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Border
Transtorno Border. Foto: DZ / Psiquiatría en Madrid.

Entre la sensatez y la locura hay un hilo muy delgado donde se abraza el trastorno borderline, border. Un abismo que genera vivir en la oscuridad y el no saber cómo abrazar la luz cuando ésta se atisba de vez en cuando. 

Aparece en algún momento como mecanismo defensivo a lo traumático, se vuelve una forma de sobrevivir al dolor temprano de una infancia profundamente maltratada. 

Querida:

Han pasado quizá 2/3 partes de tu vida, si las cuentas de lo posible son correctas y no pasa algo antes. 

Quizá es un buen momento para hacer un recuento de lo vivido, acompañada de la reflexión de cómo se sobrevive a una madre que padece este padecimiento. 

¡Claro que quedan marcas pese a salir lo mejor librado posible!  Uno va contando su historia, acomodándola de tal forma que suma y resta sobre todo en lo que más duele. Uno aprende a recibir el daño, a digerirlo para que no asfixie  y de pronto se vuelve uno hipersensible y detona alertas dando respuestas que no siempre son sanas. 

Alguna vez te escuche decir que con una infancia como la tuya, se salía de dos maneras; o muerto o drogadicto. Pero también es verdad que los hechos se vuelven solo verdad para uno y ahí se guardan los amores, las decepciones de los anhelos no cumplidos y las heridas que generan el abandono, el rechazo, la humillación, la injusticia y la traición. Aunque para otros no solo no haga sentido, sino que incluso se perciba de otra manera.

El comienzo

Para quien el mundo comenzó en el seno de una familia que pudo abrazar tus primeros pasos, el mundo se abrió con fuerza para qué fuera el apego quien permitiera que a partir de los cuatro años, se gestara dentro, ahí donde habita el alma un lugar donde refugiarte. 

Comenzaban los años duros para forjarte en el aprendizaje del dolor y la manera de crear barreras  contra él. Y fue la rigidez, el perfeccionismo y el control quienes con ahínco te protegieron hasta que comenzaron a hacerte daño, convirtiéndose en un  comienzo de un TOC (trastorno obsesivo compulsivo) poniendo una cantidad desmedida de energía en ordenar todo. Te vi poniendo los legos por colores cuando la tarde terminaba y había que comenzar la rutina de recoger para acostar a los niños y vaya que tuviste pues diste vida a seis.   

Tuviste que encontrar cómo sanarte desde ahí. ¿Para qué servía este acto tan irracional? En tu mente se construían muros que guardaban tu miedo a perder la razón. El cansancio de una madre cuando los niños son pequeñitos, produce momentos de irritabilidad, una sensación de sentir la tarea demasiado grande y el ordenar en tu caso, ayudaba a tranquilizarte.

Hay un recuerdo que hoy ya no supura tanto, que te deja con los pies en la entrada de una casa, tenías casi cinco años cuando una señora de nombre Sara abrió la puerta y te recibo a tí y tu hermana de pocos días de nacida. 

Las pesadillas de esa época son una maraña de escenas con monstruos negros  que te despertaban al amanecer llenando tu cuerpo niño de un sudor helado.  Está el recuerdo del tapiz azul de flores y la tenue luz que entraba por una pequeña ventana que estaba del lado derecho entre sus barrotes. Entonces Clara tu prima que dormía en la cama de abajo de la litera con solo siete años más, llamada para cuidarlas, te abrazaba y te metía bajo su cobija de cuadros rosa, hasta que volvías a conciliar el sueño. 

Muchos años más tarde fue la misma Sara quien te narró los hechos y fue cuando descubriste que tú madre se había ido lejos en busca de algo que apaciguara su fuego interno. 

