El panorama político de Brasil empezó a reconfigurarse un día después del accidente aéreo que cobró la vida de Eduardo Campos, uno de los tres candidatos presidenciales en Brasil, posiblemente complicando la reelección de Dilma Rouseff en octubre. Las preferencias de los electores podrían cambiar y obligó a las campañas a reorganizarse, dijeron analistas. Observadores … Continued
El panorama político de Brasil empezó a reconfigurarse un día después del accidente aéreo que cobró la vida de Eduardo Campos, uno de los tres candidatos presidenciales en Brasil, posiblemente complicando la reelección de Dilma Rouseff en octubre.
Las preferencias de los electores podrían cambiar y obligó a las campañas a reorganizarse, dijeron analistas.
Observadores políticos creen que el Partido Socialista de Brasil, al que Campos pertenecía, va a nominar como candidata presidencial a Marina Silva, una de las políticas más populares del país y quien era la compañera de fórmula del candidato fallecido.
“Si su candidatura se lanza, la carrera presidencial se va a volver más competitiva. Aumenta la probabilidad de que las elecciones vayan a una segunda vuelta”, dijo Joao Augusto de Castro Neves, director para América Latina de la consultora Eurasia Group. “La contienda sería muy reñida para ver quién va a clasificar a la segunda ronda”.
Otro de los principales candidatos, Aecio Neves, aparece en las encuestas como el más fuerte competidor de Rousseff en una elección que se había perfilado como una contienda entre dos candidatos y que dejaba a Campos fuera de la segunda vuelta. Pero los expertos ahora dicen que las próximas encuestas podrían mostrar a Silva, ex Ministra de Medio Ambiente, por encima de Neves, en un escenario que dejaría a dos mujeres disputándose la presidencia brasileña en una segunda ronda electoral.
“(Marina) podría ser el trampolín necesario para superar la tragedia (del accidente) y convertirse en una candidata viable para la segunda vuelta”, escribió Paula Cesarino Costa, columnista de Folha de S. Paulo.
El accidente detuvo las actividades de las campañas mientras que los políticos han evitado hacer cualquier tipo de comentario sobre la elección, que se celebrará el cinco de octubre, para no mostrarse como insensibles por el deceso del político de 49 años.
Silva, de 56 años, no ha dicho nada ni ha dado pistas de que vaya a asumir el liderazgo del Partido Socialista. La ley otorga diez días a las agrupaciones políticas para elegir el reemplazo de sus candidatos fallecidos.
Aun así, los socialistas podrían elegir a otro candidato distinto a Silva, que sea más conocido y más popular frente a su base electoral o, incluso, decidirse a apoyar a Rousseff o a su principal oponente.
“Durante estos 10 meses de colaboración, aprendí a respetarlo, admirarlo y sentir confianza en sus actitudes y sus ideales en la vida”, dijo Silva en la víspera con voz suave y vacilante. “Esta es, sin lugar a dudas, una tragedia que nos sumerge en una profunda tristeza que yo sé que cada brasileño está compartiendo con todos y cada uno de nosotros”.
En 2010 Silva, una cristiana evangélica, obtuvo 20 millones de votos de manera sorpresiva cuando se postuló a la presidencia como candidato del Partido Verde. Ajena al partido de Campos, Silva se unió a sus toldas en octubre pasado luego de que fracasara al montar su propio partido político en tiempo para poder competir por la presidencia.
Fuera de que pueda hacerse a unos votos por la simpatía que genere después del accidente, algunos expertos dicen que Silva podría explotar políticamente el descontento social de los brasileños pues es acreedora de un fuerte apoyo popular tras las masivas protestas que sacudieron a Brasil el año pasado. Tambié recibió elogios internacionales por su esfuerzo por preservar la selva amazónica como Ministra del Medio Ambiente.
Rousseff, la sucesora elegida por el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, ha visto caer su popularidad en los últimos meses en medio de la insatisfacción popular por la desaceleración del crecimiento económico, los altos impuestos y la deficiente prestación de los servicios públicos, aunque sigue siendo la candidata más fuerte.
Una encuesta realizada por la agencia encuestadora Ibope, publicada el fin de semana pasado, arrojó que el 38% de los encuestados apoya a Rousseff; 23% a Neves y 9% a Campos.
Con información de AP