Junto con organizaciones que velan por los intereses de los niños, entre ellas Misión Planeta y el PNUD, se va a llevar a cabo la primera Cumbre de las Naciones Unidas Infantil sobre Cambio Climático
Vivimos en la primera época en la que los humanos que ya habitamos el planeta sufrimos las consecuencias del cambio climático. El diálogo que mantuvimos durante años sobre las afectaciones a las generaciones futuras, hoy en día, se conjuga en presente. Y la tensión geopolítica que esto implica, se vivirá en la COP 24 de Cambio Climático, en la que se reunirán los expertos en medio ambiente, ministros, jefes de estado y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, para generar un diálogo resolutivo en torno a la generación de un marco regulatorio a nivel internacional, para disminuir los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, así como definir las acciones globales para contrarrestar los efectos del cambio climático.
A pesar de que en 23 ocasiones anteriores ha sucedido esta reunión, todavía no se comienza a recorrer la ruta que desde 1990 se trazó a favor de nuestro planeta. Han surgido planes, promesas, iniciativas y protocolos, que sin cumplir con un nivel riguroso de exigencia, tampoco han logrado ningún compromiso real por parte de las naciones. En 2020 se pone en marcha el Convenio de París, que buscaba neutralizar las emisiones de GEI en la atmósfera para limitar el aumento de la temperatura global a 2°C, cifra que los científicos expertos marcaron como límite en un inicio de este compromiso, pero que apenas hace un mes redujeron a 1,5 °C, ya que se demostró que superar esta cantidad traerá consecuencias catastróficas para todos los ecosistemas del planeta. Eso, más la renuencia de Estados Unidos y China para firmar este convenio, convierten a la COP 24 en uno de los eventos más polémicos por darse a nivel internacional en el próximo mes. A un año de poner en marcha este convenio, las naciones desarrolladas, en conjunto con las naciones en vías de desarrollo, deberán definir los compromisos que todos pueden asumir para comenzar, ahora sí, a cumplir con la agenda en contra del cambio climático antes de llegar al punto de no retorno.
Será durante estas conferencias que López Obrador estrene la presidencia, por lo que la participación de México puede tener un rol importante, o como de costumbre, ninguno en lo absoluto.
Es por esto que ante la constante ambigüedad política que estas reuniones anuales han desatado, los niños mexicanos deciden tomar la palabra para exigir de manera concreta lo que ellos quieren ver reflejado en las resoluciones de este y los siguientes años.
Junto con organizaciones que velan por los intereses de los niños, entre ellas Misión Planeta y el PNUD, se va a llevar a cabo la primera Cumbre de las Naciones Unidas Infantil sobre Cambio Climático. Se reunirán niños de entre 8 y 12 años que lideren algún tipo de iniciativa ambiental y se recopilarán sus testimonios, experiencias y propuestas, para hacerlas llegar a las dependencias correspondientes, entre ellas, la Dirección de Política Pública para Cambio Climático de la Semarnat.
Esto con la finalidad de hacer valer su derecho humano a un medio ambiente sano para su desarrollo, derecho que no ha sido garantizado por las administraciones anteriores y hoy en día, vemos las consecuencias. Según el estudio La herencia de un mundo sostenible: Atlas sobre Salud Infantil y Medio Ambiente, de la OMS, actualmente el 14% de los niños menores a 5 años presentan síntomas de asma y se estima que el 44% de los casos está relacionado a cambio climático, ya que “el aumento de la temperatura ambiental y las concentraciones de dióxido de carbono favorecen la producción de polen y mohos”. Y este es solo el principio de los efectos que se comienzan a vivir a causa del cambio climático. Si agregamos las sequías y lluvias torrenciales prolongadas, acidificación del océano, extinción masiva de especies, desertificación, contaminación química del agua y concentración de gases tóxicos en el aire, entre otros, este paquete de condiciones ambientales nocivas, es seguro afirmar que los niños se están desarrollando en medio de una crisis ambiental a escala global.
¿Qué significa esto?
Los primeros mil días de un humano son los más críticos, ya que el desarrollo que se lleve a cabo en esa fase será la base para el resto de su vida. El hecho de que nuestros niños crezcan en un ambiente que no puede asegurar su primera etapa de desarrollo plena, es el augurio de un futuro poco alentador. En un país en el que de por sí las condiciones sociales y económicas mantienen al 7% de los niños entre 0 y 5 años en situación de desnutrición crónica, agregar factores de degradación ambiental puede resultar catastrófico para el país.
