
Anis Ben-Hatira, centrocampista del Hertha Berlín le hizo pasar a Jannik, un niño de 8 años que lucha contra el cáncer, uno de los días más felices de su vida. Desde que conociera la lucha diaria que mantiene contra la leucemia, Ben-Hatira ha visitado varias ocasiones a Jannik en el hospital y ha publicado en … Continued
Anis Ben-Hatira, centrocampista del Hertha Berlín le hizo pasar a Jannik, un niño de 8 años que lucha contra el cáncer, uno de los días más felices de su vida.
Desde que conociera la lucha diaria que mantiene contra la leucemia, Ben-Hatira ha visitado varias ocasiones a Jannik en el hospital y ha publicado en las redes sociales sus fotografías junto al niño.
El centrocampista se comprometió con el pequeño a dedicarle y a celebrar de una manera muy especial el primer gol que marcara. El sábado lo invitó al estadio para cumplir el deseo de dar una grandísima alegría a su joven y enfermo amigo.
La máscara de Spiderman
Después de marcar e inaugurar el marcador ante el Schalke, partido que terminaría en tablas (2-2), Ben-Hatira corrió hacia el banquillo donde le entregaron una máscara. Después, enfiló a las tribunas y buscó con la mirada hasta encontrar al pequeño Jannik, que celebraba alborotado en su asiento el tanto firmado por su héroe futbolístico.
Pero lo mejor estaba por llegar. El centrocampista, nacido en Berlín pero internacional con Túnez, sacaba una máscara de Spiderman y se cubría la cara mientras señalaba al pequeño. Ante el asombro y la perplejidad de la hinchada del Hertha, el pequeño entendía rápidamente el sentido de aquella extraña celebración y esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.
Al verle así disfrazado, Jannik recordó rápidamente que, en sus conversaciones con Ben-Hatira, el futbolista siempre le dijo que marcar goles no era de héroes, que los verdaderos héroes son las personas y los niños que, como él, luchan a diario contra la enfermedad. El sábado elegió esa peculiar forma para volver a decir a su amigo que le considera un “superhéroe”.

El árbitro cumplía con el reglamento y le mostraba la tarjeta amarilla, la amonestación más “intrascendente” de su vida porque lo importante era haber cumplido el pacto al que ambos habían llegado semanas antes.
El jugador había prometido a Jannick que si luchaba contra su enfermedad después de recibir el primer ciclo de quimioterapia, se pondría sobre el césped la máscara de Spiderman, el superhéroe favorito del pequeño.
Esa celebración tan especial, sin embargo, no era la última alegría para el niño. Al término del partido ante el Schalke, el centrocampista acudió a buscar al pequeño y lo llevó hasta el césped para prolongar la celebración con el resto de la hinchada del Hertha.
Los aplausos y la ovación de los aficionados fueron el colofón a un día muy especial en la vida de Jannik y Anis Ben-Hatira. Dos amigos, dos superhéroes.
Con información de ABC