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Al-Kāhina (Dinhya) la sacerdotisa

Y si, me sorprenden; aparecen, se manifiestan, las percibo y se vuelven una obsesión. Llevo días donde una melodía se hace presente, un laúd se va mezclando con sus sonidos de 24 cuadros de tono, transportando el alma ahí donde el desierto habla.

En mis sueños escucho el nombre Kahena, como si entendiera su significado. Sé que esto toca el mundo de África, la melodía me inclina a pensar que es por ahí. Anoche hubo luna llena, cuando esto se combina con este mundo de sensaciones, es peligroso pues pueden pasar muchas cosas. Procuro cenar poco, me pasa que cuando como mucho, antes de dormir hay una pesadez que me lleva a soñar cosas inverosímiles que cruzan la frontera del miedo y después me cuesta mucho trabajo aterrizar, paso horas mareada sin poder hacer mucho.

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Al-Kāhina. Foto de Wikimedia.

De pronto aterrizó en una batalla, no entiendo que pasa, en la mano traigo un alfanje, una espada arabe de hoja ancha y curva, con filo en un solo lado. Nunca he usado un arma y aunque he aparecido en mis viajes transformada en pirata, guerrera, soldado entre muchos otros, no me acostumbro. El caos es es brutal se oyen gritos, hay mucho polvo, siento la lengua seca. A mi lado cae una cabeza y sin aviso vuelvo el estómago. La confusión para mi es tremenda, no se donde estoy, ni que dicen. El idioma es una dificultad que se mezcla con el olor al hierro, que para mi siempre es un hilo conductor hacia la sangre. Esta con su color obscuro yace sobre el suelo blanco por todas partes.

Justo cuando estoy cerca a que me degollen, mejor me tiro al piso y me hago la muerta, bueno muerto; hay caray soy hombre.

No sé cuanto tiempo pasó, perdí el sentido con la impresión, de pronto aparecen unos turbantes que van tomando forma “Aquí está Anir” gritan y yo entiendo, es Bereber. Me levantan y veo el júbilo entre cientos de cadáveres. Es obvio que hemos ganado.

Mientras vamos recogiendo las armas que después usaremos en otras batallas, gritan que la reina viene hacia el norte, como no se dónde es, dirijo la mirada hacia donde todos están viendo. El sol candente me obliga a taparme los ojos con el antebrazo. Noto mi piel oscura, tostada por el sol del desierto. Estoy en lo que hoy es Argelia, un territorio que ha sido invadido por muchos y que más adelante estas tierras serán parte del colonialismo de los franceses en siglos posteriores.

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Al-Kāhina. Foto de Wikimedia.

De pronto a caballo viene una mujer ya madura, “ de joven era hermosa “ Dice un soldado junto a mi. Todavía tiene una cabellera larga. Madre de tres hijos.

Mientras pasa, voy averiguando un poco, ahora caigo en cuenta que la lucha ha sido en contra de los musulmanes, que esta tierra es cristiana.

Aun así escucho que a la reina le temen por hechicera, razón por la que le apodan kahina, que corresponde a quienes se les considera adivinadores del futuro. En efecto, los árabes llegaron a creer que podía predecir el futuro. Llevaba consigo un enorme ídolo de madera al que adoraba; lo llevaba delante de ella sobre un camello. Quiza un idolo protector de su tribu.

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Al-Kāhina. Foto de Wikimedia.

Se le acuso sin poder probarlo de la destrucción de ciudades y campos de cultivo entre Trípoli y Tanger. Con ello esto se justificaba la barbarie de los pueblos africanos contra el mundo musulman. Asi entre sus pueblos la leyende se hacia cada vez mas grande. Ella es un mito que impulsa la resistencia del mundo africano a la conquista Islamica.

El ir tejiendo a esta mujer va abriendo mi apetito de saber más. Una especie de heroína para su pueblo un dolor de cabeza para los musulmanes.

Tengo una buena memoria y he adistrado la capacidad de hacer preguntas rapidas, pertinentes para poder obtener las respuestas que busco, así que voy preguntado si saben cuando comienza a destacarse en política, donde aprendio sus habilidades belicas. Me entero que ya era ya viuda cuando tomo el lugar de lider y para esa época una anciana, ya que según algunos, tenía ya 67 años.