A está narrativa le fuiste sumando imágenes de quien te dió la vida queriéndo quitarsela, estando embarazada de tu hermana. No fue una idea construida por ti,  sino contada por alguien más, pero en ella encontraste más tarde como poder ir tejiendote para alcanzar su alma rota, dejando el odio que le tenias en un impass y te dedicaste a encontrar los cómos para transformarlo en comprensión. 

Ser arrancado de las raíces que uno necesita para sostenerse, genera dureza y gracias a ella  uno sobrevive. Es por eso que el dolor de los exiliados te es tan familiar. Se queda en el recuerdo una melancolía que abraza y constriñe, que lo acompaña a uno de manera sigilosa pero constante.

Salir del lugar que lo vio nacer a uno para regresar solo a veces y durante poco tiempo, va generando un cómo vivirlo, cómo transitarlo y en tu caso, los sabores, los colores y el olor a lluvia y hierba fresca son el hilo conductor que te conecta con Bogotá  y es por eso  que cuando el frío acaricia tu piel, una sonrisa cruza tu rostro y es que por unos segundos, te sientes en casa. 

A veces, algunos seres humanos somos acunados por brazos además de los de los seres cercanos a uno, como te sucedió a ti. Saliendo de Colombia y llegando a Managua la tierra, los volcanes y el agua salada del mar durante casi tres años, te enseñaron a caminar.

Los recuerdos de esa época se aglutinan y seguramente acompañados por ese pensamiento mágico que te ha acompañado toda la vida, hoy es el lugar donde vas cuando de pronto emocionalmente te cuesta respirar. Y entonces te vuelves nuevamente pequeñita sales por la puerta con mosquitero de tu cuarto que daba al jardín y te diluyes descalza en la noche clara entre las plantas de papaya, mientras el cerro negro a unos kilometros de tu casa hacia erupción lanzando fuego a las alturas y generando un calor dificil de imaginar.

La Explicación

Aparece un día hace poco más de seis años en voz del Dr. Javier Vicencio una palabra que comienza a dar sentido a quien en su vientre cargo tu vida y entonces “border” se vuelve un remanso de paz que acaricia el dolor y las cicatrices de una infancia profundamente dolorosa. 

El trastorno límite de la personalidad fue acuñado apenas en los años ochenta, un padecimiento difícil de diagnosticar debido a su profunda complejidad. No existe un tratamiento médico que incluya fármacos para apaciguarlo, quizá mitigue algunos de sus síntomas, nada más.

Hoy es vista como una conducta  mental que afecta gravemente la capacidad de una persona para controlar sus emociones, teniendo patrones prolongados de emociones turbulentas e inestables. Esta pérdida de control emocional puede aumentar la impulsividad, afectar cómo se siente una persona sobre sí misma y repercutir negativamente en sus relaciones con los demás, generando mucho dolor.

“La psicopatología está dividida en dos continentes, la neurosis y la psicosis y en medio existe un océano que es el océano borderline.  El trastorno límite de la personalidad en español, es un término acuñado por Otto Kember y que plantea como tratamiento la terapia psicoanalítica. 

¿De dónde viene la sensibilidad del abandono? Se va produciendo como resultado de la independencia del niño mirando para atrás si está la presencia de quien lo acuna y es ahí cuando vive la experiencia de abandono. Pero dentro las causas que lo gestan, tantas veces aparece el abuso sexual”. Toda esta explicación fue recibida por el Dr Javier Vicencio director de CRISOL, citando a Luigi Cancrini.

Border, las Improntas

Tu madre volcaba su desconexión sobre todo en ti, dejando tu piel marcada y tu pequeña alma fragmentada.

Se piensa y es solo como hipótesis, que hay un factor que recibe la violencia que acompaña la vida de quien siente un abandono profundo, que marca una escisión con sigo mismo y con su entorno. Tú como ella, lo abrazaste.

Se habla de factores genéticos, familiares y sociales creando un espectro tan ambiguo que deja todavía en una nebulosa madeja el contenido de algo tan difícil de explicar. 

