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Caro
Foto de Hitesh Dewasi en Unsplash

Caro

Estoy en una tienda de esas que son departamentales y tienen todo tipo de productos, una hermosa señorita de traje sastre negro, con una sonrisa seductora me pone un poco de perfume en el brazo y me dice que es el icónico Miss Dior.

“Es una fragancia floral, afrutada y amaderada que sugiere una experiencia que evoca lo sensorial y resuena con aquello que es complejo y delicioso”. Me dice con su voz acaramelada.

De pronto percibo notas jugosas que me recuerdan al olor de las mandarinas y que aportan frescura a la fragancia. Me parece detectar un poco de jazmín estrellado, algo de rosa de Grasse, un muguete fresco y un acorde de peonía creando un bouquet floral vibrante y que podría definirse como sensual. Tiene en el fondo una sensación cálida de maderas tiernas y ámbar, cada elemento integrado con sumo cuidado, evocando una sensación de profundidad y sofisticación. Y no, esto lo escribí así, porque más tarde busqué en internet de que se trataba, y me sorprendió todos los elementos que puede llegar a tener un perfume.

Cómo es posible que algo tan elegante, tan femenino que sugiere imágenes de paseos nocturnos en la Provenza, rodeados de flores y frutas, haya sido gestado después del horror de una guerra, y las cicatrices que esta dejó en el alma de millones de seres humanos.

Es demasiado dulce para mí, a mí me gustan los perfumes con más olor a cítrico, pero al volver a inhalar la fragancia, de pronto, algo empieza a pasar: se comienzan a desdibujar los anaqueles, las personas empiezan a verse borrosas, se van desmaterializando, las voces comienzan a escucharse a lo lejos, se van volviendo lentas, se paraliza el tiempo.

Cuando mi conciencia despierta, un fuerte dolor de cabeza se apodera de mi cráneo. Conozco esta sensación de sentirme desubicada, tardo siempre unos minutos en los que las células de mi cuerpo entran en sintonía con el espacio, cuando salto en el tiempo siempre tengo sed. El olor a mugre, orines y humedad llena mis fosas nasales, ha desaparecido la suave fragancia. Una arcada se apodera de mí, cuando me doy cuenta que estoy en una celda.

Escucho un quejido, junto a mí hay una chica de pelo oscuro, tiene la cara magullada a golpes y un hilo de sangre corre por su oído izquierdo.  Lleva unas seis horas inconsciente, su respiración pausada es interrumpida por una tos, que me hace pensar que tiene las costillas rotas, como al parecer las tuve yo cuando me trajeron a fines de 1943.

Me acusan de espionaje, y se corren rumores entre las otras que están en distintas celdas, de que el martes seré ejecutada. En la madrugada la escuché quejarse, he prendido una vela que tengo de contrabando bajo el colchón, y me acerco a ella.  Por la rendija del único ojo que puede abrir me observa, la tomo de la mano y le digo que me llamo Eleine. Se dobla como un ovillo en el colchón de paja infestado de piojos y pulgas, está lleno de manchas de sangre de alguna otra que pasó por aquí y de orines, eso no lo pasan en las películas, pero cuando uno está inconsciente afecta el control voluntario de los músculos, incluyendo el esfínter urinario y el cuerpo necesita descargarse y lo  hace donde puede. Me he quedado dormida junto a ella, en ningún momento me ha soltado la mano, tiene las muñecas llenas de abrasiones, sé que la tuvieron atada por mucho tiempo, quizá colgada de algún techo.

A sorbos de agua fue recuperando la fuerza, durante dos días la fiebre no cedía, y por momentos pensé que se moriría. Nuestra ración diaria de pan es muy pequeña, es mohosa y dura. Ayer nos dejaron un poco de sopa hecha con nabos, patatas y coles, con muy poco valor nutritivo. En esta parte de la cárcel nos quitan las pequeñas porciones de margarina o mermelada que algunas presas tienen a veces, también las pequeñas cantidades de carne de caballo o pescado en mal estado que a veces dan.

Las que trabajan afuera buscan desesperadas y comen hierba y la corteza de los árboles para sobrevivir, el hambre es tremenda.

Con la sopa apenas se calmaba nuestra hambre cuando el estómago ruge, le doy un poquito en los labios procurando que trague, aunque sea algo.  Con el agua de una cubeta de fierro que nos traen para el aseo, le puse compresas en la frente y en el pecho, buscando que cediera el calor que su cuerpo emanaba.  Finalmente despertó a los cinco días, la ayudé a sentarse, le sonreí y le dije que era probable que en la mañana vinieran por mí para matarme.

