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Monjes tibetanos se protegen de ciberespionaje
Foto de AP

Acosados por ciberataques incesantes, los monjes budistas tibetanos están aprendiendo a adaptar a la era informática su antiguo concepto del desapego.

“El apego puede provocarte toda clase de problemas y nosotros los budistas creemos que solo el desapego conduce a la felicidad”, dijo el monje Jamyang Palden a The Associated Press en un café en la aldea india de Dharamsala, antes de dar a su filosofía un sentido propio de la Era Informática: “Debemos aprender a sospechar de los archivos anexos que vienen con el correo electrónico”.

El mensaje de seguridad, promulgado por el grupo de seguridad digital Tibet Action Institute, es un ejemplo de cómo los defensores de los derechos humanos buscan maneras ingeniosas de protegerse del espionaje electrónico.

“Es algo sencillo, pero fácil de recordar”, dijo Freya Putt, una activista en Vancouver, Canadá.

No cabe duda de que los grupos como Tibet Action requieren protección. Un estudio publicado el martes por el organismo regulador Citizen Lab revela que las organizaciones de la sociedad civil están infiltradas por ciberespías, muchos de ellos vinculados con China. Muchos de ellos son los mismos piratas responsables de ataques a grandes multinacionales y gobiernos occidentales.

“Utilizan indiscriminadamente las mismas armas, el mismo arsenal”, dijo el director de Citizen Lab, Ronald Deibert.

El estudio de Deibert se basa en cuatro años de investigaciones junto con Tibet Action y otros nueve grupos de la sociedad civil. Ocho de ellos enfocan a China o Tíbet y dos son grandes organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos.

Los grupos enviaron un total de 800 mensajes sospechosos a Citizen Lab, un laboratorio interdisciplinario en la Facultad de Asuntos Globales Munk de la Universidad de Toronto.

Tibet Action, cuyo cometido es crear conciencia sobre las amenazas a través del internet, publica historietas en las cuales aparecen tibetanos siendo espiados a través de sus cámaras o teléfonos por adustos oficiales chinos que llevan audífonos de la década de 1950. También tiene un video en el cual “Attachment” —un tibetano con sonrisa pícara— entra furtivamente en la casa de un hombre y le roba la billetera.

Palden, el monje, parece haber aprendido la lección. Tapa la cámara de su Mac con cinta, retira la batería de su Nokia cuando no quiere que lo rastreen y evita el popular chat chino QQ. Adicionalmente, aplica el mensaje principal: “No abro archivos de fuentes en las que no confío”.

Con información de AP