El papa Francisco llegó el sábado a la ciudad filipina de Tacloban que fue devastada por un tifón hace un par de años, donde fue recibido por una enorme multitud empapada tras estar horas bajo la lluvia. El pontífice ofició una misa en un campo abierto cerca del aeropuerto y tenía previsto almorzar con sobrevivientes … Continued
El papa Francisco llegó el sábado a la ciudad filipina de Tacloban que fue devastada por un tifón hace un par de años, donde fue recibido por una enorme multitud empapada tras estar horas bajo la lluvia.
El pontífice ofició una misa en un campo abierto cerca del aeropuerto y tenía previsto almorzar con sobrevivientes del tifón Haiyan, el cual arrasó con aldeas en noviembre de 2013 y dejó más de 7 mil 300 muertos o desaparecidos.
Un funcionario policial calculó la muchedumbre en unas 150 mil personas y dijo que decenas de miles más hacían enormes filas afuera para ver el paso del papa.
Con impermeables puestos y un ambiente festivo, la multitud aplaudía al unísono entre música estridente para dar la bienvenida a Francisco y estalló en vítores al enterarse del aterrizaje de su avión.
Lugareños colgaron pancartas de bienvenida al pontífice desde la proa del casco de acero de un barco de carga que destruyó casas cuando el tifón lo arrastró tierra adentro. La embarcación continúa varada en la playa.
“El papa Francisco no puede proveernos casas ni trabajos, pero sí puede enviar nuestras oraciones a Dios”, dijo Ernesto Hengzon, de 62 años.
“Oro por tener buena salud y por mis hijos también. Estoy viejo y enfermizo. Rezo para que Dios detenga estas enormes tormentas. Ya no podemos resistirlas. Apenas nos hemos recuperado algo. Mucha gente continúa sin casa”, agregó.
Las lluvias del sábado se debían a la cercanía de la tormenta tropical Mekkhala, ante lo cual las autoridades suspendieron los servicios de transbordador a la provincia de Leyte, donde se ubica Tacloban.
Debido a esa decisión, miles de viajeros quedaron varados, incluidos algunos que pretendían ver al papa.
Con información de AP