Un testigo que sobrevivió a los abusos del narcotráfico y del alcalde de Iguala, relata cómo este mató a su opositor Arturo Hernández Cardona de un balazo en la cabeza. Nicolás Mendoza Villa, el entonces chofer de Hernández Cardona, fue secuestrado junto con el sobreviviente y otros seis miembros de Unidad Popular en mayo del 2013 … Continued
Un testigo que sobrevivió a los abusos del narcotráfico y del alcalde de Iguala, relata cómo este mató a su opositor Arturo Hernández Cardona de un balazo en la cabeza.
Nicolás Mendoza Villa, el entonces chofer de Hernández Cardona, fue secuestrado junto con el sobreviviente y otros seis miembros de Unidad Popular en mayo del 2013 por un grupo de seis hombres armados que interceptaron su camioneta después de un acto de protesta.
Los seis hombres armados ordenaron que descendieran de la camioneta, al bajar Hernández Cardona, le dispararon en la pierna. Así empezaba el secuestro del que Mendoza Villa logró escapar.
Los sicarios condujeron a los rehenes a un paraje afuera de Iguala donde había otros secuestrados. Fueron torturados e interrogados sobre sus intenciones de bloquear casetas y atacar al alcalde Abarca.
Al día siguiente, tres de los otros secuestrados fueron asesinados y esa misma noche hizo acto de presencia el ahora exalcalde José Luis Abarca, le acompañaba el jefe de policía municipal, y ambos golpearon a los rehenes.
Abarca regresó en la madrugada para hablar con el líder de Unidad Popular, quien rechazó la cerveza que el alcalde le ofreció. A unos cuantos metros los secuestrados podían ver unas fosas recién excavadas.
Mendoza Villa asegura que Abarca ordenó que llevaran a Hernández Cardona a la fosa, para después reclamarle sobre por qué había pintado el Ayuntamiento y amenazarlo con matarlo. Apuntó en la mejilla del ingeniero y disparó, cuando este cayó a la fosa volvió a disparar, señaló.
Al día siguiente Mendoza Villa logró escaparse, junto con otros rehenes, durante un traslado y se escondió en el monte. Ya no lo siguieron. Después de ocultarse por ocho horas, los sobrevivientes se dirigieron a Iguala, sin embargo no ha vuelto a ver a los otros que libraron a la muerte.
Con la ayuda de la viuda del líder de Unidad Popular, Mendoza prestó declaración jurada sobre los hechos, los normalistas protestaron ante el Ayuntamiento pero al final nadie siguió la investigación.
Hasta el 26 de septiembre nadie hablaba sobre estos hechos, solo Mendoza quien teme por su vida y la de sus familiares a pesar de la detención de Abarca.
Con información de El País.