Le conté que pertenecía a la red F2, transmitiendo informes que eran de suma importancia a Londres, que yo como muchas mujeres, pertenecíamos a una red decidida a luchar contra la ocupación Nazi.

“¿Qué día es?” preguntó con un acento francés, marcando un hilo de voz, mostrando la debilidad que le aprisionaba el aire de los pulmones.

“Hoy es 20 de agosto de 1944, llegaste hace cinco días. Dicen que la Gestapo te emboscó en la plaza Trocadero, y que en la rue de la Pompe número 180 te torturaron brutalmente. A mí también me sumergieron en agua helada durante horas, y me golpearon sin piedad, perdí dos molares y un dedo de la mano izquierda. Te deportaron el 15 de agosto, y estamos en la cárcel de Ravensbrück, a 90 kilómetros al norte de Berlín, esto queda cerca del pueblo de Ravensbrück, que es parte de Fürstenberg/Havel.”

Inhalo profundo buscando palabras para explicarle lo mejor que puedo:  “Es el segundo campo de concentración más grande para mujeres, después de Auschwitz-Birkenau”.

Continué conversando, o no quería hablar o la debilidad no se lo permitía, más tarde deduje que tenía miedo, estábamos entrenadas para no confiar en nadie, nunca podía uno saber quién nos traicionaría.

“Llegamos en ese tren infernal que trajo a tantas de nosotras. Te han marcado como a mí, llevas en tu vestido el número 57813, y yo tengo el 57346, llevamos cosido un triángulo rojo que nos identifica como prisioneras políticas, quizá piensan que con estos números pueden borrar nuestra identidad. Pero seguiremos siendo las mismas aunque nos torturen, nos arranquen la lengua y nos manden a la cámara de gas.

Las guardias de aquí son famosas por su brutalidad, muchas somos víctimas de experimentos con sulfonamidas, quieren probar la eficacia de éstas para tratar infecciones en heridas de guerra que nos infligen, las contaminan con bacterias, vidrio molido y otros materiales”.

Levanto mi “Häftlingskleidung” que significa ropa de prisionero, un vestido suelto de tela gris rayada que llevo y muestro unas heridas en mi muslo delgado, una mide unos 30 cm. de largo y ha dejado una cicatriz queloide.

“Las condiciones en Ravensbrück son inhumanas”, continuo. “Hay epidemias de hambre, enfermedades y trabajo forzado. Una vez que me hayan matado, te van a trasladar a otra celda, dormirás en el suelo frío de cemento, y tus jornadas de trabajo serán de 12 horas diarias con poco alimento, y pronto llegará el invierno y tu cuerpo se irá congelando de apoco. Te cuento todo esto para que estés prevenida, la buena noticia es que si todo es como dicen, para estas épocas el año que viene, si sobrevives, habrá terminado la guerra, así que resiste.”

Se escuchan unos pasos al fondo del pasillo, hay una intuición que va marcando los latidos de mi corazón, se que vienen por mí, es mi hora.

“Es momento de despedirnos, no me queda nadie para mandar algún mensaje, quizá sobreviví para esperarte, para no dejarte morir, porque hay algo mejor que todo esto para ti”.

La abrazo, su cuerpo delgado muestra signos de desnutrición, el mío está igual. Entran, me ponen una capucha, me arrastran hacia afuera. Me llevan nuevamente al cuarto de interrogación, esperan que delate lo que me ha dicho, y me proponen perdonarme, pero no me ha dicho nada, ni una sola palabra, ni un solo nombre.

Me han roto las piernas, me arrastran a la cámara de gas, voy con muchas otras.

Cuando me doy cuenta, tengo una bolsa en la mano, he comprado el Perfume, estoy de nuevo en mi tiempo, estoy aturdida, confusa.  Veo el ticket del precio que pagué y por poco me da algo, es ¡carísimo! ni en mis sueños más guajiros podría pagar algo así, he adquirido el Extrait de Parfume original y mientras regresó al mostrador para pedir la devolución, me voy preguntando.  ¿Qué tiene que ver la fragancia con esta experiencia?, no lo sé y no lo sabré por un par de días.

