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#LaPeorMamá. Cuando ponemos a competir a los hijos
Foto de Archivo

Estoy viendo una serie muy buena, de esas que no sueltas. En ella los hijos de un súper ultra millonario se disputan el lugar del mejor, para suceder a su padre en la dirección del emporio que ha formado.

Sí, adivinaron. La serie se llama Succession. Aunque seguramente hay varias que tratan de lo mismo, porque seamos honestos, ya no hay mucho de donde sacar historias nuevas.

El hombre de 80 años tiene 4 hijos. Uno de una mamá, al cual casi ni cuenta y otros 3 de otra señora, dos de los cuales continuamente pone contra los otros dos y los maneja a su antojo prometiéndoles “el puesto” para que hagan y deshagan como él quiere.

Aún no termino de verla y en verdad me tiene enganchadísima y tengo a mis favoritos y a los que súper odio y muero por saber qué otra trastada se harán entre ellos para lograr su objetivo, que a veces no sé si es “el puesto” o agradar a su papá.

Pero como me sucede siempre, comencé a analizar la serie desde el punto de vista mamá y se me rompe el corazón de pensar que las familias tengan este tipo de dinámica y relación en la cual no hay nada más importante que el dinero y el poder.

Hombre, por supuesto que, como seres humanos nos encantan ambas cosas pero, ¿a costa de qué o de quién?

Sí, ya lo sé. Todas las familias tienen lo suyo. Sus pleitos, sus secretos y un montón de carga a través del tiempo, pero me gusta pensar, en mi cabeza rosa, que nadie quisiera hacer estas cosas a propósito. Que la familia, hermanos, hijos y hasta primos vienen antes que todo lo demás. Quizá me equivoco muy gacho.

No quiero spoilerear -¿sí se escribe así?-, por si quieren verla. Así que intentaré hablar del tema sin arruinarles demasiado la serie.

Me parece horrible que como papás pongamos a competir a nuestros hijos por cualquier cosa.

Desde calificaciones pasando por habilidades y hasta por un puesto en una empresa familiar.

Si de por sí el mundo ya nos exige competir en todo no entiendo por qué poner a nuestros hijos como enemigos. Cada uno tiene sus cualidades, sus áreas de oportunidad, sus intereses. No entiendo por qué pretender que todos compitan por lo mismo.

¿Alguna vez sus papás les dijeron que no se pelearan con sus hermanos porque al final son los únicos con los que van a contar? Quizá suena exagerado pero, en verdad, lo que deberíamos intentar es que nuestros hijos puedan contar con sus hermanos, que puedan confiar en ellos, que sean aliados, que tengan una buena relación, la mejor que ellos quieran tener.

Por supuesto que esto solo lo podemos lograr si les ayudamos a que construyan entre ellos una relación de amor y respeto. Las comparaciones, las competencias desleales y la cizaña no ayudarán jamás a ello.

En serio, no puedo entender por qué algún papá preferiría que sus hijos se den puñaladas por la espalda solo para agradarle a él y elegir entre ellos a su sucesor. Por Dios señor, cuando eso suceda probablemente usted o ya esté muerto o ya se vaya a morir. Que más le da. Pero claro, eso pienso yo que mi emporio se reduce a mi cocina, mis cursos y mis textos. No estoy en el lugar de un putrimillonario.

Total, todo este choro es para desahogarme de la frustración que me ocasiona ver a este personaje poner a sus hijos en un cuadrilátero a prácticamente matarse por puro placer, aunque algo me dice que el que va a acabar muerto es él. Juro que aún no lo sé, solo es intuición.

De cualquier forma ya estoy tan enganchada que, aunque haga y haga corajes con la forma de crianza del individuo, la terminaré de ver porque quiero saber quien se queda con el puesto. Ya veremos.

Gracias por leer
#LaPeorMamá