Como parte del Modelo Infantil de Naciones Unidas, se propone la iniciativa de catalogar a los niños como una población vulnerable ante el cambio climático. Esto implica reconocer a nivel de política pública que hoy los niños están en una situación de desventaja, y por lo tanto, se les tiene que dar apoyo adicional para su desarrollo.
Es por esto que Misión Planeta, que asistirá a la COP 24 como una organización observadora, se encargará de llevar esta causa y exponerla frente a los asistentes para que, en representación de los mexicanos, se exija que se ponga sobre la mesa de debate y se incluya dentro de las resoluciones generadas en este año. Para demostrar el respaldo de esta causa, se lanzó una campaña de firmas en change.org, en la que cualquiera puede sumarse y darle difusión, para que se ejerza la presión suficiente sobre el gobierno mexicano y frente a los ojos de la audiencia internacional, tenga que emitir una respuesta clara sobre cómo piensa atender las exigencias de los niños dentro de las bases y modalidades que establece la ley.
A pesar de que la COP 24 fue lo que motivó esta campaña para obtener una respuesta clara, ya sea del gobierno mexicano o del foro internacional, de cómo se van a incorporar a los niños como un grupo vulnerable dentro de la agenda de cambio climático y las acciones estratégicas con las que se atenderá a esta población, la causa agarró fuerza por sí sola y atrajo la atención de empresas que defienden los mismos valores, y fue así como El Sardinero se sumó como el vocero de esta causa. Desde hace 25 años, El Sardinero decidió combatir la desnutrición infantil a través de despensas que cuenten con el valor nutricional suficiente para impulsar las primeras etapas de desarrollo infantil, entendiendo y promoviendo que un cuerpo sano es el hogar de una mente capaz. La nutrición está al centro de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, por lo que esta campaña cautivó de manera instantánea a la empresa y la importancia de su participación se hizo evidente desde que se puso en contacto con ella.
Fue así que la empresa se convirtió en el aliado estratégico de la causa, buscando apoyar que no solo sea de la campaña, como parte de la COP 24, sino que se inicie un movimiento a nivel nacional en el que se repliquen los foros infantiles de participación, y con el apoyo de expertos, se documenten estas exigencias y solicitudes se impulsen las iniciativas y lleguen a las dependencias correspondientes.
Como parte de esta estrategia, El Sardinero participó en EarthX, el evento de sustentabilidad más grande del mundo, que tuvo sede por primera vez en México del 8 a 11 de noviembre. Ahí, expuso la campaña y motivó a los participantes a sumarse con su firma, para que también su voz llegue hasta la COP 24, logrando un verdadero consenso en el evento climático más importante de la década. Se organizó un taller para niños junto con Misión Planeta, con el fin de empoderarlos para que den forma a su propio mundo y por último, se realizó una recaudación de donativos, la cual duplicó con despensas que junto con Nutre a un Niño AC, se destinó a comunidades que padecen desnutrición crónica.
Con estas acciones, El Sardinero está activando una campaña para reforzar la misión con la que en un inicio surgió, y aprovechar el contexto de adversidad y falta de iniciativa para empoderar y proteger a los que realmente tienen el cambio en sus manos: los niños. Está generando vínculos con ONGs mexicanas para detonar proyectos y actividades, tanto dentro su empresa, como en comunidades rurales con altos índices de desnutrición, para asegurar el acceso a una verdadera alimentación nutritiva.
Gracias a colaboraciones como esta en las que se unen asociaciones civiles, empresas, organismos internacionales y la sociedad civil, surgen iniciativas tan poderosas que a pesar de vivir en la primera época en la que los humanos ya somos afectados por el cambio climático, también tenemos a nuestra disposición una cantidad de soluciones que antes solo pudimos haber soñado. Es así que esta iniciativa por proteger e impulsar el derecho a un medio ambiente sano para los niños, es una propuesta clara, integral e igualitaria en la que los mexicanos se pueden unir para proponer el marco del diálogo resolutivo que nuestros dirigentes aún no han impulsado. Al asentar un precedente nacional para definir modalidades que contribuyan a que los conocimientos de todos se traduzcan en promoción y acción, nos acercamos cada vez más al cambio en la regulación urgente para contrarrestar los efectos del cambio climático. Alimentar el potencial de los niños para transformar su propio mundo es permitirles dar forma al futuro.
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