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#LaPeorMamá. Pánico escénico
Foto de Archivo

Desde chiquillo, mi hijo mayor tiene pánico escénico. Nunca le ha gustado eso de bailar en el festival y esas cosas pero lo hace porque se pierde entre los compañeros. Pero si le toca hacer algo solo, como exponer, se bloquea.}

Nunca se me olvidará cuando estaba en Kinder 1 y descubrimos la situación. Habría una exposición de los egipcios. Sí, como lo leen, en Kinder 1 expondrían de los egipcios.

Obviamente a su nivel. Tenían que decir un par de frases que el chamaquillo dominaba. Recuerdo que era algo de Tutankamón y de la moneda que se utilizaba.

Llegó el día de la exposición y a la hora que le toca decir sus dos frases: congelado. No hubo poder humano que hiciera que hablara. El pobre se quedó de piedra cuando vio a todos los papás y mamás de sus compañeros como público.

Conforme fue pasando el tiempo, su maestra de ese entonces, con toda la paciencia del mundo logró que, al cabo de unos meses, dijera las líneas que le tocaban sin ver al público y después ya de frente. Fue un gran logro para él y todo el crédito lo tiene Miss Vale, gracias.

Conforme fueron pasando los años se enfrentó a ese tipo de situaciones constantemente en la escuela y cada vez lo ha superado.

La pandemia y la escuela desde casa nos echaron para atrás algo de lo avanzado. Cambiar de escuela y compañeros en esa etapa quizá tampoco ayudó mucho. Pero la pantalla le ayudó un montón, era como su escudo.

El ciclo escolar pasado, ya 4to de primaria, retomó clases presenciales y por lo tanto comenzó de nuevo con las exposiciones presenciales. Y como pudo las sacó adelante. Lo cual yo reconocí cada vez.

Según yo, más o menos estaba superado el asunto. Pero cual va siendo mi sorpresa cuando el primer día de exposiciones de este ciclo sale con cara de tristeza.

– Te veo triste.
– Sí, ma. Me bajaron puntos en mi exposición por falta de información.
– Ah chis. Pero la revisamos juntos y estaba todo lo que te pidieron.
– Sí. En el papel que entregué sí, pero en mi exposición no.
– ¿Cómo? No estoy entendiendo.
– Es que cuando me tocó pasar me dieron nervios otra vez y se me fueron varias cosas y además me dijo la miss que hablé muy rápido y no se me entendía.

Por mi cabeza pasó el video de algo que no vi pero sabía cómo había sido. Nervio, temblor de pierna, boca prácticamente cerrada y un brbrbrbr en lugar de palabras.

– Ok. Y, ¿qué crees que puedas hacer?
– Pues exponer mejor. Pero es que me dan nervios. Mi corazón late muy rápido y así hablo.
– Amor, pero ya conoces a la mayoría de tus compañeros, el año pasado exponías con ellos.
– Ay sí, pero la miss me pone de nervios.

Y en su defensa debo decir que a mí también. Es de esas maestras de la vieja escuela, seria, exigente que ni con un chiste de Pepito se ríe.

– Bueno corazón. Yo creo que conforme vaya pasando el año irás tomándole más confianza. Poco a poco.

Total ahí quedo la plática y durante los siguientes proyectos que presentó durante la semana al parecer comenzó a sentirse más tranquilo. Al menos ya no le bajaron muchos puntos.

Como a la semana de que esto sucedió me dice:
– Mamá. ¿Todavía tenemos el disfraz de Cristobal Colón que usé en mi otra escuela?
– Supongo que sí. ¿Por?
– Ah, es que voy a ser Cristóbal Colón en la asamblea de la siguiente semana.
– ¿Tú?
– Pues sí. La miss preguntó que si alguien tenía un disfraz de Cristobal Colón y le dije que yo y pues voy a ser yo. Me tengo que aprender unos diálogos.
– A ver. ¿Sí sabes que la asamblea es enfrente de toda la primaria verdad?
– Sí.
– Y, ¿estás seguro de que quieres hacerlo?
– Pues sí. Así sigo practicando hablar enfrente de los demás.

En ese momento no supe qué le había pasado a mi hijo, el que se agachaba cada vez que alguien preguntaba si querían pasar al frente en una fiesta infantil. Pero me sentí la más orgullosa del mundo.

No estuve, pero la hermana me contó que lo hizo excelente.

– Al principio lo vi nervioso, mami. Pero mi hermano es muy valiente y superó el miedo.

Siempre aprendo de ellos.

Gracias por leer
#LaPeorMamá