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#LaPeorMamá Pensé que las clases virtuales serían pan comido
Foto de Archivo

A partir del lunes 20 de abril, los niños iniciarán clases en línea a través de una plataforma. Se lee en la circular que nos hace llegar la escuela.

Nos enviaron instrucciones, usuarios y toda la información desde el jueves anterior, bueno hasta tutoriales en video.

Esta, quien les escribe, desde el jueves descargó programas, activó usuarios y dejó todo listo

A mi no me agarran desprevenida. ¡Me urge que entren a clases!

En mi mente todo iba a funcionar a la perfección:

Ellos estarán en clases mientras yo cocino, escribo, doy cursos o hago ejercicio. Dije en mi mente, ¿ok?

El domingo tuvimos reunión familiar para llegar a todos los acuerdos necesarios que se requerían para esta nueva etapa de la ya larga cuarentena. La hora de acostarse, la hora de levantarse, como serían las clases, la comida, y un gran etc. Sí, soy muy controladora. Necesito tener planes para sentirme segura y en paz.

Lo bueno es que ya me conocen y así me quieren. Creo.

Los niños se acostaron a las 8 de la noche el domingo para poder levantarse temprano. Se acostaron. Porque realmente se durmieron como a eso de las 9. Pero ya mejorará.

El lunes tempranito me levanté y los desperté. Fue muy sencillo, estaban tan emocionados que se vistieron en dos segundos y ya estaban listos mucho antes de lo necesario. Tristemente, esto no será diario.

¿Cómo les explicó que #miniplausi hasta el uniforme se puso? Y no, no es un requisito de su escuela, pero ella quería ir a clases en uniforme.

El primero en arrancar las clases virtuales fue #minispeedy, a las 8 de la mañana. Hubieran visto su carita de felicidad al ver a todos sus compañeros y su maestra. Se veía súper emocionado.

El muy metido en lo suyo con sus audífonos puestos. Quién sabe que tanto les decía la maestra pero él no perdía detalle. Sacó sus libros y se puso a trabajar. Yo, desde la cocina, mientras hacía el desayuno lo escuchaba participar.

El turno de #miniplausi llegó a las 9. También se emocionó mucho pero le empezó a dar la pena de que la vieran en video. Pero igual estuvo bastante atenta. Lo suyo no son los audífonos, así que escuchaba yo todo lo que pasaba.

¿Qué les puedo yo decir? La mitad de la clase se fue en: “por favor apaguen sus micrófonos”.

Pero con todo y todo lograron hacer un par de ejercicios.

Los problemas empezaron cuando el internet decidió no dar tanta velocidad como normalmente da, o quién sabe que pasó. El chiste es que no podían ver la imagen, se pasmaba, se desconectaba. Y casi todo le sucedía a #minispeedy. Su frustración crecía y crecía y yo veía que estaba a punto del colapso.

En realidad nunca supe si la falla fue en mi casa o en la de la maestra, pero aquel ya se aventaba por la ventana.

Aún así logró completar las 4 clases del día y todas las actividades que les pusieron en ellas. Mínimo no hubo tarea.

Con #miniplausi las 4 clases transcurrieron igual. “Por favor apaguen sus micrófonos”. Lo decía la maestra, lo decían las mamás del chat y hasta mi hija.

Mami. ¿Por qué no apagan sus crinofonos (aún no logra decir micrófono y me encanta). ¿Qué no se dan cuenta que no escucho lo que dicen? ¡No entiendo nada! 

En mi mente decía yo, no es tan complicado hacerlo ni explicárselo a los niños. Cada papá lo puede hacer perfecto. Luego recordaba mis cursos y como hay muchas personas que no lo logran y me calmé.

Les voy a ser bien sincera. Lo que yo pensé que sucedería, no sucedió. No fui libre como el viento mientras mis hijos estaban en sus clases, porque lo que no se le atoraba a uno, se le atoraba al otro. Así que me la viví de un lado al otro de la mesa intentando que la conexión no fallara o ayudándoles a conectarse a la siguiente clase o pidiéndole a #miniplausi que participara como se lo pedían.

En el inter, si logré hacer de comer y limpiar el patio de la perra. Pude mandar unos cuantos mensajes y algún mail.

Ya que terminaron las clases, a las 12:30 del día pude correr y ahí saqué toda la frustración de la mañana, pero sinceramente para las 6 de la tarde estaba yo molida. Parecía que me habían atropellado.

El martes, cambié un poco la estrategia, los senté a cada uno en un escritorio más bien mesita con sus cosas de la escuela junto y dándose la espalda para que no se distrajeran. Al parecer en la sala el internet está mejor que en el comedor, así que no hubieron tantas fallas por eso.

La mañana transcurrió un poco más tranquila y decidí que hacer ejercicio a la 1 de la tarde es lo de hoy.

Hoy que les escribo me siento un poco más tranquila, aunque no menos cansada. Pero estoy viendo que cada día que pasa ellos se adaptan mejor a este nuevo esquema. Así que estoy segura de que mañana será mejor y la siguiente semana mucho mejor.

Vamos paso a paso con esto como con todo lo que ha estado sucediendo. ¿Regresarán a clases? No lo sé, no estoy tan segura la verdad. Pero me da tranquilidad saber que ellos siguen aprendiendo.

Gracias por leer

Por Claudia García Reyes

#LaPeorMamá 

Twitter: @la_peor_mama