Tuviste siempre el temor a volverte loca, como considerabas que lo era ella, entonces buscaste en muchos lugares para entender y la idea de que era esquizofrenia lo que ella tenía, fue una manera de ir acomodando de alguna manera, lo que pensabas que le pasaba. 

El recuerdo de tu abuelo llevado en camisa de fuerza en una ambulancia, quizá tuvo que ver con ese diagnóstico hecho por ti. Te permitió sobrellevar las emociones de miedo, rabia y odio que mezcladas, acompañaron el daño que recibiste. La premisa de “esto termina conmigo” acompañó gran parte de tu vida.

Dicen que quien se vuelve terapeuta busca sanar lo propio, mientras se pone al servicio acompañado procesos y soy testigos de que eso fue así. Te he visto perderte en las páginas de los libros para aprender con minucioso cuidado y he sido testigo de cómo en la práctica terapéutica, vas dando sentido a lo tuyo; suturando, tejiendo, hilando.

También he contemplado tu inmenso agradecimiento hacia quienes acompañaron tu proceso, seres que brindaron calor y luz donde había solo oscuridad. Maestros de vida que generaron posibilidad, donde sólo habitaba la nada. 

Ser hijo/a de alguien con este trastorno, vuelve el mapa del mundo en un lugar árido, donde se seca lo amoroso y la existencia se vuelve difícil de digerir. 

Pero si uno logra amasar lo vivido aprendiendo de ello, mientras va hilvanando las heridas, entonces aparece como posibilidad que del mismo nivel de dolor en su polaridad, aparezca la capacidad de plenitud y de trascendencia. 

Hoy te escribo, y me da la impresión de que la serenidad que refleja tu rostro cuando te ves al espejo y te gusta lo que ves; está acompañada de saberte una sobreviviente. 

Qué puedes abrazar el trabajo personal de años,  revisando tus fracturas y asumiendo el daño que te generaron. Que has podido abrazar con ternura a tus hijos, aunque a ti te hizo tanta falta. Hoy es fuente de ese contento interno que pone tus pies a diario bien arraigados para vivir lo que toca, acompañada de una profunda serenidad. 

No, la infancia no siempre nos determina, aunque marca el alma dejando hendiduras que hacen a veces difícil no quedarse ahí, pero uno no es el daño que se le ha infligido, uno se transforma desde ahí y se puede volver alguien mucho más nutricio, capaz de amar y ser amado.

Dic 31 2022

Al final de este año, en unas cuantas cuartillas puedo dejarte en letras lo que veo en ti, cuando me salgo de tu piel y me convierto en narrador. Puedo abrazar tú existencia y es cuando tocas tú vulnerabilidad, cuando la vida te invita a ponerte de rodillas, cuando veo la fuerza que brota gracias a lo que te enseño de una manera extraña quién te dio la vida. 

A veces quien conoce lo que es sentir como se desgarra el pecho, si logra potencializarlo y transformarlo en algo más, aparece la posibilidad de que la vida se vuelve un vaivén entre luz y oscuridad. Pero es sobre todo cuando aparece el caos que las herramientas de lo aprendido, permiten que se pueda atravesar lo que toca.   

Y sí, mientras fuiste sincelandote para salir de la piedra y volverte forma, hiciste daño. La rigidez y el control dejan huella en los otros y  la búsqueda de resarcir el daño generado, no es suficiente. Con pedir perdón tampoco se logra mucho. Pero para ti el voltear a acompañar a otros que buscan como atravesar lo propio, se vuelve fuente del hilo que sutura tu existencia desde ahí.

Apartarte de tu madre fue tu mecanismo defensivo, poner tierra de por medio tu armamento. Quizá algún día, si es que se puede, puedas abrazarla desde otro lugar que no sea el abismo que deja el dolor. Sobrevivir a una madre border es sin duda una tarea minuciosa que cuesta tanto, tantísimo.

Por DZ

Claudia Gómez

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