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#LaPeorMamá Mi hija es un pegoste
Foto de Archivo

Desde que #miniplausi nació, y como ya les había contado, supe que no iba a ser tan fácil. Y de verdad cuando lo pienso y mientras más pasa el tiempo puedo asegurar que si ella hubiera sido la primera, no hubiera tenido hermanos.

Como ya les he contado, los berrinches han sido todo un desafío. Según yo, mientras más se van acercando los cuatro, menos episodios de berrinches tenemos. Aunque cuando se presenta uno siento que es el más grande que se ha hecho en la vida. Mi paciencia ya se terminó me cae. En fin, hoy no voy a hablar de berrinches, más. Pero solo hoy porque si no ¿de qué voy a escribir?

Hoy les vengo a contar de algo nuevo no tan nuevo pero que se ha intensificado. ¡Mi hija es una lapa! Sí, ustedes ¿conocen esos animalitos que viven pegados a las piedras en el mar que parecen como unos volcanes miniatura? ¿No? Bueno pues se llaman lapas y viven pegadas a las piedras. Pues hagan de cuenta. No me la quito de encima nunca, bueno solo cuando se va a la escuela.

Miren que soy una persona cariñosa. Me gustan los abrazos y apapachos, en eso soy como mi padre, nos encanta abrazar y ser abrazados y besuqueados pero esta chamaca me está sobrepasando.

Cuando estaba muy bebé la tenía que cargar todo el tiempo, era la única forma en que permanecía tranquila. La cargué todo el tiempo primero en un fular y luego en una mochila porque de verdad no había forma. No podía cocinar si no me la colgaba. Cuando #minispeedy entró a la natación ella tendría 3 o 4 meses y pues no tenía quién la cuidara así que la cargaba meciéndome de un lado a otro con la esperanza de que se quedara dormida para echármela a la espalda y así poder bañar al hermano. Cuando no tenía suerte y se ponía “Chucky” entre todas las mamás que estaban en las regaderas la calmaban hablándole. A veces la señora que le ayudaba a mi ahora muy amiga se apiadaba de mí y me ayudaba a cargarla o a bañar a #minispeedy. Si eso no es crianza con apego no sé que es.

Cuando la dormida comenzó a ser una pesadilla, cuando comenzó a despertarse de nuevo en la noche gritando como si alguien la fuera a matar y tuvimos aquella lucha interminablemente desgastante que terminó en la irremediable desdicha de que durmiera en mi cama, entendí que lo que ella buscaba era contacto humano. Hoy después de casi 3 años de un ir y venir de su cama a la mía sé que ella se despierta porque no siente a nadie junto, porque busca calorcito humano aunque haga un calor de 40ºC porque le gusta sentir en particular mi piel, también la de papá pero normalmente me busca a mí. He aprendido a vivir con eso, en algún momento hice paz con ello.  Hasta me convencí de que un día la voy a extrañar en mi cama, bueno ya casi estoy convencida, no la neta no; pero sí estoy convencida de que es algo que ella necesita y por eso y contra muchas cosas de las que estaba convencida lo permito.

Bueno pues en esas de necesitar contacto físico ahora lo necesita todo el tiempo. En casa, cuando nos sentamos a comer ella se sienta junto a mí y siempre busca la forma de poner sus piernas sobre las mías mientras comemos, no hay forma de que lo deje de hacer y me pone mal porque no me deja comer. Se las quito, las pone; se las quito, las pone. ¿Cuántas veces? You name it. En las tardes, cuando nos damos el gusto de echarnos en la cama un rato a descansar, empiezo yo en una esquina y ella en la otra y cuando menos me doy cuenta ya la tengo encima, o sea tiene una cama king y tiene que terminar encima de mí, completamente al revés que mi esposo que siempre termina en la esquina opuesta a la mía. Ah sí, perdón, ya me desvié.

Pues ahora tenemos una modalidad nueva. Yo a mis hijos les digo siempre que puedo que los amo. Para mí no puede haber te amos no dichos, siempre ando diciéndoles a quienes quiero que los quiero porque uno nunca sabe. Y los que me conocen no me dejarán mentir. Pues creo que he creado un monstruo porque ahora aquella loca ahora trae la moda de correr como loca a abrazarme y decirme:

  • Te amo mucho.

Sí, sí me encanta. Me encanta que me bese y me abrace y me diga que me ama. Una, dos, tal vez 10 veces al día pero no mil ocho mil. En serio, no exagero, bueno no mucho. No para, hay momentos del día en que no me suelta, el otro día pensé que tal vez la mochila la sigue aguantando y así cargarla y que me deje mover porque hay momentos en que ni eso me deja. Aunque creo que ya no sería cómodo. Además el “te amo” lo anda regalando nada más así. Uno le dice que algo no está bien o la regaña y en 3, 2, 1 suelta un:

  • Te amo mami.

Debo admitir que logró desviar mi atención un par de veces pero ya la caché. Chantaje total.

Ayer tuvimos sesión de Buen Pastor donde es mi alumna y no saben lo mal que nos fue. No me soltaba. Se me pescó y me decía mami te amo, miss te amo y no me dejaba hacer lo que tenía que hacer. O sea ya se volvió molesto. Y obviamente mientras mas le pido que me deje seguir y que después en la casa nos abrazamos y besuqueamos todo lo que quiera, más ella sigue pescada de mi pierna como perrito calenturiento.

Mi cabeza me dice que ella necesita ese contacto, te necesita, dale lo que pide. Pero es que a veces mi cuerpo se harta de no tener su espacio vital. Aún no encuentro bien a bien qué es lo que ella está buscando, claramente lo tengo que descifrar para que ella este más tranquila. Tal vez es su nueva forma de llamar la atención, tal vez solo sea muy querendona, al menos por el momento solo es conmigo.

Un día lo extrañaré, un día le rogaré por un abrazo y por eso ahora intento disfrutarlos todos aunque me vuelva loca de pronto con tanto amorssss. Un día va a volver loco a alguien más con tanta necesitad de apapacho pero mientras es solo mía, aunque su papá intente que los abrazos se los dé a él. La neta, la neta solo son para mí.

Bueno ya me quejé de la pegostiosidad de mi chamaca escondida de ella para que me deje escribir sin sentarse encima de mí. Voy por mi dosis de besos babeados. See you…

Gracias por leer.