Javier Corral cae en “El Torito”

El periódico Excélsior informó hoy que el senador Javier Corral cayó en días pasados a El Torito al superar los niveles máximos de alcohol. Sin embargo, no estuvo mucho tiempo ahí, pues gracias a un amparo salió menos de 9 horas después de haber sido remitido.

Aquí la nota completa de Excélsior:

El senador panista Javier Corral Jurado fue remitido el pasado 7 de marzo al Centro de Sanciones Administrativas e Integración Social, mejor conocido como el Torito, por dar positivo en la prueba de alcoholemia.

Sin embargo, el legislador chihuahuense sólo permaneció ocho horas con 48 minutos en dichas instalaciones, pues tramitó un amparo para quedar en libertad.

Una ficha oficial del Gobierno del Distrito Federal, a la que Excélsior tuvo acceso, señala que el punto de detención fue en la calle de Tres Cruces esquina con Francisco Sosa, en la delegación Coyoacán.

Asimismo, el punto de sanción fue en avenida Universidad esquina con Eje 8 Popocatépetl en la misma demarcación, a las 02:45 horas del pasado sábado.

El senador “salió a las 10:40 horas del día 7 de marzo de 2015 con el amparo número 437/2015 del sexto juzgado de distrito en materia administrativa. Cumplió: 8 horas con 48 minutos. Falta por cumplir: 12 horas con 12 minutos”, señala la ficha del Centro de Sanciones Administrativas e Integración Social.

De acuerdo con el artículo 100 del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, “ninguna persona puede conducir vehículos por la vía pública si tiene una cantidad de alcohol en la sangre superior a 0.8 gramos por litro o de alcohol en aire expirado superior a 0.4 miligramos por litro”.

De acuerdo con la ficha obtenida por este diario, el día de su detención el legislador Corral Jurado dio 0.66 miligramos por litro en la prueba del alcoholímetro, por lo que fue remitido al juez cívico, quien decidó aplicarle una sanción de 21 horas de arresto en el Torito.

El caso de Javier Corral recuerda al ocurrido al senador con licencia del Partido Verde, Jorge Emilio González Martínez, quien el 17 de febrero de 2013 fue remitido al Torito por conducir en estado de ebriedad. El llamado Niño Verde tramitó un amparo para quedar en libertad, lo que le mereció fuertes críticas, pues se le acusó de influyentismo.

González Martínez debió regresar al día siguiente para completar las 13 horas con 40 minutos que le faltaban, no sin antes admitir que actuó mal al tramitar el amparo para evadir su responsabilidad.

Javier Corral ha sido dos veces diputado federal y diputado local en una ocasión. En 2004 fue candidato a la gubernatura de Chihuahua. Es integrante del Comité Ejecutivo Nacional y miembro del Consejo Nacional del PAN.

La respuesta de Corral

El senador dio su versión de lo ocurrido el pasado 7 de marzo, y calificó la publicación de la ficha de remisión al Torito como una “filtración” para someterlo al “escarnio público”.

“Fue una filtración de las autoridades para tratar de exponerme al escarnio público, debieran ser más cuidadosos con el manejo de la información, porque evidentemente salió de ahí, ya que se expuso toda la información muy precisa, deben resguardarse la información de las personas porque finalmente son faltas administrativas, no delitos.

“Cometí una falta administrativa, el viernes pasado salí de una cena en Coyoacán y me retuvo un retén de la policía capitalina que hace la verificación del alcoholímetro, me sometí a la prueba, rebasé el umbral de esa prueba y he asumido las consecuencias”, agregó el legislador.

Por su parte, en su página de Facebook, Corral publicó este mensaje:

Con relación a la información que se está manejando en algunos medios sobre la falta administrativa que cometí el pasado viernes, quiero comentarles las cosas exactamente como fueron: en efecto al salir de una cena en Coyoacán, en la Ciudad de México, alrededor de las 11 de la noche, me detuvo el retén de la policía capitalina en la calle de Tres Cruces y Francisco Sosa y me pidieron hacer la prueba del alcoholímetro, en la que rebasé el umbral establecido. No es cierto que me encontraba en estado de ebriedad, tan es así que se me impuso la sanción menor, 21 horas.

Debo decir que en ningún momento me opuse al procedimiento, ni ejercí influyentismo alguno, colaboré con las autoridades, porque creo en la medida, como se los hice saber a los agentes y al juez cívico. Reconozco el error; no es una conducta regular de mi parte y como cualquier ciudadano asumiré mi responsabilidad cumpliendo cabalmente con la sanción administrativa. Es cierto que tramité un amparo, no para eludir el cumplimiento de la sanción, sino para poder acudir a un compromiso ineludible el sábado; en todo momento se me dijo que ello no me exime de cumplir la totalidad de las horas impuestas, lo que haré. Estos son los hechos, ni los subestimó, pero tampoco los sobredimensiono (sic).

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