Era integrante de una de esas familias de la aristocracia senatorial de las provincias, con propiedades no sólo en su región de origen sino de otras, como la Numidia lo que de inmediato suponía privilegios de distinta indole y beneficios para poder anclar su lugar como lider.

Tras haber participado en la lucha contra las tropas del Califato Omeya en Yehuda, donde murió Uqba ibn Nafi, Kahina se puso al frente de sus tropas contra los refuerzos árabes enviados desde el Oriente en el año 688.

En 689, armada hasta los dientes cerca del Uadi Nini (próximo a la localidad hoy llamada Khenchela. Pelea como ningún hombre.

En la victoria de Meskiana en Oum el Bouaghi, los árabes fueron derrotados y perseguidos hasta Tripolania e incluso Cirenaica, en el norte de la actual Libia.

Poder imaginar estas escenas va llenado mi curiosidad. Va saciando la imposibilidad de quedarme solo con lo que hay escrito, con las biografías y estudios sobre su época.

Hay algo que me esta pasando quiero seguir preguntando, incluso tratar de llegar hasta ella para sentirla, para mirarla pero no puedo. Voy desdibujandome del pasiaje, de la noche estrellada donde comparto datiles y aceitunas con los sobrevivientes de la batalla.

Cuando despierto tengo una sed tremenda que se confunde con esta sensacion inacabada de un aexperiencia que daba para mucho más. Reviso bajo las sabanas y me percato de que soy de nuevo mujer. Asi comienza la vida cotidiana, esta que empieza con abrir los ojos y darme cuenta que estoy en mi casa.

Durante el día estoy pensando en la experiencia, tengo tantas dudas sobre ella, así que me pongo a indagar, a escudriñar por internet y llenar los espacios que me faltan.

Kahina retornó al Aurés tras todas sus victorias sin embargo las tropas del califa, lograron una posición mucho más ventajosa en 698 al tomar Cartago, derrotando a los bizantinos en el norte de África.

Los hombres de Kahina, convencidos de que los árabes marchaban a su territorio atraídos por las riquezas agrícolas del mismo, decidieron entonces practicar una táctica de tierra quemada.

Los cultivadores de la costa protestaron y furiosos abandonaron a Kahina, pero nada duele más como la tracción, es un cuchillo que parece se clava en la espalda y cuando es alguien de tu familia es inconsevible, uno de sus hijos de nombre Jālid, se volvio informante de los árabes, dandoles todo lo que necesitaban para desarticular a los bereberes.

Al final debilitada por tales defecciones, Kahina sufrió una derrota y buscó refugio en una ciudadela bizantina en las proximidades de Biskra. Sin embargo, se vio constreñida a una ulterior retirada afrontando una última batalla en Trafa.

Kahina fue muerta en la localidad que conserva el apodo que le dieran los árabes: Bi´r al-Kahina (“Oasis de la Kahina”).

En la vigilia del último combate, Kahina habría pedido a sus dos hijos que se aliaron con los vencedores. Por consiguiente, el emir Hasan nombró, tras la conversión de estos al islam, al hijo mayor gobernador del Aurés, y al otro hijo jefe de las milicias yarawa.

Encontre muchas controversias sobre su muerte pues según algunas versiones murió combatiendo, según otras fue capturada y se suicidó con veneno, según otras fue decapitada y su cabeza llevada al califa omeya. Encontre un relato que habla de como se solto el pelo antes de su martirio, dejando en este gesto un simbolizmo de rebeldia, frente a quienes pretendían imponer no soólo una religión distinta sino también unas costumbres completamente diferentes.

En lo que si se ponen de acuerdo algunos historiadores es que dejo este mundo alrededor de sus 85 años.

Parece que tengo muchos datos que me permiten parcialemnte verla, pero hay mucho que no puedo hilar, de entrada lo escrito sobre ella es en su mayoria escrito por hombres, me falta la vision fememina.

El día esta apunto de terminar, veremos que me deparan mis sueños, ¿podre tener alguno lucido donde yo dirija lo que sucede?

Ya lo veremos.

Por DZ

Claudia Gómez

Twitter: @claudia56044195