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#LaPeorMamá Nuevo ciclo escolar
Foto de Archivo

Pues llegó el día, el esperado regreso a la escuela. Claro, sé que no todas mueren por regresar. Que muchas, a diferencia de una servidora, prefieren tener a sus chamaquillos en casa forever. Pero, sea como fuere, tuvieron que regresar.

A menos que hagan home schooling, en cuyo caso quiero saber, ¿cómo carambas le hacen? Pero ese tema es para otra ocasión.

Mejor sigamos con el regreso a la escuela.

Mis pequeños entraron a segundo de primaria y segundo de kinder. Y sí, constantemente me pregunto: ¿En qué momento crecieron? Si apenas ayer eran unos bebés.

La verdad es que ya tenemos bastante dominado el tema de que se queden en la escuela; ya no somos primerizos y no hubo lágrimas ni mucho menos. Y si tus hijos o tú sufrieron horrible te prometo que va a pasar y, sobre todo, que cuando ya están en el salón con sus amigos y las maestras ellos dejan de sufrir. Así que, por favor, no te sientas culpable y disfruta el tiempo que tengas cuando ellos estén en la escuela.

Claro que no puedo evitar, cada vez que inician un ciclo escolar nuevo, recordar el nudo que sentí la primera vez que los dejé; primero en la guardería y después en la “escuela grande”. Bueno, la neta es que cuando dejé a #miniplausi en la guardería no sufrí tanto porque necesitaba muchísimo el “me time“.

También recuerdo que, al igual que ahora, ellos se quedaban bien emocionados. ¿Será que en realidad ellos se querían deshacer de mí? No lo dudaría.

Pues sí, con emoción e incertidumbre iniciamos este nuevo ciclo escolar. Ellos ya morían por ver a sus amigos, aunque no les tocó en el mismo salón que antes. Ya querían conocer a los nuevos compañeros. Ya querían ver a sus maestras y saber cómo iban a ser. Y por supuesto querían salir a recreo. Porque obviamente es la parte favorita de la escuela.

Los dejamos en la puerta de la escuela, el señor de la casa y yo nos despedimos con un beso, que aún me dejan darles frente a la gente, y se perdieron en el pasillo que lleva a los salones.

Acto seguido pensé en brincar de la emoción que me daba recuperar mi tiempo, pero lo evité, me contuve.

Ustedes pensarán: seguro esta señora se regresó a su casa a dormir. Pero lo cierto es que tenía tantos pendientes que cuando me di cuenta ya casi era la hora de ir por #miniplausi. Y es que dejen les digo que decidió dejar su prometedora carrera de futbolista para entrar a baile y pues torció toda mi perfecta rutina.

El ciclo pasado los dejaba a los dos a la misma hora y los recogía a la misma hora porque iban juntos al fut. Pero ahora, gracias a que la señorita decidió que mejor quería baile, tengo que ir y regresar de la escuela mil veces en el día.

Los dejo a la misma hora pero tuve que ajustar todo. Primero voy por #miniplausi, la llevo a comer a la casa. Voy por #minispeedy al fut y lo llevo a comer a la casa. Llevo a #miniplausi al baile y después regreso por ella.

Y eso son 3 días a la semana; los otros dos sí salen a la misma hora y en la tarde, un día es de catecismo y el otro de partidos de fut, si es que solo hay un partido esa semana porque pueden ser más.

Y por supuesto, aún no empezamos con las fiestas…

Yo sé, sé que no soy la única que lo hace así. Sé que me van a decir que ustedes dan más vueltas que yo. Pero de verdad sufro. Siento que un día se me va a olvidar ir por uno o llevar al otro.

Y eso que solo tengo dos hijos. ¿Cómo le hacen las que tienen 3 o 4? Ahora entiendo a mi mamá cuando decía que se volvía loca con todas las vueltas que tenía que dar.

Algo sí les puedo decir: Mis dos chamacos están fascinados con el regreso a la escuela y a sus actividades. En verdad les hacía falta. Aquí la de la sufridera, para variar, soy yo.

Y por supuesto que llegará un momento en que domine la rutina con los ojos cerrados. El problema es que ese momento será cuando se termine el ciclo escolar. ¿Les pasa?

¡Feliz regreso a la nueva rutina!

Gracias por leer.

#LaPeorMamá