
Las ejecuciones en el estado de Texas, y en general en todo Estados Unidos, siempre han sido un asunto de polémica, pues cada vez que un preso está a unos cuantos días de entrar a la cámara de inyección letal, los abogados y la sociedad civil hacen hasta lo imposible para que no se aplique … Continued
Las ejecuciones en el estado de Texas, y en general en todo Estados Unidos, siempre han sido un asunto de polémica, pues cada vez que un preso está a unos cuantos días de entrar a la cámara de inyección letal, los abogados y la sociedad civil hacen hasta lo imposible para que no se aplique la pena máxima.
Generalmente, nos interesa más la ejecución de nuestros connacionales, que en este año sumaron las de Édgar Tamayo en enero, Ramiro Hernández en abril y Miguel Paredes el pasado 28 de octubre, este último estadounidense de padres mexicanos.
Sin embargo, ahora toca el turno de Scott Panetti de 56 años, quien fue sentenciado por asesinar a sus suegros en 1992; durante una dramática escena donde encerró a su esposa e hija en un carro, mientras cometía el crimen.
Lo polémico de esta ejecución es que Panetti ha sido diagnosticado con “esquizofrenia” desde 1978 y en repetidas ocasiones durante los últimos años de su proceso. Debido a esta enfermedad, los jueces piden cadena perpetua para el asesino, en vez de pena de muerte.
Los abogados de Panetti firmaron una petición de clemencia el pasado 12 de noviembre, pidiendo a las autoridades detener la ejecución, la cual fue firmada por el exgobernador de Texas, Mark White. “La ejecución de Panetti está fuera de la moral”, afirman los abogados, quienes agregan que, estando de acuerdo o no con la ejecución, el culpado no está en condiciones de enfrentar la pena máxima.
Las esperanzas para que el homicida pueda tener cadena perpetua se han ido esfumando poco a poco; la última fue en el 2007, cuando la Suprema Corte ordenó detener la ejecución del hombre debido a su esquizofrenia. Sin embargo, la corte estatal revocó la orden de la primera argumentando que estaba exagerando su enfermedad.
La esquizofrenia de Panetti es tal que confesó que su alterego “Sarge” fue quien cometió el crimen, no él; además pidió como testigos a John F. Kennedy, Jesucristo y el Papa Juan Pablo II.
El hombre sería ejecutado el próximo 3 de diciembre, a menos que el gobernador Rick Perry responda a la carta enviada por los abogados de perdonar la vida de Panetti por su esquizofrenia; de no ser así, será otro lamentable caso de ejecución en el estado de Texas.
Con información de Huffington Post