Bueno, que nos digan que no creen en la democracia. Que salgan y lo digan claramente: “México no sirve para ser un país democrático, México tiene que tener una dictadura autoritaria”
Leo, incrédulo, que el ex presidente Ernesto Zedillo ha sido un gran distractor de la discusión de noticias fundamentales para el país durante la semana pasada .
La verdad, no sé qué pueda ser más fundamental para el país que su conversión en una tiranía y en un estado policial, a que se ha referido Zedillo
En una entrevista con León Krauze (Ciberdiálogos, Letras Libres), divulgada este domingo, Zedillo refrenda y amplía su crítica a este hecho mayúsculo.
Cito, para no divagar:
Zedillo: Me preocupa que la presidenta diga: “Yo fui electa para hacer la Cuarta Transformación”. No, ella fue electa para ser presidenta de una nación que quiso y logró ser democrática, para ser Presidenta de todos los mexicanos: los que pueden pensar como ella y los que no podemos pensar como ella.
Ella es presidenta de todos nosotros, y así se debe de asumir, no como la persona que le va a dar continuidad a la obra demagógica, terrible, destructiva, de López Obrador.
Puede sentir que, como López Obrador tenía popularidad, es una táctica correcta. Pero yo le recordaría a la Presidenta que la función de un presidente no es ser popular, sino servir a la nación, no ser parte de un proyecto de destrucción democrática, que prácticamente se ha logrado. Peor aún: que cuando uno analiza los hechos, sí se le puede llamar un golpe de estado, porque se ha quitado un régimen democrático y se está instaurando una tiranía.
A lo mejor López Obrador, ella y sus compañeros de partido, concluyeron que lo mejor para México era tener un partido hegemónico en el poder, limitar las libertades civiles, tener control de los medios, no tener transparencia sobre lo que hace el gobierno, tener la seguridad militarizada, la prisión preventiva , un estado policial.
Bueno, que nos digan que no creen en la democracia. Que salgan y lo digan claramente: “México no sirve para ser un país democrático, México tiene que tener una dictadura autoritaria”.
Pero entonces vamos a discutir en esos términos. Lo que no se vale es decir: “Yo creo en la democracia”, y al mismo tiempo estar trabajando para destruir la democracia.
No, no se vale.
Oigan la entrevista completa.