El incesto parece ser un factor común en varias municipalidades de Kenia aunque sea prohibido por la ley y por los mismos pobladores, quienes buscan a los hijos productos de relaciones sexuales entre familiares para matarlos. La Policía rescata a los bebés de las poblaciones que buscan matarlos para llevarlos a orfanatos; aunque la ley … Continued
El incesto parece ser un factor común en varias municipalidades de Kenia aunque sea prohibido por la ley y por los mismos pobladores, quienes buscan a los hijos productos de relaciones sexuales entre familiares para matarlos.
La Policía rescata a los bebés de las poblaciones que buscan matarlos para llevarlos a orfanatos; aunque la ley castigue con cinco años de prisión a quien practique el incesto, y hasta cadena perpetua en caso de que sea con menores de edad.
Por su parte, los pobladores buscan matar a los bebés X, no realmente a los padres, debido a que la gente cree que los pequeños están malditos, pues pueden traer desgracias como problemas mentales o infertilidad.
De acuerdo a datos de un orfanato en la localidad de Kanduyi, solamente reciben hasta cuatro casos al mes, sin embargo esta cifra no es realista, ya que en el país al menos hay cuatro violaciones a menores que se reportan por parte del padre; pero mucho no denuncian por temor a perder el honor como familia.
“Estamos enfrentando una ola desenfrenada de relaciones sexuales irresponsables (…) Y la mayoría de estas relaciones son entre parientes muy cercanos, incluyendo padres teniendo sexo con sus hijos”, lamenta el ministro de Cultura de la localidad de Bungoma.
Esto último se ejemplifica con la situación de una joven de 15 años que fue violada por su tío de 17 años, quedando embarazada y viéndose forzada a abandonar la comunidad. Posteriormente pudo regresar a estudiar lo que había dejado por el embarazo, y a pesar de que nació su hijo, no lo quiere, ya que considera que está maldito.
Las estadísticas se hacen aún más difíciles con el silencio de la comunidad, debido a que un grupo de mujeres se reúne en el momento del nacimiento, decidiendo matar al futuro bebé asfixiándolo con los muslos de la madre.
Una vez que el bebé murió, la madre puede volver a vivir tranquilamente en la comunidad sin ser tachada; en cambio si decide conservarlo, debe irse de la localidad.
Con información de BBC