Por Claudia Ma. García Reyes Herrera @plausi1
El cumpleaños de #minispeedy es el 16 de agosto. Anótenlo para que la siguiente semana lo feliciten. Dicho esto, continúo.
Mi hermano cumple el 22 de agosto, así que sé lo que significa cumplir años en vacaciones de verano. Jamás me pasó por la cabeza cuando busqué embarazarme en diciembre. Las fiestas son un tema, nadie va, todo mundo anda de vacaciones. No se les puede hacer pastelito en la escuela porque no hay clases. Pero, on the bright side, uno se ahorra una lana. Bien coda ésta mala madre.
Coda pero prevenida. Como el siguiente ciclo el chamaco entra a la primaria, tendrá compañeros nuevos y revolverán grupos, además de que los papás ya no pueden ir al festejo en la escuela, le hice su pastel en la escuela antes de salir de vacaciones o sea, en junio. ¡Sí! El jijo de su maíz inició los festejos de su cumpleaños dos meses antes. Ya ni las bodas de pueblo. Y yo dije, con eso será suficiente.
Pues ya estando en la gran ciudad dije: pues le hago un pastelito con sus tíos y abuelos y primos y amigos de acá. Siempre le he hecho los festejos en casa de mis papás. Así que le pregunté a mi mamá si podía hacer el festejo en su casa de nuevo y cuál va siendo mi sorpresa cuando me dice mi papá que mejor le haga una fiesta en un salón. ¿WHAT? Y pues un poco lo entiendo. ¿Como por qué debe aguantar 20 chamacos corriendo y gritando en su casa? Ya no está para esas cosas. Pa, no te enojes eh… pero ya no aguantas igual jaja.
Sinceramente a mí las fiestas en salón no me gustan. O sea, me gusta ir, obvio yo no le digo que no a una fiesta. Pero se me hace too much. Mucho gasto, mucha producción, mucha gente que a veces invitamos solo por llenar los 100 invitados mínimos que pide el salón. El chamaco festejado a veces ni la disfruta y la pobre madre vive en estrés un mes antes de la fiesta y definitivamente la fiesta no la disfruta por andar en mil cosas a la vez.
Pero pues el abuelo dijo que fiesta y además se ofreció a patrocinarla, así que… ¡fiesta en salón!
Hay algo que aún no les cuento y es que esta decisión se tomó a una semana de la fecha en que queríamos el festejo así que recurrí a un par de mis grupos favoritos de mamás chilangas en face y pedí informes de salones para la siguiente semana y tuve una respuesta bastante buena.
Salones grandes, salones no tan grandes, salones caros, salones carísimos, salones solos, salones con todo incluido. Yo seguía un poco en negación con la idea pero mi mamá me hizo entrar en razón diciéndome que había dos opciones: hacerlo donde yo quisiera o hacerlo donde mi papá apartara. Así que me decidí por un salón.
Total que el martes estaba dando el apartado para un salón que utilizaría el sábado. Llevé al festejado en cuestión y terminó completamente enamorado de los juegos del lugar; todo lo demás obviamente le daba exactamente igual.
Casi todo estaba incluido así que solo tuve que comprar botanas y dulces; ni siquiera piñata porque a #minispeedy no le gustan las piñatas y ¿como para qué poner piñata si no le iba a querer pegar?
Obviamente cuando mandé la invitación de la fiesta hubieron varios invitados que me dijeron que ya tenían otro compromiso. ¿Quién carajos invita a una fiesta 5 días antes? Pero también hubieron otros cuantos que movieron sus compromisos con tal de acompañar a mi chaparrito.
El día tan ansiado llegó. Mis 2 monstruos estaban emocionadísimos por la fiesta. #miniplausi le cantó las mañanitas a su hermano cuando despertó porque era el día de su fiesta, era el día de su cumple.
La fiesta fue un éxito. ¿Cómo lo mido? Todos los niños se la vivieron jugando. Ninguno terminó peleado. Nadie se quería ir. Aunque algunos tuvieron que irse. Tanto niños como adultos disfrutamos bastante. Comimos, platicamos y ellos jugaron y jugaron y jugaron y no pararon. Todo en el salón estuvo muy bien, no es anuncio pero sí me gustó la atención y la comida y todo en general. Y bueno el festejado salió más que feliz y eso no se cambia por nada.
Sí quiero decirles que si mis amigas regias hubieran ido a mi fiesta se mueren 3 veces. No hubo show, no hubo mesa de dulces, no hubo centros de mesa y no hubo piñata. Estoy casi segura de que después de que lean esto algunas tal vez me dejen de hablar (ah no es cierto, las amo regio amigas).
No sé si vuelva a organizar una fiesta en salón. Probablemente una para #miniplausi para igualar las circunstancias y que no sea motivo de odio dentro de 20 años. Lo que sí sé es que valió la pena la experiencia y que mi visión ante este tipo de eventos sí cambió un poquito. Pero lo que no habrá never es show, esos sí los odio mucho muy.
Ahora el chamaco anda tan volado que me preguntó donde sería su fiesta en Monterrey. ¿Ustedes lo pueden creer? Estos chamacos no tienen llenadera. Pobre, se va a decepcionar cuando vea que su fiesta será un panqué de nuez en el comedor de su casa.
No se les olvide la felicitación eh…
Gracias por leer.
Minuto a minuto