Nuevamente Norma me manda una historia, la leo y todo va haciendo sentido. Mi compañera de celda era Catharine Dior una agente que bajo el nombre en clave “Caro”, trabajó para la red F2, esa unidad de inteligencia financiada por los británicos, transmitiendo informes clandestinos a Inglaterra de la que le dije, yo formaba parte. Pese a haber sido torturada durante meses, nunca traicionó a sus compañeros.

Resulta que logró escapar del cautiverio durante una de las infames “marchas de la muerte” cerca de Dresde, el 21 de abril de 1945. Estas marchas forzadas se realizaban cuando los nazis evacuaban los campos de concentración ante el avance de las tropas aliadas. Regresó a París en mayo de 1945, tan demacrada que nadie la reconoció.

Era la hermana menor del famoso diseñador Christian Dior. Nacida como Ginette Dior en 1917, aunque  más tarde pasó a ser conocida como Catherine. Posiblemente el cambio de nombre estuvo relacionado con su actividad en la resistencia francesa, a la que se unió en noviembre de 1941, tras conocer a Hervé des Charbonneries, su compañero de toda la vida.

Soportó nueve meses de prisión en varios campos además de Ravensbrück, pasó por la prisión militar de Torgau, por Abberode (un campo satélite de Buchenwald), y en una fábrica cerca de Leipzig.

Después de la guerra, trabajó en el comercio de flores, primero en París y luego se dedicó al cultivo  de flores en Provenza. Más tarde ayudó a preservar el legado de su hermano después de su muerte en 1957, y se convirtió en presidenta honoraria del Museo Christian Dior a partir de 1999 hasta su muerte en 2008, a los 91 años de edad.

Por su valentía y servicio, Catherine recibió numerosos honores: la Cruz de Guerra, la Cruz de Combatiente Voluntario de la Resistencia,   la Medalla del Rey al Coraje en la Causa de la Libertad, y la de Legión de Honor otorgada en 1994.

La vida de Catherine inspiró el icónico perfume Miss Dior, lanzado por su hermano Christian en 1947. Yo nunca había oído de ella,  pero imagino que una generación completa sintió admiración por su vida, destacando las enormes contribuciones de las mujeres en la resistencia francesa, a menudo pasadas por alto.

Miss Dior tiene una botella de forma rectangular que lo hace elegante, evoca la sofisticación y el lujo, con un estilo atemporal y una estética de alta costura que caracteriza al diseñador. Entiendo ahora cuando dicen que busca transmitir tanto sofisticación como modernidad, haciendo que no solo sea un contenedor para perfume, sino también un objeto decorativo.

La tapa en forma de lazo le da un toque de romanticismo, para quien lo usa se abre una experiencia floral que lleva secretos ocultos, como los códigos de una espía. Sus notas se despliegan con la sutileza de una misión clandestina, mientras su esencia perdura con la fuerza inquebrantable de tantas mujeres.

Cada gota es un homenaje silencioso a la valentía, envolviendo a quien lo lleva en un aura de misterio y coraje, tan delicada como un pétalo y tan resistente como el espíritu inquebrantable de un ser humano extraordinario. El olor inconfundible de su esencia habla de la dualidad entre la delicadeza del perfume y la fortaleza del carácter de Catherine.

DZ

Datos Interesantes

El campo de concentración de Ravensbrück para mujeres que provenían de más de 40 países diferentes, con una gran proporción de mujeres polacas y soviéticas, fue en su momento el mayor campo de concentración del régimen nazi. A lo largo de su existencia, desde 1939 hasta 1945, un gran número de mujeres pasaron por sus instalaciones. Aunque las cifras exactas son difíciles de determinar con precisión, porque muchos de sus documentos desaparecieron, pero la cifra va entre 130,000 a 132,000. De éstas, se calcula que entre 30,000 y 50,000 murieron en el campo debido a las terribles condiciones, enfermedades, hambre, ejecuciones y experimentos médicos.

La red F2 fue una de las más grandes y efectivas redes de inteligencia de la Resistencia francesa, pero las cifras exactas de participación y bajas son inciertas debido a la naturaleza clandestina de sus operaciones.

Bibliografía

“Ravensbrück: Life and Death in Hitler’s Concentration Camp for Women” por Sarah Helm (2015)

https://encyclopedia.ushmm.org/content/en/article/ravensbrueck

https://www.ravensbrueck-sbg.de/en/

https://www.yadvashem.org/holocaust/about/camps/ravensbrueck.html

https://www.nationalww2museum.org/war/articles/ravensbruck-concentration-camp-women