El uso de cubrebocas en espacios públicos cerrados hasta alcanzar los objetivos de vacunación de la población es rentable y podría ahorrar costos
Mantener el uso de cubrebocas en espacios públicos cerrados hasta alcanzar los objetivos de vacunación de la población, con una cobertura mínima del 70 por ciento, e incluso entre dos y 10 semanas después, es rentable y podría ahorrar costos, además de reducir las hospitalizaciones y las muertes por COVID-19.
Cuanto menor sea el nivel de cobertura de vacunación de la población, mayores serán los beneficios económicos y sanitarios de mantener el uso de la mascarilla, según un estudio basado en simulaciones de propagación del COVID-19 en Estados Unidos y publicado en la revista The Lancet Public Health.
Los autores desarrollaron un modelo computacional que representaba la propagación y el impacto del-19 entre los más de 327 millones de personas de los Estados Unidos y simularon el uso de mantener el uso de cubrebocas antes y después de alcanzar diferentes niveles de cobertura de vacunación en una amplia variedad de circunstancias.
En todos los escenarios simulados, fue rentable mantener el uso del cubrebocas durante entre dos y 10 semanas después de alcanzar los objetivos de vacunación de la población.
Por ejemplo, si Estados Unidos alcanzara una cobertura vacunal del 90 por ciento para el 1 de mayo de 2022, mantener el uso de cubrebocas hasta entonces evitaría 13 mil 300 millones de dólares en costos sociales y 2 mil 400 millones de dólares en costes médicos directos, así como 6.29 millones de casos de COVID-19, 136 mil 700 hospitalizaciones y 16 mil muertes.
En comparación, una cobertura del 80 por ciento aumentaría el ahorro a 16 mil 700 millones de dólares en costes sociales, 2 mil 900 millones de dólares en costes médicos directos, y evitaría 7.66 millones de casos, 174 mil 900 hospitalizaciones y 20 mil 500 muertes.
En las últimas semanas, muchos lugares de Estados Unidos han levantado los requisitos de cubrebocas para interiores, a pesar de que menos del 70 por ciento de la población está completamente vacunada y menos del 45 por ciento ha recibido el refuerzo, según los autores.
Este trabajo apunta que mantener sistemáticamente el uso de cubrebocas hasta alcanzar diversos umbrales de cobertura de vacunación e incluso entre dos y 10 semanas después, podría no solo prevenir un número considerable de casos, hospitalizaciones y muertes, sino también acabar ahorrando dinero a las empresas, el sistema sanitario, las compañías de seguros o los contribuyentes, resumen.
“Nuestros hallazgos ofrecen algo de luz al final del túnel, sugiriendo que el uso de cubrebocas no tiene que continuar para siempre, sino que sigue siendo una herramienta importante para detener la propagación del COVID-19 a medida que entramos en la siguiente fase de la pandemia“, afirma Peter Hotez, uno de los autores.
El modelo representa a la población estadounidense, pero los resultados pueden ser también aplicables a otros países.
Con información de EFE