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#LaPeorMamá A encerrarse
Foto de Archivo

Hay una nueva enfermedad en China. Es un virus. Están muriendo las personas infectadas.  

Están poniendo en cuarentena a todos.  

Se escuchaba tan lejos. 

  • Ya nos mandaron a nuestras casas. Nadie puede salir. Los supermercados super saqueados. Esto se está poniendo feo. – Mi amiga que vive en Italia. 

Seguía lejos, pero lo empecé a sentir muy cercano por ser ella.  

Inmediatamente recordé lo vivido en el 2009 con la influenza AH1N1. En ese entonces, trabajaba yo en una oficina, no tenía hijos y recuerdo que las pláticas giraban en torno a si nos mandarían o no a casa a trabajar. Lo hicieron, un par de semanas bastante tranquilas.

Trabajaba en el comedor de mi casa junto a mi marido que es un pésimo compañero de trabajo porque no platica cuando está metido en sus cosas y me aburría como ostra. Pero pasó muy rápido. De hecho recuerdo haber ido a trabajar a casa de una amiga. Todo bien.  

De pronto, primer caso de COVID-19 en Monterrey. ¡Ah chis! Eso sí ya es cerca. ¡O sea, aquí vivo!  

¿Y ahora? ¿Qué procede? ¿Qué se hace? Mantengamos la calma. Debemos ser precavidos. Pero todo estará bien.  

Corte A: Filas y filas en el Costco de personas comprando todo, absolutamente todo lo que se encontraban. Lo más sonado, el papel de baño.  

Quiero decirles que tengo un video de una persona conocida que estaba en la tienda, formada para poder entrar. Hubo gente que estuvo ahí por 4 horas. Una locura.  

Esto fue el viernes. Yo iba llegando de mi viaje de emergencia a la Ciudad de México y pues tenía algo de comida en la casa, así que decidí no entrar en pánico. 

El sábado. Mi marido y yo, decidimos ir al cine. Quizá fue una mala decisión pero lo hicimos. Fuimos a una función a la 1 de la tarde en la cual habían más o menos 10 personas. Para cuando salimos, la plaza no estaba llena pero si había bastante gente. El lugar en donde comimos también estaba bastante concurrido aunque no como cada fin de semana.  

Claro, todo mundo comprando todo lo que había en las tiendas pero aún salía, me incluyo. En lo de la salida porque no fui a comprar nada.  

Para la hora de la comida llegó el comunicado por parte de la SEP que decía que cancelarían clases a partir del lunes siguiente. Y pensé que si fuera tan grave, estarían cancelando clases desde ese mismo momento.

Entre una cosa y otra. Llegamos a la casa ya con la decisión de no salir más el fin de semana. Vamos a esperar a ver que más dicen. Para las 8 de la noche ya había yo decidido que mis hijos ya no irían a la escuela hasta que pasara la emergencia.

En la escuela de mis hijos, tan precavidos como se puede ser, desde el jueves mandaron a casa la mayor parte de los libros. Como que tenían la idea de que se suspenderían las clases. No querían alarmarnos y nos dijeron que era por precaución.

Para el domingo anunciaron que quien lo decidiera podía llevar a los niños a la escuela la siguiente semana y los que así lo prefirieran había también clases en línea. El lunes, el gobierno de Nuevo León anunció que suspenderían las clases a partir de ese momento. 

Opiniones muchas. Miedos todos. Preocupación enorme.  

Que si yo tengo que ir a trabajar y que voy a hacer con los niños.  

Que están exagerando. 

Que por favor piensen, se tienen que encerrar. 

La decisión estaba tomada y todos los chamacos se quedarían en casa.  

Por su parte, la empresa para la que trabaja mi marido también tomó la decisión de enviar a todo mundo a hacer home office. Así que otra razón más.  

Desde el domingo, solo he salido dos veces: una al Costco que por cierto estaba bastante saqueado pero aún tenía al menos lo que yo necesitaba y otra a recoger los libros faltantes de mis hijos para poder iniciar con sus clases en casa.

¿Qué les puedo yo decir?

Ya saben que soy bien intensa con los horarios. Así que decidí hacer un cuadro con las actividades que tenemos que hacer para que no pasemos demasiado tiempo enchufados al streaming, porque, si nos lo proponemos, de ahí no salimos.  

Vamos en el día 5 y pues tan mal no vamos. Hasta eso los chamacos han estado muy cooperadores. Me han ayudado a cocinar, a guardar ropa y han sido muy respetuosos del tiempo en que su papá o yo estamos trabajando.

Tristemente, además de las clases, también se canceló la confirmación de #minispeedy y la pachanga que habíamos planeado. Pero pues primero la salud. Ya habrá tiempo de celebrar después.

Hoy, hoy empezamos con las clases en casa. Tengo que reconocer que en la escuela se rifaron con el plan de trabajo y enviaron todo perfectamente bien estructurado pero ser la mamá y la maestra de los dos al mismo tiempo ya se me complicó.  

Supongo que iremos agarrando el ritmo. Lo que sí es que ya me aprendí la canción de los días de la semana en inglés y la se las palabras agudas, graves y esdrújulas.  

Quién sabe, en una de esas, después de la contingencia, pido trabajo de suplente. 

Y ustedes ¿cómo van con el encierro?

Gracias por leer.

Por Claudia García Reyes

#LaPeorMamá 

Twitter: @la_peor_mama