Puedo asegurar que todas las mamás alguna vez hemos sentido la culpa, la frustración, la desesperación y el enojo que trae la maternidad
Quiero aclarar, antes de que vayan a acusarme, que tanto mi mamá como mi suegra siempre han sido respetuosas de nuestra forma de crianza. No sé si estén de acuerdo o no, pero nunca me han juzgado con este respecto. Al menos no me he enterado y a las dos se los agradezco enormemente.
Una vez aclarado lo anterior, ahora sí.
Ser mamá es recomplicado. Puedo asegurar que todas las mamás alguna vez hemos sentido la culpa, la frustración, la desesperación y el enojo que trae la maternidad; al igual que la felicidad y el amor desbordado por nuestros hijos.
Hace un tiempo, alguien me contó que su mamá juzgaba cada paso que daba en la maternidad, o en muchos de ellos y de cómo eso la hacía sentir triste y sola.
Mi corazón se rompió un poco y me puso a pensar mucho.
Señoras abuelas (mamás o suegras) sabemos que ustedes lo hicieron muy bien. Que ustedes ya pasaron la etapa que nosotros estamos pasando con nuestros hijos y que lo superaron. Muchas felicidades.
Hoy vengo a pedirles ayuda. Ayuda para que sus hijas y sus nueras la tengan un poquito más fácil al menos dentro de la familia.
Yo creo, que así como se nos olvida el dolor de parto o la recuperación de la cesárea y nos aventamos a tener más hijos, a las abuelas se les olvidan algunas de las dificultades que pasaron con sus hijos y por eso vienen los famosos: a mí nunca me hiciste esos berrinches, yo no hubiera permitido tal o cual cosa, y miles de etc.
Y qué bueno que haya sucedido, eso me da esperanza. Esperanza de que yo también me voy a acordar solo de lo bueno. Pero este no es el tema que me tiene aquí hoy.
Lo que me trae aquí hoy es la petición de ser empáticas con las mamás menos experimentadas, sobre todo si es tu hija o tu nuera.
Todas podríamos expresar nuestra experiencia y dar miles de consejos y opiniones para intentar ayudar, pero déjenme les digo que más allá de que una mamá se sienta mejor se sentirá juzgada y atacada cuando le decimos mejor hazle de tal o cual forma.
Sobre todo cuando el comentario viene de la persona que te dio la vida o que se la dio al objeto de su afecto.
Así que por piedad, denle un respiro a las mamás y en lugar de decirle todo lo diferente que podría hacerlo para que le saliera mejor, díganles que lo están haciendo bien y que lo difícil pasará para dejar el recuerdo de lo bello.
Denles un break de los juicios que de por sí como mamás ya nos imponemos y apapáchenlas cuando se sientan derrotadas por los monstruos perfectos que ustedes tanto adoran por ser sus nietos pero que a las mamás nos vuelven locas. Quizá ya no lo recuerden pero ustedes estuvieron ahí.
Abuelas, tienen en sus manos la capacidad de darle paz a la cabeza de la mamá de sus nietos. Échenles la mano.
Gracias por leer
#LaPeorMamá
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