La xenofobia en Europa está creciendo, específicamente en Alemania, donde existe la Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) quienes están en contra de que personas del Medio Oriente lleguen al país para beneficiarse de los servicios locales. El día de ayer, 15 mil personas salieron a las calles en contra de que entren … Continued
La xenofobia en Europa está creciendo, específicamente en Alemania, donde existe la Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) quienes están en contra de que personas del Medio Oriente lleguen al país para beneficiarse de los servicios locales.
El día de ayer, 15 mil personas salieron a las calles en contra de que entren musulmanes a Alemania, pues “significan una amenaza a la civilización europea y cristiana”.
Cualquiera podría pensar que sus integrantes eran personas con aspecto de “neonazis”, sin embargo en la manifestación iban familias con hijos, estudiantes y personas que habían salido del trabajo para la manifestación en la ciudad de Dresde.
Ahora, ya es un problema para la canciller Angela Merkel, el presidente Joachim Gauck y el ministro de Justicia Heiko Mass. Los tres reprobaron la exigencia de las 15 mil personas, argumentando que en Alemania no se permitirán campañas de difamación contra extranjeros.
“No queremos llegar a la situación de otras ciudades de Alemania, donde se ha instaurado una policía de la sharía”, mencionó en el mitin de Dresde donde varios manifestantes coreaban “Somos el pueblo. Somos el pueblo”.
Por el lema, estas manifestaciones en particular recuerdan las que se efectuaron en la República Democrática Alemana, aliada al bloque soviético, para acabar con la dictadura que se vivía y derrumbar el muro de Berlín que los incomunicaba de la parte capitalista de la ciudad.
Las manifestaciones ya se extienden por las ciudades de Düsseldorf y Kassel, aunque con menos apoyo que en Dresde; donde los ciudadanos afirman que “Alemania no puede salvar a todo el mundo”, pues sus connacionales necesitan dinero como niños que van a la escuela en “containers” o los adultos mayores que se quedan sin pensión rápidamente.
Por otro lado, los políticos ultranacionalistas están aprovechando este movimiento para ganar votos, en específico el partido eurófobo Alternativa por Alemania, quien ya tiene varios de sus líderes en los movimientos. Otras organizaciones buscan apoyar a los ciudadanos que van a manifestarse libremente, en comparación contra los que llaman xenófobos y extremistas.
Estas protestas están lideradas por un alemán que tiene un controversial historial jurídico, pues ha sido acusado de narcotráfico y robo; sin embargo, va a las marchas coreando “No somos extremistas ni ultras. Todo lo que queremos es conservar la identidad alemana”.
Con información de El País